Partida Rol por web

La mujer les hizo un gesto con la mano, como invitándolos cordialmente a salir de la habitación, con un dejo de sarcasmo en sus toscos movimientos. Se adelantó y emprendió el descenso hacia la taberna. Esta vez estaba vacía, y las ventanas estaban todas cerradas. Parecía que aún no había abierto al público, y los cuatro se dieron cuenta de que en ningún momento pudieron comprobar en que momento del día se encontraban. Ni un haz de luz, ni el cantar de un ave. Tal como la noche anterior.

Amira cruzó la sala hasta una esquina relegada, alejada de las zonas donde el bullicio parecía concentrarse cuando el grupo había entrado por primera vez. Una bella mujer les esperaba mientras aferraba una copa de vino, sentada a una mesa vacía, y frente a ella se habían dispuesto cuatro rústicas sillas.

-Milady- dijo la matrona, en un tono mucho más cordial que el que solía usar con ustedes. -Sus invitados han llegado- informó, saludando con una inclinación de cabeza, para luego retirarse a paso rápido.

Al rostro de aquella humana lo conformaban una serie de facciones sutiles y cautivadoras. Una larga cabellera de un color negro tan oscuro como un abismo, con algunos mechones rematados por adornos de plata y turquesa, hacía su presencia aún más atrayente. Sus ojos profundos hacían juego con el resto de su persona, y vestía una capa azul, que les recordó mucho a la que vestía la misma figura que los había abordado la noche anterior, luego de derrotar a Tajadora.

La mujer alargó una delicada mano, que portaba el mismo anillo que habían atisbado bajo la lluvia con anterioridad, para señalar cuatro copas y tres jarras, una llena de cerveza, otra de vino, y la última de agua, para luego dirigirse al grupo con una voz dulce y acogedora. -Bienvenidos. Por favor, tomen asiento- pidió, haciendo un gesto enfático y apuntando a las sillas.

-Se preguntarán por qué les he pedido que se presentasen aquí. Por supuesto...- agregó, con una sonrisa divertida pero firme a la vez. -Antes que nada, creo que lo correcto sería presentarme. Mi nombre es Elaydren d'Vown. Dudo que signifique algo para ustedes, pero creo que deberíamos romper el hilo, ¿no creen?-

Acompañó a la mediano en silencio, como siempre sumido en sus propios pensamientos, hasta la taberna, donde les esperaba la dama de azules ropajes. Observó con detenimiento el anillo que portaba, intentando que quedara grabado en su mente.

Tomó asiento cuando la dama les hizo el gesto.  – Mi nombre es Galen Hiregaard, encantado de conocerla – comentó con su ya conocido serio tono. – Y no, me temo que no tengo el gusto de conocerla. – Echó un vistazo a su espalda hacia sus compañeros para que hicieran lo propio, centrándose sobretodo en Lyann la cual, a su modo de ver, era la mas capacitada para continuaar  la conversación con Elaydren.

¿Romper el hilo? ¿De que hilo habla? Debe ser una de esas frases hechas humanas que nunca entiendo... ejecuto una rapida inclinacion de tronco En cualquier caso, me presento: Apoyo. Hechicero vocacional e investigador aficionado.

Me quedo mirando el vestido y el anillo. Parece evidente que es la misma persona que nos encontramos anoche pero no voy a insultarla consultandoselo.

El despertar de Lyann fue bastante frustrante para ella... Había sido muy poco cuidadosa, durmiendo profundamente y despertando la última de todos los presentes... sus reflejos le habían jugado una mala pasada.... a estas alturas podría estar  muerta si la situación hubiera sido otra...

Mientras guardaba disimuladamente la daga y se acomodaba la ropa y la capa, irrumpió en escena la posadera, instándoles a seguirla.... y aquí estaban... ante esta hermosa y elegante mujer.... que si no se equivocaba era la misteriosa encapuchada de la noche anterior... curioso, cuanto menos...

Procurando no parecer descortés, inclinó con un suave movimiento la cabeza sin dejar de mirarla a los ojos mientras se presentaba...

- Mi nombre es Lyann... Lyann Sariasta...

Indicando con una mano al forjado restante, que había permanecido en un hosco silencio añadió conciliadora....

- Y este es el valiente pero poco hablador Borstion...

Tras lo cual tomó grácilmente asiento sin quitar ni por un momento la vista de la mujer...

- Y dígame, amable señora... ¿a qué se debe el placer de conocerla?...

