Partida Rol por web

"Sí claro, compañero. Aquí tienes la espada" dijo Fidhean extendiendo la espada para que Brechtanz la cogiese. "Tan pronto la revises hablaremos al respecto. Mucho me temo, que los resultados no son concluyentes, mas eso no quiere decir que no sea la espada de mi padre".

Ssisz señaló la bolsa que le habían dado el elfo y el enano y con sonrisa pícara asintió dando a entender que tenía las monedas y le gustaba el trato.

Tras salir de la sala de la espada Ssisz se dirigió con rapidez a las esquina que daba a la puerta de los trasgos para asegurarse de que no estaban cerca de derribarla. 

El hombre rata se acercó a la puerta obstruida y escuchó atentamente en busca del rastro sonoro de los trasgos pero no escuchó nada más allá del ulular de un suave viento. No había ni rastro de sus gruñidos, ni pisadas ni siquiera de su asqueroso olor

El enano cogió la espada que le cedió el elfo y la examinó de cerca. Miraba las marcas de la empuñadura y las inscripciones hechas en la base de la hoja mientras asentía y mascullaba para sí. Esta espada perrrrtenece a mi clan dijo al fin Podeis ver las marrrcas enanas aqui señaló con los dedos unas inscripciones No hay duda. Debo llevar la espada de vuelta

El hombre rata observó con disimulo, pero sin perder detalle, como el enano examinaba la espada. Cuando sentenció que la espada pertenecía a su clan escuchó con atención, tratando de detectar si mentía. El enano ya le había intentado engañar una vez para no pagarle al entrar en la sala y no se fiaba en absoluto de sus palabras.

Hay algo que no cuadra del todo. Quizás sea eso, que no te fias de él, pero el enano no está diciendo toda la verdad. Tampoco es que esté mintiendo. Sin duda hay algo en la espada que le hace pensar que pertenece a su clan pero no lo sabe con esa rotundidad con la que habla.

Bueno creo que habría que intentar salir por ese tunel dijo Brechtanz acercandose hacia el agujero abierto en la pared del corredor. El enano había liado la espada en un paño y la habia colgado a su espalda con una cuerda. Volver a pasar por los "aposentos" de esas bestias inmundas es lo ultimo que me apetece ahora y lo menos conveniente a mi juicio. mientras hablaba examinaba con detenimiento el tunel 

Brechtanz estaba realmente seguro que aquella era la espada de su clan, mientras que él, en contrapunto, no estaba del todo seguro que aquella fuese realmente la espada de su padre. Había marcas, pero de ninguna manera era un veredicto concluyente. Más aún, si se quitaba la ambición y la desconfianza del medio, aquello sólo podía significar que la espada realmente pertenecía al clan enano. Pues, no podía ser élfica y enana al mismo tiempo.

"Sí, Brechtanz. Que así sea... Yo he examinado la espada y los indicios no son concluyentes. Hay algunas marcas que podrían indicar que es la espada que tanto he buscado, pero también hay otras marcas que parecerían indicar que no es mi espada..." dijo contrariado. Luego, volviendo a recuperar un poco de compostura, continuó "Aunque no pueda descartarlo con completa seguridad. Pero no os privaré a ti y a tu clan de la espada, cuando no estoy seguro al respecto".

"Sí, vayamos. No perdamos más el tiempo por aquí... No vaya a ser cosa que los malditos decidan volver" finalizó con decisión.

El hombre rata miró con desconfianza la sentencia del enano sobre la espada. Había visto que esa espada siempre había estado en el templo y el enano ya había intentado engañarle antes.

- ¿Puedes mostrar a Ssisz esos símbolos que dices son enanos, señor enano?

Con la rapidez de una lagartija intentaba guardarse la espada y tapar las marcas y eso no hacía más que despertar la suspicacia del hombre rata.

Claro Ssisz. Claro. Perrro lo haré una vez hayamos salido de aquí si no tienes inconveniente el enano tocó con la mano la espada envuelta y bien anudada a su espalda. No tenemos tiempo que perrder y sí algo de prisa no vayamos a vernos emboscados por los invasores de tu templo amigo. Estoy practicamente convencido de que este tunel nos llevará al exterior. se giró dando la espalda al hombre rata y empezó a meterse por el agujero

Miró hacia atrás y vio que el resto del grupo daba su aprobación asi que Brechtanz se introdujo por el estrecho tunel y los demás le siguieron no sin dificultad. El enano se movía bien por alli tan acostumbrado estaba a esos menesteres y asuntos tan enaniles. Avanzaron a duras penas hasta llegar a un recodo donde era imposible avanzar. Algun derrumbamiento había taponado el paso. Brechtanz observó y estudió la situación y en seguida se puso a picar...

Ante la presencia del derrumbe, y preocupado de que los enemigos consiguieran abrir la puerta y les atraparan en un callejón sin salida, Ssisz se puso a ayudar al enano a despejar el tunel. Le dejó hacer a él la mayor parte del trabajo, pero iba despejando el camino moviendo hacia atrás las piedras que sacaba el enano de la galería.

Fidhean, contrario a Ssisz, se quedó a la entrada del estrecho túnel. Prefirió quedarse vigilando la retaguardia, no podían permitirse ser emboscados en aquella precaria situación.

Con la ayuda del habilidoso Ssisz, Brechtanz consiguió no sin esfuerzo, excavar con el pico lo suficiente como para agrandar el paso de forma que todos pusieran pasar por allí. Tras pasar aquel escollo, los cuatro compañeros avanzaron por el corredor que ascendía angostamente. El suelo estaba cubierto de piedras y el movimiento se hacía complicado sobre todo para Robbard, el humano que tan poco acostumbrado estaba a esos menesteres. Sin embargo, al poco rato, sintieron las primeras corrientes de aire fresco y saludable. Era una señal inequivoca de que la salida estaba cerca. Lo habían conseguido. Sí. Habian escapado de aquel lugar y de sus terribles habitantes. 

FIN