Partida Rol por web

Tal y como sucediera en la Taberna del Yunque Roto, hace tan sólo unas horas, con el anillo de la Dama Elaydren, al acercar el diario de Bonal a la escotilla, ambos símbolos comenzaron a resplandecer, resaltando el mithril con una belleza que nada tenía que ver con el ambiente vivido allí abajo. El forjado, insistente, continuó avanzando, y finalmente, una retahíla de metales chirriando hizo eco en el túnel. Al mismo tiempo, las runas que plagaban la gran puerta se encendieron con un fuego que no emitía calor, pero refulgía con intensidad.

Los goznes de la gran escotilla emitieron un sonido estridente parecido a un grito, mientras esta se abría pesada y lentamente, y les recibió una súbita ráfaga de aire, que se llevo el estancamiento con un rugido. Más allá, no había nada. El pasillo se veía interrumpido por un pequeño pozo de metro y medio de ancho, por donde apenas cabían con su equipo, donde la única iluminación seguía siendo la antorcha del cuarteto.

La oscuridad y la estrechez del tunel oprimen inmediatamente al forjado. No es que teng amiedo, pero desearía estar en cualquier otro lado.

Ejem...las damas primero...Meenos mal que tenemos cuerda.

Elaydren:

- Eso es lo que dijo la dama Elaydren, así que ese pozo debe ser la entrada a las ruinas. – comentó el hombretón con cierto disgusto en su rostro. – Imaginaba que el acceso seria de otra manera, la verdad… - Se acercó al pozo para comprobar si se podía ver algo al final del mismo y, al no alcanzar a ver mas que lo que la luz de la antorcha le permitía, buscó una pequeña piedra en el suelo para lanzarla al pozo y comprobar su profundidad.

Al oir las palabras de Apoyo sonríe burlona...

- Cómo no...

Y pasa hacia delante realizando una exagerada reverencia...

Pero en cuanto se gira hacia el pozo su semblante se torna serio... no le gusta nada la próxima travesía, eso de andar colgados en la oscuridad no es precisamente el mejor escenario para defenderse de un posible ataque...

- Bueno... vamos allá...

Con todos los sentidos alertas se acerca a la boca del pozo palpando con cuidado el suelo bajo sus pies... una vez al borde echa un vistazo cuidadoso al fondo, y tras agacharse comienza a buscar con las manos un buen asidero para atar las cuerdas... continúa así por todo el borde del pozo, y por las paredes circundantes... quiere asegurarse de no activar ninguna trampa escondida en el peor momento...

Una vez que se asegure que en la zona no hay nada sospechoso, y eliga un buen asidero, no tiene inconveniente en ser la primera en bajar...

Maldito agujero infernal...Borstion rechino la mandibula al ver el sencillo hueco por el que tendria que pasar su corpachon; por ese minusculo espacio lo tenia mas bien bastante mal para colar la totalidad de su masa corporal, dejo que los demas hicieran cabalas sobre como bajar adecuadamente, siendo sinceros, si el bajaba el primero ocuparia la totalidad del pozo...

¿De que profundidad es el agujero? pregunto en voz alta ayudando a la agil humana a bajar con cuidado, lo ultimo que necesitaban era que se abriera la cabeza en esta alcantarilla de los infiernos no quiero que ninguno quede atrapado en medio del viaje y prefiero ser el ultimo; taponare la totalidad de la bajada; con lo que esten debajo mio no veran nada...

Borstion no estaba comodo con la situacion; no le gustaba el arrastrarse por ese agujero en medio de la nada....

La piedra lanzada por el clérigo tarda en tocar fondo, pero finalmente se oye el eco tenue de un ruido seco, como si hubiera caido sobre una superficie no demasiado sólida.

Mientras el resto observa y murmulla instintivamente, tal vez por un miedo inconsciente a despertar algún ser oculto en las antiguas profundidades de una ciudad más antigua de lo que imaginan, Lyann recorre los alrededores del estrecho pozo en busca de artilugios dañinos. Se nota a la legua que sabe lo que hace, pues sus ojos se concentran en cada relieve, y sus manos rozan, hábiles, cada superficie con sutileza.

