Kratos descubre pronto que la compañía de Linar no es la más agradable. El mago ofrece sus palabras y sus conocimientos con cuentagotas, y cuando habla lo hace en un tono que no admite réplica ni preguntas. No es que sea desagrdable, pero de algún modo, parece creerse superior, y es evidente que espera ser obedecido sin rechistar.
Le resulta mucho más sencillo entablar conversación con los guerreros que protegen el convoy, quienes lo miran con admiración, pues no todos los días se ve a un tahedorán con nueve marcas. De hecho, aunque ninguno se ha atrevido a decírselo abiertamente, empieza a circular el rumor de cual es su verdadera identidad. En cierta ocasión pasó cerca de un grupo por la noche, cuando iba a orinar, y escuchó que los jóvenes discutían si en verdad podía ser el famoso Kratos May.
A parte de eso, se está empezando a extender la noticia de la muerte del Zemalnit, y algunos comerciantes ainari comentan que desearían que el príncipe Togul Barok se convirtiese en el nuevo dueño de la Espada de Fuego, puesto que sus políticas con respecto al comercio están haciendo que este florezca en todo el imperio.
Cuando pasáis por el desfiladero de Agros, uno de los guerreros que protegen el convoy se acerca a Kratos y le comenta que debe sentirse orgulloso por los grandes triunfos que sus antepasados consiguieron en ese mismo escenario.
- No te habría parecido motivo de orgullo - comentó Linar con aire severo - si hubieses estado allí. Los cadáveres de los hombres estaban tirados por doquier, y hasta donde alcanzaba la vista no había más que dolor y muerte, tanto entre los vencedores como entre los vencidos. La tierra se volvió roja, y ese día muchas mujeres se convirtieron en viudas, y muchos niños en huérfanos. No hay nada de qué orgullecerse.
Linar parecía un tanto hosco y cansado de la vida. Si bien en cierto que parecía saber mucho de muchas cosas no era dado a hablar y prácticamente había que sacarle las palabras de la boca con cuentagotas. Yatom, por el contrario, le pareció en su momento más abierto y accesible. Es una pena que haya muerto, pensó.
El día a día Kratos lo pasaba con los guerreros de la caravana, mucho más sencillos pero con ellos podía mantener conversaciones normales. De primeras se sintió alagado que le reconocieran rápidamente pero luego no lo disfrutó tanto cuando empezaron a propagarse rumores, no del todo infundados, sobre el destino final de su viaje, el torneo por Zemal. En ningún momento hizo esfuerzos en disuadir los rumores pues sabía que seria un esfuerzo en vano. No hay peor enemigo del hombre que tiempo libre y una imaginación desbordante le decía siempre uno de sus primeros maestros de Tahedo. Tampoco hizo comentarios sobre la adecuación o no del príncipe Togul Barok como Zemalnit. Esperaba que eso nunca llegase a pasar.
Todos los días procuraba hablar con Festus, no ya solo por el hecho de que se dedicase a explorar el terreno por delante de la caravana, también disfrutaba de su compañía y la de Mikhon "Mikha", mucho más dicharachero que el mago.
Os separáis de la carava una vez que ya habéis entrado en el territorio de la Confederación de Ritión, y proseguís en dirección a Zirna. En esta zona los caminos están bien asfaltados y son más o menos seguros. De vez en cuando algunos bandidos se aventuran a atacar viajeros solitarios, pero no se trata de algo habitual, y, desde luego, no existen grupos de bandidos bien organizados como los que sí hay, por ejemplo, en las cercanías de las Kremnas de Ainar. Ritión es una agrupación de ciudades estado más o menos pacíficas que viven del coemrcio, y las autoridades se ocupan de que la delincuencia no prolifere.
El ánimo de Mikha parece más y más elevado a medida que se adentran en territorio Ritión. Os cuenta que él es de Malirie, una hermosa isla que es conocida como "la perla de Ritión", cuyas aguas son color turquesa, y donde las playas son de fina arena blanca.
Festus se despide de sus compañeros de viaje, sabiendo que echara de menos esas noches de juegos y risas. Mikha es un agradable compañero de viaje y cada día que pasa se estrechan más los lazos de amistad entre él y Festus. Mientras la relación con linar ni mejora ni empeora, Festus le considera un poderoso hombre y a la par de poderoso un ser muy hosco. Durante el trayecto con la caravana, Festus se ha mantenido distante con Kratos, pese a que él se molestaba en tener una buea relación, el motivo principal, de este distanciamiento es y sigue siendo que Kratos le recuerda demasiado a su hermana.
La llegada a Ritión hace de Mikha una persona más feliz y eso parece ayudar a todo el grupo, Festus escucha los relatos de este sobre la "perla del ritión" y durante este trayecto, se toma más relajado lo de explorar y proteger al grupo, ya que los caminos le han asegurado que son seguros.
Separarse de la caravana era algo que tenía que pasar y Kratos ya lo había asumido. Estar rodeado de algunos hombres de armas durante un tiempo había logrado que le mejorase el ánimo pero también le recordó a la Horda Roja.
Parecía que la amistad entre Festus y Mikha se iba solidificando, lo cual le venía muy bien al explorador, También notaba que este tendía a mantener una cierta distancia con él. No parecía que le echase la culpa por la muerte de su hermana pero, suponía, le recodaría que estaba muerta.
Linar hablaba poco pero al menos si había dicho que ya estaban cerca de su destino. Kratos tenía ganas de conocer a su futo alumno y ver de que pasta estaba hecho.
Sorry, no recuerdo si avisé que estaba de viaje... Pensé que tendría tiempo de mirar por aquí, pero al final no lo tuve, y...
En fin. ¡¡Pasamos a otra escena!!