Partida Rol por web

-Disculpa- contesta Elaydren a Threkor-. No te he respondido antes. Poco puedo ayudaros con el nombre de ese hombre; el tal Jarem. Nos llegó hace algún tiempo una información. Nuestros agentes nos dijeron que un tal Jarem había estado haciendo muchas preguntas sobre la casa Cannith. También nos dijeron que había estado moviéndose por los niveles más bajos de la ciudad y que incluso fue visto por la universidad de Morgrave. Pensaba que simplemente se trataba de otro sinvergüenza a la busca de algo que robar. Pero tras la infromación que me habéis revelado era evidente que andaba tras las investigaciones de Bonal. Tal vez su intención sea adelantarse y adquirir esa reliquia antes que nadie para pedir un rescate a la casa Cannith o, aún peor, venderla a alguien.

Si aceptamos. ¿Tendríamos oposición, igual hay otros jugadores ya sobre el tablero?. Alguno tiene que haber si el primer peón que nos metió en esto esta muerto.

-No hay nadie más. Sois los primeros con los que contacto y lo he hecho única y exclusivamente fiándome de las informaciones sobre vosotros que me dio mi agente. 

Tras un breve sorbo de vino escucha las palabras de Alhandra.

-Entiendo y agradezco tus palabras Alhandra. También comparto tu preocupación.El Señor de los Filos es el líder, o el profeta más bien , de un grupo de belicosos forjados que están convencidos de su superioridad racial. Predica una visión apocalíptica  en la que el resto de razas, la "carne débil" como nos llaman, serán subyugadas o destruídas. Muchos creen que es tan sólo una leyenda...pero yo no lo creo así.

-Vuestras reclamaciones sobre el pago me parecen justas. Os pagaré lo que propones Alhandra. Pero no puedo aceptar tu otra propuesta. Si no aceptáis la misión es mejor que no conozcáis nada más sobre esa reliquia. Hacer lo contrario sería poneros en peligro a vosotros y a la propia reliquia. Espero que puedas comprenderlo...  

Parecía que el flujo de la conversación había llevado al grupo a olvidar viejas suspicacias y remar todos hacia la misma dirección, la dirección del dinero. El semielfo se había mantenido al margen, no quería involucrarse en una discusión de dos viejas amigas como lo parecían Alhandra y Neliandra, por lo que una vez se calmaron los ánimos entre ellas, este decidió intervenir.

-Threkor, si Jarem tiene sus ojos sobre el supuesto artefacto, es muy probable que aparezca en algún momento de aceptar el trabajo que se nos ofrece.- Comentó a su compañero para dirigir ahora su gentil mirada hacia la mujer de la Casa Cannith.

-Llegados a un acuerdo en lo económico, sólo queda el espinoso asunto que Alhandra y Neliandra muy bien han señalado. No nos gustaría de nuevo arriesgar nuestros pellejos basados ciegamente en las solicitud de nuestro empleador, le propongo que por lo menos permita al grupo estar presente cuando se descifre el largamente mencionado diario. Me parece una solución que deja el asunto sin vencedores y sin vencidos a la vez.- Levantó sonriente su bebida en dirección de la distinguida dama.

―Bien, Elaydren, aprecio mucho la flexibilidad que estás demostrando en todo este asunto y también la información que nos has proporcionado. Aquí todos estamos en el mismo bando y ninguno quiere que esa reliquia caiga en manos de ese corta-bolsas llamado Jarem.

»Personalmente encuentro más que aceptable la propuesta del señor Sellion de ser testigos de la traducción del diario. No obstante, fue lady Neliandra quien logró rescatarlo a tiempo y ponerlo a salvo antes de que cayera en manos indebidas y no seré yo quien me atreva a decidir en su nombre. Si ahora el diario está en nuestro poder y no en el de los enemigos de la Casa Cannith es gracias a ella. Así pues, dejo esta decisión final en sus manos pues Ollandra la ha dotado de una sabiduría preclara que yo no poseo.