Al terminar sus pesquisas, está sumamente segura de que ninguna sorpresa les espera allí. Además, y sin dificultad alguna, halla un firme y seguro asidero en el cual asegurar la soga que ayudase en el descenso. Con tanta presteza como antes, la muchacha ata su soga de cáñamo a la gran roca que le servirá de soporte. Luego de unas pruebas, confirma que el nudo es lo suficientemente firme como para soportarlos.

- Bueno... - comenta satisfecha la mujer-... esto está...

Tras echar una evaluadora mirada a los dos pesados forjados y al fuerte clérigo, comienza a afianzarse la cuerda en torno a la cintura.

- Si no os importa bajo yo primero para ver qué nos podemos ir encontrando... será lo mejor... además, puede haber trampas o encuentros indeseados... si sois tan amables de estar pendientes de la cuerda por si necesito que me izéis deprisa... os lo agradecería... ¿os parece bien?...

Echando un vistazo al negro agujero suspira con resignación y busca en su mochila un sustituto a las antorchas... no es buena idea bajar con algo ardiente cuando tu única seguridad es una vulgar cuerda... y menos cuando necesitas las dos manos para agarrarte, buscar problemas, o defenderte...

Con soltura saca su cetro solar de la mochila y a punto de rascar su punta dorada, se gira hacia sus compañeros...

- Esto nos daría 6h de luz en un radio de 30', y dejaría en penumbra hasta 60'... creo que será mejor que las antorchas al menos durante la bajada... y cuando estemos todos abajo podremos ahorrarnos las antorchas durante un trecho... creo que las necesitaremos más adelante...

Apoyo asiente ante la sugerencia de Lyann.

Borstion, sostén la cuerda de todas formas, por si se suelta, por favor.

Mientras la ve bajar sugiere:

Creo que deberiamos ir de ligero a pesado, despues Galen, despues yo y Bors el último.

Asintió aceptando lo que decía Lyann, al fin y al cabo, ella era una experta en este campo, aunque hubiera preferido descender él primero por si abajo hubiera algún peligro. – Si, yo bajaré después. – ratificó las palabras de Apoyo. – Ve con mil ojos Lyann, algo que lleva oculto tanto tiempo dudo que no depare ninguna sorpresa. –

Tomó la cuerda junto a Borstion por si hubiera que subir a Lyann y esperó que ésta hubiera llegado para comenzar el descenso.

El foco estaba sobre la muchacha. Grácil y experta, manejaba la cuerda con habilidad, y aseguró una porción de la misma alrededor de su cintura con firmeza. Luego de encender el cetro, que refulgía iluminando el pequeño lugar en conjunto con la antorcha que sostenía Apoyo, Lyann se asomó por el extremo del pozo.

Al ver lo que poblaba las paredes del pasaje vertical, una retahíla de voces inhumanas logró percibir. El pozo estaba cubierto en su totalidad por una capa de ciempiés, cucarachas, arañas y otras alimañas que escapaban a su conocimiento. Ninguna parecía especialmente peligrosa, pero la antropología no era su fuerte. No obstante, era innegable que la escena causaba repulsión.

Más allá de los pequeños e inocentes seres, el cetro no alcanzaba a iluminar con toda su intensidad el fondo de la abertura. Mas si lo hacía la tenue penumbra que causaba la luz. Allí estaba el final del pasaje, a menos que sus ojos le jugaran una jugarreta.

Es lo mas prudente asintio Borstion, enredando la cuerda en su brazo ademas de quedar anclada de manera fija como habia hecho la humana y de la ayuda de Galen; toda precacuion es poca, de modo que afianzo los pies en el sueolo, volviendose una estaca de acero de la que colgaba la chica con el cetro solar..

Una idea bastante buena, la del aparato luminoso, les daria una gran ventaja de cara a los escasos pasillos iluminados por los que iban a transitar, unos malditos agujeros infernales por los que no le gustaria nada caminar pero asi eran las cosas; de todos modos cuando le tocara iba a colocarse el paves y las armas bien amarradas a la espalda; tal vez lentificara el grupo pero era mejor que caer como una losa por el agujero...

De acuerdo, ire el ultimo, cuidado abajo humana, puede que estos tuneles esten abandonados pero tal y como hacen las ratas, nunca se sabe que peligros puede uno encontrar en su camino...