Estaba segura de que todo esto estaba relacionado con la muerte del pobre hombre del puente... y que esto no iba a ser más que el principio... Lyann sabía reconocer un buen embrollo cuando lo tenía delante, y éste directamente le había golpeado de pleno en las narices... pero no sería ella quien diera el primer paso en terreno resbaladizo...

- Somos todo oídos...

-Oh, ¿he dicho "hilo"?- inquirió, esbozando su sonrisa una vez más. -Lo lamento, es que... me encuentro algo distraída- dijo. Su rostro se ensombreció tras esas palabras, que parecían teñidas de tristeza. Bajó la mirada apenas, pero no tardó en reponerse de su lapsus, para pasear su mirada por los invitados. -Por favor, tomen asiento- insistió, en un intento por acabar con la desconfianza de los cuatro. La verdad es que lo hacía bien.

Aguardó a que se sentaran para comenzar, invitando nuevamente a que se sirvieran algo con un simple gesto de mano, para luego darle un trago a su copa de vino. -Aquel hombre con el que se toparon anoche- señaló. -Su nombre es... era Bonal. Bonal Geldem- comentó, con un dejo de pena en sus ojos azulados. -Se suponía que me reuniría con él anoche, pero todo salió mal. Me encontraba camino al puente cuando escuché los gritos del buen sargento Dolom. Pude ver como él los echaba de la escena, y también noté el mensajero expeditivo salir del pecho del forjado. Es seguro que era sólo un soldado, y que alguien está al tanto de su fallo- comentó, mientras su rostro se agravaba, sin mostrar emociones ya.

-Aún no me he explicado- agregó, como reprendiéndose. -Verán, estaba trabajando con Bonal para recuperar una antigua reliquia familiar. De acuerdo a la leyenda, la reliquia fue encerrada en una fundición olvidada en las antiguas profundidades de la ciudad. Hablo de cimientos construidos antes del mismo reino de Galifar. El pobre de Bonal creía haber descubierto su ubicación precisa en un viejo diario de la casa Cannith...-

Y es en ese preciso momento, la realidad les cayó encima de repente. Aquel símbolo, con el yunque y el martillo, pertenecía a la mismísima casa Cannith.

-..., e incluso yo planeaba financiar una expedición al lugar, pero sin él...- continuó la dama, hasta que su voz se apagó. Sus ojos regresaron a la nada por pocos segundos, hasta reponerse y observar con aún más gravedad a los presentes. -Estoy dispuesta a invertir en ustedes para que traigan esa reliquia del corazón de la Ciudad- Le dio un pequeño sorbo a la copa de vino y escrutó los ojos de los cuatro, en espera de una respuesta.

El forjado movió sus articulaciones con un leve chirrido, hasta sentarse frente a la dama. Observó las cuatro copas dispuestas sobre la mesa, y se burló internamente. ¿Para que diablos quiero yo cerveza? Hubiera reído por la gracia, pero no era un ser risueño de por sí. Que poca preparación...

Su mirada se centró en Elaydren durante su relato, aunque no porque admirara su belleza, sino porque simplemente no había nada más entretenido que observar. Por ello, no se perdió una palabra de lo dicho por la dama.

No obstante, y por alguna extraña razón, no acotó. Tal vez algún reflejo de su vida pasada, donde su trabajo no era hablar, se limitó a observar a sus compañeros y aguardar su respuesta.

Caray, suena interesante, desde luego.

El forjado empieza a caminar inconscientemente en círculos mientras discurre.

Sin embargo, no puedo dejar de notar que la gente que busca este lugar acaba un poco...muerta. ¿Quien es esta gente que envia..."soldados" dice haciendo el gesto universal de las comillas...a acabar con una inocente búsqueda arqueológica? Y ¿Por que?

Desde luego, la ocasión de involucrarse en la búsqueda atrae a apoyo sobremanera pero no puede evitar ser escéptico sobre los"extras" de la misión.

La propuesta de la mujer sonaba interesante, le daría una ocupación durante este tiempo de espera y seguramente le podría hacer ganar una buena suma de dinero. Sin embargo, al igual que a Apoyo, al sacerdote también le escamaba la forma en la que había caído el diario en sus manos y el secretismo que se llevaba.

- … - prefirió callar ante las preguntas del mago por educación. No podía hablar de aquellos forjados y de Lyann como si fueran amigos o compañeros, aun, por lo que decidió callar por el momento y escuchar que decía la dama.

