La corriente lo mecía con furia y con desprecio, como una madre que no ama a su hijo, y que descarga sobre la indefensa criatura toda su frustración contenida.
Canal abajo desciende el amorfo ser, sin nada a lo que agarrarse, sin nadie que le tienda una mano, completamente sólo y abandonado.
Hasta que finalmente puede ver ante él lo que parece ser su seguro final… un inmenso engranaje de rodillos llenos de óxido, que muelen todo lo que llega hasta ellos, quebrando y engullendo por su insaciable boca cualquier deshecho traído por las sucias aguas.
Y allí está él, sin tiempo para pensar, sin más alternativas, pues ya agotó todas las que el destino le tenía preparadas, tan sólo con la esperanza de ser lo suficientemente hábil como para colarse por el diente mellado de la imparable maquinaria.
Las aguas no dan tregua, y finalmente lo vomitan contra los cilindros, y en ellos no haya el diente mellado, sino la muerte, que le abraza como al hijo perdido. Un indescriptible dolor cuando todos los huesos del cuerpo crujen al unísono como mil nueces machacadas a la par… y después la calma absoluta.
Ya no hay dolor, ya no hay pensamientos oscuros… la maldad y el sufrimiento marcharon, dejando paso a la verdadera vida… donde los recuerdos de un pasado lleno de felicidad vuelven para impregnarlo todo con su dulce melodía. Y la antaño horrenda criatura ya no es despreciada, y baila sobre los verdes prados con su amada, que no le repudia sino que sonríe cuando sus manos se cruzan.
¿Hubiese sido mejor continuar en aquél oscuro y frío lugar?, allí donde el calor humano del amor y la amistad era una ilusión efímera… allí donde el salvajismo y la brutalidad imponían su ley…
Disfrutó de su libertad, tomó sus primeras decisiones tras años de cautiverio, y finalmente éstas le condujeron a la muerte, que no significó para él otra cosa que atravesar una puerta tras la que le esperaban todos sus recuerdos… que no significó para él otra cosa que recuperar la vida que un día perdió.
Falleces en el acto.
La razón no era su mayor virtud, eso es cierto… en su lugar, la pequeña criatura actuaba movida por una mezcla de instinto de supervivencia y ansias de libertad. Una mezcla que la empujaba a arriesgar lo poco que tenía para conseguir la plenitud.
Sobre ella los viejos muros de un mundo lleno de horrores se desmoronaban lentamente, hundiéndose en el agua del canal o golpeando el suelo con saña… un montón de cascotes fue a parar sobre la aturdida mutación que permanecía quieta en el bordillo, arrojándola al agua, pero eso no le importaba a la criatura, que se afanaba por activar el mecanismo que creía útil para abrir las rejas de la tubería… pero sus intentos eran en vano, pues carecía de la maña suficiente para empujar palancas y hacer girar manivelas desgastadas por el óxido.
Pero por suerte para el ser, dos compañeros llegan hasta el lugar siguiendo la ruta del bordillo… se trata del bebé y la criatura con rasgos de rata. No hay ni rastro de la criatura que les acompañaba anteriormente, pero quizá con los recién llegados baste para ayudar a la mano a completar su tarea…
Fallece Mutación Viscosa.
Continuáis recorriendo las cloacas, dejando atrás a la criatura que cayó al agua… víctima necesaria de la lucha por la existencia.
En sentido contrario a la caída del agua, camináis en busca de la libertad, notando como cada cierto número de metros recorridos, unas diminutas escalerillas os permiten ascender a un tramo más elevado que el anterior y así sucesivamente, como si las cloacas fuesen unos gigantescos peldaños que van ascendiendo.
Finalmente llegáis a un punto en el que una gran pared recubierta por musgo os impide avanzar más. Saliendo de ella, en el centro del caudal de agua se encuentra una tubería de grandes dimensiones tapada por unas rejas. De ella sale el agua que va a caer a los canales que habéis recorrido.
Junto a ella hay un extraño mecanismo que la mano ocular intenta activar con nulo resultado.
Por contra, varias rocas de la envejecida pared han caído desde lo alto golpeando con fuerza a la criatura anfibia, cuyo cuerpo inconsciente arrastra ahora la corriente, una espeluznante visión que ya se os antoja familiar.
siguieron caminando por los oscuros senderos de Dios, hasta que el camino se vio de nuevo truncado. Muchas eran las pruebas que le ponía el todopoderoso. Solo los verdaderos portadores de su fe serían los que saldrían de allí, y aquellas pruebas eran para asegurarse que el testimonio de cada uno para con Él era puro.
