Partida Rol por web

La extraña aparición del enigmático simio se había esfumado, y por lo sorprendente del suceso, casi parecía que se tratase de un sueño o una alucinación… pero no, había ocurrido, y sus palabras se habían grabado en la mente de todos los trabajadores del nivel.

Los sujetos comenzaban a ponerse en movimiento, algo nerviosos tras escuchar hablar al gran mono… quizá por no terminar de comprender sus palabras, o quizá por haber entendido el mensaje. El caso es que uno a uno, todos comenzaron a moverse por el entramado de pasarelas.

El sujeto 1.145-X, tras aprovisionarse con los tesoros encontrados, continuaba su ascenso a través de oxidados escalones y retorcidas planchas de metal, siendo engullido por la oscuridad de las alturas y desapareciendo así de la vista.

3.140-X y 3.142-X, algo desorientados, se dedican a buscar con mayor ahínco una ruta alternativa hacia la salida al nivel 1, que no pase por la imponente pasarela volcada que los separa del otro lado del nivel.

2.141-X, duda, se siente como un niño ante el que se presenta un amplio abanico de posibilidades, y en lugar de escoger una, se queda quieto, temeroso ante lo desconocido, esperando que alguien le dé una órden que pueda asimilar y obedecer… como ha hecho durante todos sus años de trabajo en La Factoría.

1.144-X, más decidido, se da media vuelta, y agarrando su pala, se encamina nuevamente hacia las escaleras por las que descendió al nivel. Cuidadoso de no tentar demasiado a la suerte en la pasarela que se queja con un desolador chirrido bajo su peso justo antes de que desaparezca camino al nivel superior.

Miro, de un lado a otro, incluso huelo, busco por todos los medios una salida, miro a mi alrededor y siguo con la mirada a los que se estan moviendo, mi compañero de nivel parece que no tiene ni idea de a donde va, el engendro alto está quieto en su sitio a su lado un personaje le dice algo y se aleja... me quedo quieto... hasta que mi cerebro llega a la conclusion de que si sigue avanzando no lo voy a ver mas y con gran angustia busco a mi compañero de nivel y gruño señalando al personaje que esta desapareciendo (Unngg!!!).

"Mierda, mierda, mierda, esto va cada vez peor. No se cuanto durara esta situacion, pero parece que abandonar la Factoria es la mejor opcion que me queda, aunque no se si sera la mejor.

Por lo visto el resto de trabajadores tambien esta intentando escapar asi que sigamos a ello intentando no llamar mucho la atencion..."

Viendo como el sujeto 1.144-X se aleja por la pasarela, mira al resto de personas. Recuerda sus palabras "Yo me voy, deverias hacer lo mismo" e instintivamente toma el mismo camino que él.

Avanzais por las pasarelas y, siguiendo el camino que anteriormente recorriese el sujeto 1.145-X, ascendeis por unas escaleras, agarrados a las barandillas oís rechinar las cadenas y veis moverse las pasarelas, ingenuos al temor a caer avanzais sin miedo cuando un escalón falla bajo uno de vuestros pies, tras ése, le siguen otros, los escalones se desmontan y la oxidada y vieja escalera cae al vacio en pedazos.

Recobras el ímpetu justo cuando una ola de hirviente líquido irrumpe en el hueco del elevador, formando un pequeño remolino que lo salpica todo, corroyendo por igual los retorcidos metales del destrozado artilugio, así como los restos de la criatura conocida como “Bestia”.

Una columna de vapor ardiente se eleva por el hueco, como si el nivel tres intentase atraparte con su brazo y no dejarte escapar… pero tu sorprendente fortaleza y agilidad te permiten escalar a gran velocidad hasta alcanzar sin problemas el piso del nuevo nivel al que has logrado llegar…

Un laberinto de pasarelas colgantes, cables y cadenas se extiende ante ti en un sube y baja que te hace sentir náuseas.

Un sin fín de plataformas colgantes que no parecen llevar a ningún sitio se funden en el paisaje industrial con infinidad de contenedores y cubos que suspendidos en el aire cruzan lentamente el nivel, desapareciendo entre las sombras.

Potentes timbres resuenan irritantemente en puntos aleatorios del sector, creando una ensordecedora melodía.

Bajo todo ese nivel de chapas ancladas al techo, tan sólo una profunda oscuridad y un vacío abismal por el que asciende un hedor a cuerpos cremados que rapidamente se cuela por tu nariz.

Una pasarela que ha volcado, y permanece colgando en condiciones pésimas te separa de lo que parecen unas escaleras directas al siguiente nivel.

No hay rastro alguno de vida aquí… pero tampoco de muerte… el mecanismo destrozado junto al hueco del elevador te hace llegar a la conclusión de que quizá haya sido manipulado por los esbirros del doctor antes de abandonar el lugar rumbo a quién sabe dónde…

Extenuado tras el ejercicio físico de la enloquecida escalada y algo mareado por los efluvios derivados de las reacciones entre el incandescente material y el metal de la enorme sala, el lobomizado se dedica a descansar durante unos instantes. Durante este tiempo, además de recuperar el resuello, observa el lugar al que ha llegado.

Oscuridad, una cacofonía de sirenas y alarmas apenas rota por el acompasado chirrido de las plataformas colgantes y el olor de los crematorios le reciben. Unidos a las lacerantes heridas de sus manos y a los pinchazos de sus doloridos músculos, forman una dolorosa realidad que abruma al engendro. Aguza la vista en busca de signos de movimiento. Nada. Nada salvo el va y ven de las plataformas...

Unos minutos después, tras examinar desde su posición el fúnebre dédalo, llega a la conclusión de que hay una única vía posible para avanzar y es a través de una plataforma que cuelga de manera precaria. Duda unos instantes. ¿Conseguirá la estructura soportar el peso de su blasfemo cuerpo? ¿Lograría atravesar esos decisivos metros sin precipitarse a la oscuridad? El cansancio le impulsa a moverse para no dejarse arrastrar por el sopor que seguirá a tanto ejercicio. Debe avanzar. Ahora mismo.

Ni siquiera se le ocurre la posibilidad de una vía alternativa de escape. La oscuridad y el constante ruido, aquel infernal grito carente de todo ritmo o cadencia, le niegan sus escasa capacidades de concentraión. Su parte animal exige salir del lugar, atormentados sus finos sentidos.

Sigues en la escena "El nivel 1"