La muchacha escuchó la historia de la mujer sin perder un sólo detalle... Tras escuchar en silencio las sabias preguntas del mago forjado se permitió esbozar una discreta sonrisilla...

De un bolsillo sacó un bonito y sencillo anillo de plata y se puso a juguetear indolentemente con él, pasándolo de un dedo a otro y haciéndolo rodar sobre el dorso de las manos para recogerlo de nuevo sin que se le cayese... el juego parecía requerir mucha habilidad, y sobre todo mucha práctica, pero la joven daba la sensación de poder hacerlo incluso dormida...

Mientras sus manos se movían comenzó a hablar...

- No quisiera molestarla con mi atrevimiento, mi señora... pero como dice aquí el sabio hechicero... hay cosas que no nos está contando... al menos no con detalle....

Y simulando una expresión de disculpa decidió poner el dedo en la llaga...

- Usted nos habla de buscar una reliquia perdida.... y todos nos podemos imaginar los peligros de las olvidadas y en ruinas profundidades de Sharn... pero el caso es... que esta noche, aquí, mucho más cerca, en pleno barrio rico de Sharn, hemos contemplado un asesinato a sangre fría... de un pobre hombre, Bonal Geldem.... ¿perteneciente a la casa Cannith, ha dicho? ¿también es usted de dicha casa milady?...

Observa sus ropas y peinado con curiosidad... ¿serían ambos de la casa Cannith... o se habrían buscado enemigos dentro de esa casa?...

- Hemos tenido que defendernos de una forjado que por lo que veo tenía las mismas intenciones asesinas que su predecesor, que consiguió llevar a cabo el crimen... ¿podría explicarnos un poco mejor esta situación?... ¿cuántos asesinos iban detrás de su amigo esta noche? ¿qué hacía allí la forjado?... ¿a quién pertenecía ese diario? ¿a quién han enfadado tanto como para que vayan tras sus pasos?... y dígame.... ¿en qué consiste esa reliquia que nos ha metido en todo este embrollo?...

Lyann mira a la mujer con expresión seria aunque inescrutable....

- No me estoy negando a su petición... pero creo que aún faltan muchos detalles por aclarar... si desea nuestra ayuda, deberá contárnoslo todo...

La dama Elaydren estaba a punto de formular algunas respuestas para Apoyo, pero algo capturó su atención. Lyann había comenzado a juguetear con un anillo, demostrando una maestría inusual en una orfebre. Esas sutiles y curiosas maniobras por parte de la mujer parecieron dar resultado, porque le dieron el tiempo suficiente para exponer sus propias elucubraciones.

-Creo que me he apresurado- dijo, sonriendo levemente. -Deben entender que no me es fácil ni conveniente divulgar demasiados detalles sólo porque sí, pero sería contraproducente enviarlos a ciegas, por muy motivados que puedan llegar a estar- La dama se acomodó en el asiento, quitándose unos oscuros mechones de la cara, como si se preparase para una larga conversación.

-Bonal era simplemente el preboste de la Facultad de Estudios Pre-Galifar. No pertenecía a la casa Cannith. En cambio, yo sí- aclaró, levantando la mano con su anillo para que los cuatro pudieran verlo, aunque su voz no denotaba altanería ni regodeo alguno. -Esta reliquia que deseo recuperar es algo más que un recuerdo familiar. En realidad contiene un antiguo esquema. Ehm, parte de un patrón empleado por los artífices de la casa, hace ya muchos años, en la construcción de objetos inusuales- agregó. -Es por eso que resulta importante para mí- Bebió de la copa las últimas gotas de vino restantes, para luego hacerla a un lado.

Sus facciones se ensombrecieron de repente, y su voz se tornó algo más siniestra, como si recordase algo que preferiría olvidar. -El culpable de la muerte del pobre Bonal es El Señor de los Filos- dijo, alzando la vista y paseándola por los presentes para observar su reacción, deteniéndose con súbita desconfianza en los forjados. -Ese... esa forjado era uno de sus agentes. Sospecho que estaba sola, ya que si hubiese habido otros con ella le hubieran asistido en la batalla. Supongo que han tenido suerte- comentó, respirando profundamente. Dejó que el grupo asimilara la información, hasta que volvió a hablar.

-¿Ustedes tienen el diario de Bonal? Si es así, es crucial para la recuperación del esquema que me lo entreguen- afirmó, con un brillo de esperanza en sus ojos. Parecía esperar que alguno de ellos hubiese aprovechado para meter mano en el maletín del preboste, aunque también tenía la apariencia de que no dejaría que un simple ratero se lo quedara.