La cosa esa que tenía moco en el cuerpo flotaba corriente abajo...algo habría hecho, y la graciosa mano con ojos jugaba con alguna especie de mecanismo que tenía pinta de ser muy divertido.
El bebé se acercó a él e intentó unirse al juego de la mano, mirándola y sonriéndole, tirando de esta y aquella palanquita. pero las cosas estaban duras y no parecían responder. Se quedó mirando el extraño juguete, seguro que si hacía el juego en condiciones sería más divertido...Seguro que si lo hacía bien, podrían seguir avanzando.
El adulto volvió a ganar al bebé y mirando aquel mecanismo pensó que debería hacer, y trató de hacerlo.
Master, ¿qué tiro?
Y así la oscuridad volvió a su ser, todo se puso negro, su maltrecho ojo al fin se cerró, no recordaba nada de lo sucedido…
Una luz brillante al final, ¿sería para él?...
No se lo pensó y corrió, corrió hacía ella como hacía tiempo que no podía…
Y allí… al fin volvió… a su verde prado, donde la primavera hacía crecer hermosas flores, donde por fin escuchaba el bonito canto de los pájaros…
Volvió a correr, a notar sus pies descalzos e iguales sobre la hierba… saltó de alegría, gozó aquél instante como si fuese el último, olvidándose así de aquella maldición que durante tanto tiempo le había acompañado…
Se acarició el rostro, recorrió con sus dos manos cada una de sus facciones, todo era perfecto… No había nada anormal en él… sonrió.
Al fin, fuera del alcance de quien le convirtió en un ser despreciable sin humanidad, de quien tanto de daño le hizó y encerró por décadas, sentía algo que parecía ser libertad…
Sintió unas manos suaves detrás de él, y se giró lentamente…
Permanecía de pie, mirándole, sin mover ni un solo músculo… algo había cambiado, ya no huía de él…
Alargó sus brazos y ésta se echó en ellos… se fundieron en un abrazo eterno, por fin podría estar con su amada hasta el fin de los tiempos…
Y así, cansado pero satisfecho, comenzaba lo mejor de su otra vida.
Tirada de Agilidad para manipular el mecanismo.
(Ya podéis dejar de seleccionar la casilla de "sólo para el director" y enviar los mensajes normalmente).
Se sentía estúpida intentando manejar aquellos trastos con la torpeza que la caracterizaba. Y lo peor era que sabía como hacerla funcionar, pero el "creador" se había burlado de ella y la había hecho inútil y torpe para todos los efectos, a este paso nunca lograría poner en marcha la maquinaria. Para colmo, su "compañero" había caído al agua, muriendo ahogado y golpeado por los cascotes afilados, arrastrado por la corriente como un alma en pena.
Seguía frustrada, intentando activar las complejas y pesadas palancas cuando otros engendros entraron en la sala... la rata deforme e inmunda y el espantoso bebé burla de una naturaleza con un sentido del humor demasiado retorcido como para que tuviera gracia. Ese ser intentó tirar de las palancas pero parecía mas dispuesto a jugar que tomárselo en serio. Nerviosa, la mano empezó a señalar con los dedos y saltando en cada una de las palancas y manivelas necesarias para el funcionamiento, en el orden en que debiera utilizarse, esperando que alguno de ellos tuviera la destreza necesaria.
¿Puedo ayudar de alguna forma a alguien con alguna tirada o ya no puedo hacer nada mas que señalar y observar?
La mano ya no puede ayudar más, no obstante, al conocer el funcionamiento del mecanismo y transmitir la información necesaria para ponerlo en marcha al Bebé. La tirada de Agilidad de éste sumará 1D20 extra a la hora de intentar manipularla.
El bebé mira a la mano, moverse juguetona. Lo hace siempre igual, y cuando él le sigue el juego, ella se mueve aun más frenética. Le hace gracia la mano...¿será que lo está haciendo bien?
El bebé comienza a seguir las instrucciones de la mano y a apretar los botones y tirar de las palancas como buenamente puede, tratando de activar el mecanismo. Sonríe cuando logra un avance y de vez en cuando suelta alguna carcajadita infantil. Se lo está pasando pipa.
Realmente Dios quiere que siga su camino y expíe sus pecados. Sigue intentándolo con los mecanismos
Tirada: 2d10
Motivo: agilidad
Resultados: 3, 5
Tirada: 1d20
Motivo: Indicaciones de la mano
Resultado: 6
agilidad en d10 y un d20 adicional?? ok
Continuáis en el Nivel 1 de La Factoría. En breve recibiréis mensaje en esa escena.