Partida Rol por web

Pero que… La visión de aquel extraño personaje saltando por el puente impacto al hombretón, que se apresuró a acercarse al puente.

- ¿Habéis visto eso? – preguntó a Lyann, la cual aun permanecía a su lado. – Es normal que extraños personajes encapuchados se intenten suicidar tirándose desde los puentes?. – Utilizó un leve tono jocoso en su última pregunta. No conocía aun en demasía esta ciudad, era demasiado grande y aun no sabía nada del comportamiento de sus gentes.

Una vez se encontraba cerca de la barandilla, echó un vistazo hacia abajo.

Lyann parpadeó sorprendida ante las palabras del hombre... ¿suicida?...

Rápidamente le siguió y se inclinó lo que buenamente pudo sobre la barandilla escudriñando hacia abajo...

- ¿De qué estáis hablando? ¿Cómo que un suicida?... No he visto ni oido nada... Explicadme qué visteis...

Los pasos de ambos forjados hacían un curioso sonido sobre las baldosas pétreas de la ciudad. Galen y Lyann no pudieron evitar voltear al oír el ruido metálico, para ver como de la cortina de lluvia, que dificultaba la visión considerablemente, surgían dos forjados. Uno de ellos estab a repleto de remaches y reparaciones por todo su cuerpo, además de que el óxido, a pesar de haber sido limpiado, había dejado su huella en su armazón. El otro parecía estar en mejor estado, y vestía una capa sostenida por un broche, situado sobre su hombro.

Al mismo tiempo, Borstion y Apoyo se abrieron paso entre el agua, que se colaba entre sus articulaciones de madera, aunque sin dañarlos, para ver como unos humanos -o al menos eso parecían a primera vista- corrían hacia el barandal del puente que les esperaba en el camino.

El puente colgante que había ante ellos salvaba la distancia existente entre dos plataformas adheridas a las paredes de dos torres diferentes: la torre Dalannan y la aguja Kelsa. Un cuerpo yacía sobre el suelo del puente, y se podía ver una mezcla de agua y sangre condensándose a su alrededor. Un maletín de cuero, aún agarrado con fuerza en la mano del fallecido, sobresalía del charco carmesí.

De repente me parece oir el sonido de un dragon en vuelo rasante XD

- Vi a un hombre encapuchado saltando por la barandilla abajo. – comenta el clérigo cuando llega a la barandilla. En ese momento, repara en la figura ensangrentada que se encuentra a mitad del puente… Todo comienza a tener sentido, aquella figura habría atacado a este hombre y por eso huia, pero ¿Cómo fue capaz de saltar desde aquí sin acabar espachurrado en el suelo?... Pensó Galen para si mientras intentaba ver u oír algo en la oscuridad de la noche, pero la lluvia y el ruido que provenía de los forjados apenas lo dejaban.

- Obviamente, no se trataba de un suicida.

¿Y cómo se que no os lo acabais de inventar? Deberíamos llamar a la guardia.

El acento del humano me resultaba familiar...¿Cyre? El chaparrón era tan intenso que podrían estar rodeandonos ahora mismo un grupo de una docena de hombres y ni nos enterariamos.

Saco la ballesta y la cargo.

Al ver que Apoyo comienza a cargar su ballesta, Borstion desenfunda su cimitarra, frunce el ceño y murmura

Será mejor que encontremos al idiota que hizo esto, con mi suerte, seguro que nos lo cargan a nosotros.

Lo único que Galen y Lyann alcanzaron a ver, oteando desde la barandilla, fue la profunda oscuridad que cubría los niveles medios y bajos de las torres. No había rastro de la figura, y pronto se concentraron en lo más perturbador del asunto; el cadáver. El difunto es un hombre viejo, con la cara surcada por las arrugas inherentes a los largos años de su vida y el poco pelo canoso que le quedaba. Debajo de su abrigo vestía buenas ropas, pero la inspección del hombre fue interrumpida súbitamente.

El grito de una potente y ligeramente femenina voz, hizo eco entre los capiteles de la ciudad -¡Malditos traidores amantes de la carne!- Cuando todos voltearon, pudieron ver una robusta e intimidante figura vestida con un gran abrigo negro, que cubría su cabeza con una capucha. Pero sus toscos movimientos, en combinación con el viento, retiraron el velo para develar al desconocido como un forjado. Sus ojos refulgían con un resplandor rojizo, algo normal dada su condición de constructo viviente, pero la luz brillaba intensamente, rezumando furia. Blandía un hacha con su mano derecha, y sin dudar un segundo, se abalanzó sobre Borstion.

El hacha del forjado, que hacía segundos había saltado con destreza sobre la barandilla, surcó el aire hasta incrustarse en el brazo de Borstion, empeorando su ya, naturalmente, horrible humor.

La forjado se abalanza sobre nosotros como un vendaval y le propina un buen tajo a  Borstion. No sabe donde se mete, le van a caer un buen par de golpes.

Lyann pega un respingo sobresaltada y se encara con la furibunda forjado que se les viene encima. Rápidamente desenvaina su espada y se prepara con todos los nervios en tensión para la inminente acometida. Respondiendo a una corazonada le grita a la extraña intentando ganar tiempo....

- ¿Quién demonios eres? ¡¡¿Y por qué habéis matado a este hombre?!!...

Empieza a sospechar que los acaban de confundir con los asesinos del muerto... si antes de salir del embrollo con varios tajos en el cuerpo consigue deshacer el error mucho mejor... no le apetece sumar más cicatrices...

La forjado lanza una carcajada de satisfacción al golpear a Borstion, y luego una claramente burlona al escuchar las palabras de Lyann. -¡Caerán ante Tajadora los débiles de carne y los traidores!- vociferó, alzando el hacha sobre su cabeza y lanzando un golpe descendente sobre el cuerpo del forjado una vez más. Sin embargo, el ataque resultó ser bastante malo, ya que resbaló en la gruesa armadura adamantina. -¡Ahhhh!- exclamó, de pura furia.

De las torres cercanas se oyen las voces escandalizadas de varias personas, ligeramente acalladas por el rumor de la lluvia y a veces silenciadas por los truenos que iluminan el aire, resaltando los ojos refulgientes de Tajadora y dejando ver la marca de Karrnath en su frente.

-¡Asesinos! ¡Están asesinando a un hombre!-

No llegaba a comprender por qué esa figura había asesinado a aquel anciano y dejado su cuerpo a la vista de todo el mundo… Quizás se trate de un ajuste de cuentas… Pensaba para si antes de ver aparecer a los dos Forjados.

La situación se volvió aun mas extraña cuando un tercer forjado apareció de la nada atacando a los otros dos forjados. Sacó su maza de guerra y se enfundó su escudo pavés.  No sabía que es lo que estaba ocurriendo, pero no parecía presagiar nada bueno.

- Las palabras no parecen funcionar Señorita Lyann. No se aleje de mí. – comentó tras colocarse en posición defensiva delante de la muchacha.

No dudaría en entrar en batalla si era atacado, pero por ahora la precaución era su mejor baza, no conocía la procedencia de ninguno de los tres forjados, y todos ellos podrían estar involucrados en el asesinato.

Realizo un par de pases mágicos con precision mecánica y mis manos empiezan a chisporrotear. Intento tocar entonces a Tajadora pero fallo como producto de la lluvia.