¿Qué información podría haber en ese diario? ¿Por que es tan importante para vos?

Apoyo estaba más tranquilo ahora que sabia que tenían algo que la mujer quería. Odiaba estar a la espectativa en una negociacion pero ahora eran él y sus compañeros la sartén por el mango.

¿Un esquema de que?

- Siento la muerte de su amigo. – comentó mirando a los ojos a la dama. Su mirada siempre era un calco reflejo de la frialdad con la que las palabras salían de su boca. – Pero, como bien ha dicho mi compañero Apoyo, si vos deseáis contratar nuestros servicios, debería contarnos que hay en ese dichoso diario, y por que el Señor de los Filos quiere acabar con la operación. – Se recostó sobre su silla y espero a que la dama contestara a sus preguntas y a las del mago.

Elaydren miró a Apoyo y a Galen con un aire de impaciencia, aunque este desapareció pronto, para ser reemplazado por la afabilidad que parecía habitual en la mujer. Cruzó una pierna sobre la otra, para continuar hablando.

-Pues, era Bonal el que investigaba los subsuelos a fondo. Por fin había logrado descubrir su ubicación, razón por la cual habíamos programado una reunión, pero esa maldita se me adelantó- dijo, mascullando sus últimas palabras entre dientes. -Lo siento- se disculpó, adoptando una postura más relajada. -En fin, la ubicación específica de la forja donde yace el esquema está en ese diario. Es la única pista de la que dispongo ahora mismo, y como no estaba en el cuerpo de Bonal- sugirió, mirando a los presentes con un súbito dejo de viveza, que por segundos eliminó todo rastro de inocencia en la imagen de la dama -alguien más debe tenerlo-

Su atención fue atraída por Galen, a quien agradeció las condolencias con una inclinación de cabeza. -¿El Señor de los Filos? Si me preguntan a mí, algo salió muy mal durante su fabricación. Pretende dominar el continente entero eliminando todo ser de carne de Khorvaire. ¡De Eberron mismo si es posible!- agregó, esbozando una sonrisa que ridiculizaba tales ideas, pero a la vez la desdeñaba. -Y pensar que la vileza no sólo reside en nosotros, sino que podemos contagiarla a nuestras creaciones- dijo, negando con la cabeza con su mirada prendida en el vacío. -No sé exactamente por qué desea el esquema, pero estoy segura de que sus intenciones no son buenas en ningún sentido. No tengo idea de que es capaz de crear mi casa con el patrón completo, pero no tendrá buenos resultados en manos de ese falso profeta-

Es típico de los humanos presuponer que un indicio de individualismo o de xenofobia hacia los humanos tenga que ser debido a un defecto de fabricacion. ¿Acaso un humano que quiere derrotar y someter a los orcos que lo desprecian y acosan es acusado de haber nacido con algun defecto de nacimiento?

Hago una pausa para dejar sitio a la reflexión y continuo.

Nosotros hemos oido habar del señor de los filos anteriormente pero parecia una figura de ficción, el equivalente de un profeta. Por mi puede quedarse en la Llaga, donde dicen que se esconde. A mi sólo me interesa el conocimiento, no los conflictos sociales. Y, hablando de conocimiento, ¿un esquema de qué?...

Tras escuchar en silencio con manifiesto interés los derroteros de la conversación volvió a posar su penetrante mirada en la mujer sentada frente a ella...

Su fingida inocencia no engañaba a nadie... esa mujer era un contrincante peligroso... con poder real en las altas esferas, y habilidad para usarlo... con la afilada inteligencia de quién se mueve entre mentiras y amenazas encubiertas de dulces halagos... era una araña más, de las astutas arañas acostumbradas a hilar sus sedas alrededor de sus objetivos, y mover suficientes marionetas atadas a ella como para conseguirlos...

Oh sí... tendrían que "romper el hilo"... pero todo a su debido tiempo...

- Si me permite... desearía enumerar punto por punto la información de que disponemos...

Tras conseguir un cabeceo afirmativo de su interlocutora continuó con voz suave...

- Primero- y elevó el dedo índice- tenemos una singular "reliquia familiar".... que es en verdad las instrucciones para fabricar un... "objeto inusual"... tan valioso... que un poderoso señor de la guerra desea con ansias hacerlo suyo... interesante... ¿qué objeto podría ser tan importante para un ser que lo único que desea es conquistar el mundo, me pregunto yo?...

Tras mirar pausadamente a la mujer continuó...