Miro a Elaydren y sonrío -Creo que no he sido suficientemente clara, a mi el dinero me da igual, sirvo a Olladra y me da todo lo que necesito, ni más, ni menos- hago una leve pausa para beber algo de agua y prosigo -No he dado como opción que el diario lo lea Alhandra y solo en presencia del grupo que formamos nosotros- digo refiriendome a mis compañeros y a mi -YO, soy quien tiene el diario y por tanto YO soy quien decide quien lo lee y quien no- digo enfatizando las palabras que a mí se refieren -Creo que si no aceptas hemos llegado a un punto muerto y no merece la pena seguir perdiendo el tiempo- 

Miro a Neliandra como reacciona un tanto intransigente a la hora de referirse al diario.

Pues yo tengo curiosidad en saber que dice el maldito diario. La verdad si me he de jugar el cuello, quiero saber por qué me lo estoy jugando. Cada palabra que decís aumenta mi interés por el contenido del dichoso libro.

Miro a mi alrededor a todo el grupo - Creo que todos estamos de acuerdo en que el contenido del libro deba ser revelado a todos en grupo, ya que creo que al final todos estamos empezando a estar relacionados con él de un modo u otro.

-Os he dicho que descifraría el libro ante vosotros. También he aceptado vuestra propuesta de honorarios para esta misión. Pero lo que no puedo aceptar es que , sin comprometeros a aceptar trabajar para mi y mi casa, os de una informanción por la que ha muerto Bonal Geldem. He trabajado con él durante mucho tiempo y tanto él como yo...queríamos recuperar esa reliquia- dice sin apenas disimular el dolor por la muerte de Bonal.

Abre una cartera y saca de ellas 6 hojas. Los pone sobre la mesa. Podéis ver que son los contratos con los cuales ella os garantizaba el pago. Véis que coge una de ellas. En el pie de página puede leerse:

" Aceptando y cumplimentando los términos de este contrato se hará entrega a .... ..... de ...... piezas de oro".

Podéis ver como escribe en la parte final: " 100 piezas de oro en el momento de la firma y otras 200 por el cumplimiento de este contrato". Acto seguido se levanta de la mesa.

-Aquí les dejo los contratos que tenía para ustedes- os dice con una voz monótona y desapasionada. Al llamaros de "usted" tenéis la impresión que las ganas de tratar con vosotros se han enfriado bastante-.  Creo que deben hablarlo entre ustedes y no me corresponde el estar presente. La decisión es sólo suya. Si aceptan descifraré el diario en búsqueda de la localización de la reliquia. Alhandra podrá ayudarme y lo leeremos aquí delante de todos. Si no aceptan les  pido disculpas por haberles hecho perder el tiempo. Pondré a su disposición una aerocalesa que les llevará de vuelta a su posada- promete sin apenas poder evitar mostrar su frustración y preocupación-.  Cuando hayan tomado una decisión digánsela a aquel hombre de allí-. Señala a un hombre bien vestido sentado en una de las mesas.

Acto seguido Elaydren se dirige al fondo de la posada y la véis perderse por las escaleras.

Vaya, tengo que reconocer que esto ha sido de lo más intenso. Neliandra se ha mostrado tan severa que a la pobre Elaydren sólo le ha faltado echarse a llorar. En cualquier caso, creo que ya hemos sacado a esta situación tanto como era posible. Un 80% más de lo que nos ofrecían inicialmente y encima con una tercera parte por adelantado, nada mal.

Lo de menos para mí es el dinero, pero estoy segura de que varios de mis compañeros lo agradecerán. A mí lo que realmente me intriga son los papeles de Geldem y encontrar esa reliquia.

―Bueno, Neli, ¿tú qué dices? El contrato parece bastante consistente.

Miro a Alhandra, luego al resto de mis compañeros -Sabes lo que me importa el dinero, con tener el suficiente para comer y dormir cuando no puedo ir al templo me sobra, lo demás son lujos innecesarios, así que tal vez para nuestros amigos hayamos conseguido algo pero sigo sin fiarme de esta mujer- digo en un tono que solo puedan escucharme mis compañeros de mesa.

