Derguín corre hacia donde estaba su sobrina, pero cuando llega, ella ya no se encuentra allí.
Tamir, por su parte, corre justo en la dirección contraria, es decir, en la dirección desde la que ha venido el grito. Cuando ve a Gorán sacando su espada ensangrentada del cuerpo de un hombre con aspecto bastante desharrapado y un arco todavía entre sus manos muertas, se desacelera y exclama
- ¡Eres tú! - aunque instantes más tarde se da cuenta de que lo que acaba de suceder es, ni más ni menos, que el hombre al que buscaba para matar le acaba de salvar la vida. Confundido, su mirada salta de Gorán al arquero muerto, y del arquero muerto a Gorán - Pero que... ¿por qué? ¡Me has salvado la vida!
Entretanto, el comerciante abraza a su hija, que llora presa de un ataque de nervios. En un momento parece que ella se va a desmayar, pero luego se zafa de los brazos de su padre y la emprende a puntapiés con el bandido que la tenía retenida.
Salgo de la maleza, con la cara llorosa, pero intentando mantener una compostura...
E...está muerto? -Digo, señalando al arquero atravesado por la espada de Gorán. Guardo instintivamente el cuchillo en el cinto, y tapo mi boca emitiendo un grito mudo.
Con una mirada aterrada inquiero a Derguín con voz temblorosa:
Quiero irme. Sácame de aquí...
Derguín había llegado finalmente a donde se encontraban Llywelyn y el arquero muerto. Solo cuando estubo al lado de ella se desaceleró. Durante un momento le flojearon las piernas y se sintió muy cansado pero se recuperó rapidamente, con un vacio en el estomago eso si.
Cuando llegó el arquero yacía ya muerto. Junto a el cuerpo, el que lo había matado, Goran. La persona a la que iba dirigída la venganza de Tamir lo había salvado a él y puede que también a Derguín. Este último se quedó casi tan estupefacto como Tamir hasta que su sobrina se dirigió a él.
Derguín se vió sin saber que hacer. Abrazó a Lly pero no hizo ademán de alejarse del lugar. Quería saber que pasaba entre aquellos dos.
Aguanta un poco, por favor. Dijo mientras apretaba a su sobrina contra él.
Gorán se encogió de hombros ante la exclamación de Tamir.
- ¿Por qué no te iba a salvar la vida? Nunca pretendí matarte... era tú el que pretendía matarme a mí ¿recuerdas? - comenta sin darle importancia a la cuestión, como si hablase del tiempo con un viejo conocido que le debía algo de dinero -. Ahora si quieres...
Gorán se interrumpió cuando llegó Llywelyn y se quedó aterrada al ver el cadáver.
- Eeeehm... ¿Y tú quien eres? - repitió de nuevo la pregunta a Tamir - ¿Y ella quien es?
Tamir, cogido fuera de juego por las confianzas de Gorán, respondió sorprendido:
- Pueees... son Llywelyn y Derguín. Llywelyn, ya te decía que la guerra y la violencia no son para mujeres... aunque supongo que podrías haber intentado no matarlo... En fin, estoy en deuda contigo, ahora te debo la vida. Sin embargo, juré que no pararía hasta que vengase a mi hermano... No sé... - Tamir duda un momento, y concluye con voz ahogada -. Supongo que no me queda más opción que quitarme la vida. No veo otra solución para mantener mi honra.
El ritión miró el cadáver del arquero tendido en el suelo.
- Si hubiese llegado antes, quizá habría podido retenerlo y respetar su vida, aunque no era más que un bandido. Cuando los entreguéis a las autoridades de Zirna, seguramente serán condenados a muerte, o les cortarán algún miembro, que viene a ser lo mismo o peor. Si hubiese dudado, tal vez os habría alcanzado a vosotros o a la chica con su flecha.
Gorán suspira un momento ante la dramática conclusión de Tamir.
- No creo que suicidarse sea la única opción, ni ante tu familia, ni ante los dioses. Hay algo que debes saber. Verás, el día que nos conocimos... tu hermano había ido a buscar a mi hermano y su familia para chantajearles. Supongo que no lo sbes, pero tu hermano estaba bajo las órdenes de un extorsionador que obligaba a algunos comerciantes a pagarle a cambio de "protección", es decir, para evitar que sus hombres arrasasen con sus negocios. Mi hermano había tenido una mala época y no había pagado, y tu hermano había ido para tratar de "convencerle" de que era mejor que pagase. Cuando apareció, yo lo estaba esperando. Luchamos y lo maté. Entonces llegaste tú, y no me pareció justo hacer cargar a tu familia con el peso de la deshonra de tener a un hijo así, de modo que preferí dejar que creyeses que yo lo había matado sin más.
Tras hacer una pausa, añadió.
- Lo que no entiendo es como, siendo un buen guerrero, tal y como has demostrado ahora mismo, jamás conseguiste ni siquiera amagar un golpe contra mí.
Oye, respondemos? Vaya que Derguín sigue ahí para saber que es lo que pasa entre esos dos. Y como la acción se ha quedado, no se, un poco coja.
Me mantengo en silencio, expectante a la resolución de la conversación, sin atreverme a entrar en ella; las últimas palabras de Gorán fueron realmente perturbadoras...
¿seguimos con la partida o me veré obligado a spammear con canciones de jarabe de palo?
Bueno, el dire estaba de viaje. Igual no ha tenido tiempo de conectarse.
Y no, deja las canciones de jarabe de plao anda xD
Noooooooooo... jarabe de palo noooooooooo... Es que estaba de viaje, y mientras recupero el ritmo y tal... También os había dejado hueco, por si queríais responder, pero como no metéis baza, sigo con mi rollo XD
¡¡¡Pasamos a otra escena!!!