- Segundo- y el segundo dedo se izó en el aire-  tenemos un hombre muerto a sus manos, un diario perdido que guarda el mapa donde se esconde dicha reliquia... y posiblemente enviados del señor de los filos tras nuestros pasos... ya que nos encontrábamos en el lugar del asesinato... y si el señor de los filos no tiene el diario, supongo que al igual que usted sospechará de nosotros...

- Tercero...- y el dedo anular se alzó para reunirse con sus congéneres- tenemos a una hermosa mujer de alta alcurnia reunida con unos tristes parias en una posada cualquiera de incógnito... para encargarles a esos perfectos desconocidos que la ayuden en su peligrosa y delicada misión... ¿no hay nadie más en quién pueda confiar señora?... ¿es que su casa no cuenta con espadas leales?... ¿o es que su casa no está informada de todo este asunto?...

Y mientras sus tres dedos alzados tamborilean indolentemente sobre sus labios... su cara refleja una inocencia tal mientras la mira... que parece imposible que una muchachita tan dulce pueda verter semejantes insinuaciones...

La dama Elaydren suspiró, ignorando los comentarios de Apoyo y a la vez irritándose por su insistente  pregunta.

Tal vez deberían tomar nota...

-Como he dicho,- comenzó, utilizando esa expresión evidentemente adrede -la reliquia en sí contiene un esquema. Esto es una parte de un determinado patrón utilizado por mi casa para la rápida construcción de objetos mágicos- explicó finalmente, para luego centrar su atención en Lyann, que al parecer resultaba ser un poco más desconfiada del resto. La mujer esperó a que enumerara sus dudas antes de responder, sin perder la melodiosa amabilidad de su voz.

-Te lo concedo. Es una extraña situación, incluso para mí. Pero, dada la urgencia del encargo, y teniendo en cuenta que ustedes están ya de por sí involucrados en esto, he decidido acudir a su ayuda. No sólo eso, sino que estoy dispuesta a retribuirles con creces, como también he señalado- Elaydren hizo una pausa para servirse algo de agua. Por unos segundos, pudieron oír el agudo sonido de un paño restregando el vidrio con fuerza, y es que Amira se mantenía ocupada en el otro extremo de la taberna. Les miró con severidad. A juzgar por sus ojos, estaba dejando en claro que se encontraba allí mismo ante cualquier eventualidad. No parecía ser tan confianzuda como la dama d'Vown.

Mientras, esta le dio un elegante trago a su copa, y prosiguió. -Además, desde la tragedia de Cyre, el liderazgo de la casa está dividido. Yo sirvo a los propósitos de la baronesa Jorlana d'Cannith, de Aundair. No tengo nada contra Sharn... pero yo sirvo a mi señora- aclaró con énfasis. -Respecto a las propiedades de la reliquia... pues, me temo que no son algo que podría discutir, incluso si las conociera. Lo único que se es que es importante para la baronesa, y eso me es suficiente, aparte del hecho de que en manos de mi casa estará a salvo. En cambio, si el Señor de los Filos se apoderara de él...- dijo, dejando sus suposiciones en suspenso.

-Hablando de eso, desconozco si él está al tanto de ustedes. A juzgar por aquel mensajero expeditivo, estoy segura de que sabrá del fracaso de su agente, pero la criatura no puede transmitir un mensaje concerniente a una situación posterior a su creación- aclaró. Bebió de la copa otra vez, esperando respuestas.

Lyann escrutó el rostro de la dama, pero aunque su expresión se veía impasible, sus ojos en realidad eran observadores y calculadores. A juzgar por su lectura del lenguaje corporal de Elaydren, o la mujer no intentaba embaucarlos o era una buena mentirosa.

Realmente habeis atrapado mi atencion y mi curiosidad. Disculpad mi insistencia sobre el esquema, queria saber de que se trataba para noa acabar colaborando en la construccion de un arma o algo asi...Por lo que a mi respecta estoy muy interesado en vuestra propuesta. Falta ver que dicen mi hermano y los demas.

Había algo dentro de él que le decía que debía aceptar el reto,  ayudar a esa gente parecía que era lo que debía hacer, aunque no sabía muy bien por que… Se mantuvo durante unos segundos pensativo, como indagando en su mente intentando aclarar las cosas pero aquello era una tarea demasiado complicada.

- Yo estaría interesado Lady d´Vown. – respondió al fin saliendo de su ensimismamiento. – Podéis contar conmigo para recuperar dicha reliquia. -