Saco de la bolsa el diario y se lo doy a Alhandra -Haz lo que quieras, sabes que puedes contar conmigo, pero esta tipa, por mucho que sea de tu casa... no ha dudado en ponerte en peligro una vez, no le importamos-

―Muchas gracias, Neli. Yo personalmente estoy a favor de concederle un voto de confianza a Elaydren, no tanto por la afinidad que pueda tener con ella como por el hecho de que si lo que nos ha contado es cierto, tanto mi casa como todos nosotros podríamos salir beneficiados de una u otra forma. Sin embargo, creo que deberíamos someterlo a votación y si aún así alguien decide inhibirse de esta aventura... Bueno, yo no voy a obligar a nadie a que me ayude, pero confieso que después del ataque de anoche me sentiría más segura si todos accedieseis a venir conmigo. ¿Qué decís vosotros?

Sin mirar a nadie, me acerco a la mesa, cojo uno de los papeles y estampo mi nombre en él. Acto seguido me dirijo al hombre responsable del reclutamiento y se lo entrego.

Podéis contar con mi espada.

Habíamos llegado a un cierto acuerdo en cuanto a monedas y que hacer con el diario, ahora solo nos quedaba ultimar los flecos y saber en que dirección ir.

- Yo estoy aquí para hacer dinero, esta misión o cualquier otra....mientras paguen seguiré con vosotros.

Cojo una de las hojas que la tal Elaydren ha dejado sobre la mesa y marco una con una x.

Os encontráis sentados en la bodega de el Yunque Roto. Elaydren ha mandado apartar las cajas y viandas para que pudiesen instalar una mesa y unas sillas. El lugar es húmedo y reina en el ambiente un intenso olor a comida y vino conservado en barriles.

Elaydren se sienta en una posición centrada. A su lado está Alhandra con el diario entre sus manos. Elaydren intenta no cruzar mirada alguna con Neliandra sabedora que la clérigo no confía en ella.

Alhandra intenta olvidarse de esta tensa situación entre ambas mujeres. Sabe que han bajado aquí para descifrar el diario y retrasarlo más no tendría ningún sentido. Sin mediar palabra entrega el libro a Elaydren.

En cuanto Elaydren d'Won lo coge entre sus manos el libro empieza a emitir un fulgor azulado.

El símbolo grabado en mithril de la portada y uno de los anillos de Elaydren empiezan a brillar con un azul eléctrico. Tanto Alhandra como Elaydren experimentan una brisa que agita levemente sus cabellos.

Elaydren abre el libro. Las páginas en blanco comienzan a llenarse al instante con una escritura de trazo delicado y dibujos esquemáticos. Parece una lengua antigua y compleja mezcla de un lenguaje noble y arcano al mismo tiempo. Elaydren pasa las páginas hasta detenerse en una de ellas.

-Aquí es donde deberíamos encontrar la localización de la reliquia Alhandra- le dice a la artífice bajo una luz azulada en su rostro-. Busca entre los parámetros lo que parece ser un plano.

Elaydren examina la hoja con detenimiento y tras unos minutos en los que toma algunas notas extrae un mapa de un pliegue de su capa.

-La ubicación de la forja perdida  está en lo más profundo de la torre Dorasharn- dice la dama Elaydren-. Unos 57 niveles por debajo del sistema de alcantarillado actual de la torre. Ahí es donde encontraréis la reliquia...- Despliega el mapa ante vosotros.- Este mapa os muestra el camino para llegar a los desagües de la torre Dorasharn. En algún lugar más allá de la sala de válvulas E-213 encontraréis una puerta sellada con la misma marca que el diario de Bonal. Abrid el sello, y el túnel que hay detrás os llevará al largo tiempo olvidado nivel inferior, donde está la forja. Bonal me dijo que en su expedición tenía pensado llevar fuego.

El libro ante ella va perdiendo luminosidad. Las letras desaparecen hasta convertirse de nuevo en páginas en blanco. El sello de la portada deja de brillar y Elaydren desliza el diario hasta Alhandra. Todos notáis como cruza una mirada con Neliandra en ese mismo momento.

-Hay una cosa más- dice que concierto temblor en la voz-. Aquel objeto que partió del cuerpo de la forjada...el mensajero definitivo...el Señor de los Filos estará enterado de lo sucedido. Permaneced alerta...