Una mueca de repugnancia al ver lo que atestaba las paredes del pozo se instala en el rostro de la muchacha.

- Aggg... por los dioses... no me han pagado suficiente para esto...

A pesar del asco que ya presentía con el espectáculo, Lyann no pudo dejar de observar que bajo aquella manta de seres bien podría ocultarse algo distinto y peligroso... la verdad es que ya no le encontraba ningún interés a buscar nada en aquellas paredes... pero temía pasar por alto algún mecanismo oculto...

Resopló disgustada y buscó el primer punto de apoyo... podría ponerse guantes y procurar buscar igualmente... pero le restarían sensibilidad... y podría pasarse algo interesante de todas formas... así que descartó la idea...

Ya vería lo que decidía sobre la marcha... ahora era momento de comenzar la bajada...

- Sujetadme bien chicos... y estad preparados para lo que sea... esto no termina de gustarme...

Con un último suspiro de resignación comenzó a bajar...

La hábil muchacha comenzó el descenso, renuente pero decidida. Al principio, sus manos asían la cuerda con firmeza, y sus piernas abiertas en un ángulo no demasiado exagerado le daban un buen apoyo contra la pared. Bajo sus pies, la multitud de alimañas emitió un chasquido, y gracias al cetro asegurado a su espalda, pudo ver como su calzado se cubría de una sustancia en cuya procedencia prefería no pensar.

Pocos metros descendió antes de que un ciempiés se colara dentro de sus prendas. Le rozó el tobillo, y el sobresalto de la muchacha provocó que zozobrara, mas el agarre de Borstion fue más que suficiente para que Lyann recobrara su firmeza. Llegó al final de la cuerda, y descubrió que estaba lejos de ser la base del pozo. Luego de algunos gritos entre ella y el hechicero, la exploradora se encontraba atando los extremos de su cuerda y de la de Apoyo en una peligrosa posición, pero seguía demostrando maestría, pues si bien le resultó un reto, el nudo era sumamente resistente.

Minutos después, el final de la segunda cuerda colgaba a tan sólo tres metros del suelo.

Borstion mantuvo el agarre firme con la paciencia de una roca; en consonancia con los golems de los que se suponia descendian los forjados, se mantuvo paciente y firme..cosa que le vino bastante a bien a la humana cuando casi se resbalo de mana manera por el interior del dichoso agujero..despues de toda la escalada al final pudieron ver mas o menos como quedaba la cosa....y solo verlo Borstion gruño...no estaba hecho para estas cosas..

Odio estos agujeros en el suelo, reconditos montones de...mascullando con rechinar metalico protesto un rato en hosco murmullo constante de insultos acerca de las contrucciones y los tamaños adecuados hasta que se calmo lo bastante como para pensar que hacer...que tampoco le sirvio de mucho, por que en estas condiciones no tenia ni idea de que hacer...

Hum...caer parece ser la unica opcion...Borstion barajo un plan rapidamente, era algo bastante improvisado y algo violento pero al menos era un plan con ciertos visos de exito que no implicara estamparse contra el suelo..

¿Y si dejamos caer primero el cuerpo del peludo que nos ha atacado antes? levanto la cabeza metalica desgranado su plan luego yo caigo el primero usando el cadaver de colchon para amortiguar parte de la caida; luego el siguiente apoyo al que ayudare a bajar pues no tendra que bajar del todo ya que me tiene a mi como punto de apoyo antes de tocar el suelo, reduciendo los 10´que quedan a 4´, despues vosotros volteo la cabeza hacia los humanos mirandolos, segun calculaba pesos extenderemos una manta entre los dos; Apoyo y yo; para que caigais los 10´sobre un lugar amortiguado, acordaos que quitaros los trastos y dejarlos caer en un fardo antes; asi superaremos el dichoso agujero...

Borstion encajo el escudo paves de su espalda con soltura, preparandose para ir a buscar el cuerpo/colchon...

Recordar que la proxima vez, mas cuerda es una idea estupenda gruño o mejor dicho rechino...

Apoyo hace un gesto parecido a una sonrisa y sus ojos azules se iluminan. Da un palmada en la espalda de Borstion y asiente:

-Gran idea, hermano! Hagámoslo así.