Partida Rol por web

Comprendo crujio el cojinete del cuello de borstion tienes razon humana, exploraremos un poco en busca de un buen lugar donde poder descansar un poco antes de adentrarnos en este infernal lugar

El escozor de las heridas inflingidas por el hambriento enjambre de alimañas aún estaba presente cuando el cuarteto de exploradores se dispuso sentar cabeza y descansar unas horas. Algunos más heridos físicamente, otros mental y espiritualmente débiles. Aquella empresa resultaba ser un reto más complicado de lo que prometía la dama Elyadren, pero su oro era tan valioso como el de cualquier otro.

A pesar de la profundidad en la que aquella inmensa cámara descansaba, sujeta al paso del tiempo y la vida subterránea, ocasionales ráfagas de aire danzaban por el lugar, levantando algo de polvo del suelo y renovando el aire que respiraban los aventureros. Decidieron adentrarse un poco más en la vasta habitación, y no les tomó más que unos cuantos pasos alcanzar una curiosa estructura. Rodearon los restos de un gran muro derruido, y siguiendo el camino que les marcaba otro montículo de ruinas al frente, se toparon con un edificio llamativo.

A pesar de las diferencias que este tenía con los templos más modernos, Galen supo confirmar, a juzgar por los símbolos en la entrada, que era un lugar de adoración a Onatar, dios de los artificios y la forja. El aire parecía inmóvil allí dentro, pero tan fresco como en un día de campo comparado con el del "exterior". Una sensación de calma les invadió, y les quedó claro que aquel era el lugar ideal para descansar. Lyann no dejó de extrañar su capa, especialmente al tenderse sobre el suelo frío y duro. Ni el clérigo ni el mago se podían permitir pocas horas de descanso, así que la vigilancia descansó en manos de Borstion, incapaz de sentir cansancio.
 

Apoyo fue el primero en "despertarse", y su hermano se encargó de despertar al resto del grupo, arrancándole un sobresalto a alguno de ellos. ¿Quién desearía ver a una mole de metal al emerger de un profundo letargo después de todo? Poco después, se sentían espabilados y listos para terminar el trabajo. Siempre y cuando encontrasen la forja, por supuesto.

Borstion habia aprovechado la noche para sacarle filo a sus armas, asi como para repararse como buenamente pudo varios de los desperfectos de la noche contra los escarabajos del demonio, tras los combates del dia, tambien se aseguro de que la zona era segura; puede que pareciera un lugar perfecto para descansar pero el forjado era uno de esos hombres que no se fiaban para nada de nadie; mucho menos en una maldita mazmorra perdida de la mano de dios...

Tras despertar a los demas; Borstion se coloco el primero en la fila con la lanza y el escudo preparados para cualquier cosa; siendo el mas resistente del grupo, era mejor que estuviera delante para absorver los daños que le fueran arrojados...

Tras el largo día, el descanso le vino especialmente bien a Galen, dándole tiempo incluso a rezar al alba para recibir el Don Divino con el cual había sido bendecido, aunque la forma de rezar del humano difería algo en la de otros clérigos de Eberron. Sin duda, el lugar elegido para descansar, ayudaba a Galen y lo reconfortaba en sus quehaceres matutinos. Una vez hubo terminado con sus oraciones se unió al grupo para emprender de nuevo la marcha. - ¿Cómo os encontráis?. – preguntó antes de partir para interesarse por sus compañeros, temiendo que para alguno de ellos el descanso no hubiera sido suficiente.

Apoyo despertó a sus compañeros con una chicps de ilusión en su visor óprico. La perspectiva de explorar lugares semiolvidados y desentrañar misterios era lo que lo movía a seguir adelante y una de las cosas que conseguía saciar su hambre de conocimiento y curiosidad.

-Arriba excursionistas! Nos espera un argo día de exploración en las entrañas de la tierra!

El descanso se le hizo más corto de lo esperado...  a pesar del recelo inicial a dormir a pocos metros de donde los habían atacado unos minutos antes, la segura tranquilidad que emanaba del lugar acabó venciendo sus resistencias y Lyann se hundió en un profundo y reparador sueño. El saberse velada por una columna de metal sin necesidad de dormir también contribuyó a que se relajara. Decidió que tener forjados en el grupo era una ventaja después de todo, sus guardias nocturnas bien compensaban el resto de sus peculiaridades...

Mientras miraba por el rabillo del ojo como Borstion ya armado echaba miradas un tanto desconfiadas a la habitación, ella también se incorporó frotándose los brazos para entrar en calor, la pérdida de su abrigada capa se había hecho notar...

- Eh, sí... buenos días... yo estoy bastante bien la verdad... he descansado bastante... por mí no te preocupes Galen...

Una vez en pie recogió rápidamente sus cosas y se colgó al hombro su abultada mochila, mientras observaba con más interés el interior del templo que les había guarecido esa "noche"...

- Mmmm... ¿qué tenemos aquí?... voy a echar un vistazo... este lugar me intriga bastante... ¿creéis que puede haber algo interesante?...

Mas la curiosidad de Lyann fue saciada con poco más que escombros e imaginación. Por mucho que investigase, no podría mover los gigantescos restos que yacían en el fondo, y sus compañeros parecían demasiado ocupados en levantar campamento y preparase para continuar la exploración; y es que si bien aquel lugar les proporcionaba sosiego, continuaban allí abajo, solos y a quien sabía cuantos metros de la Sharn habitada por algo más que criaturas hambrientas.

Dormir sobre un colchón de polvo depositado por cientos de años resultó algo perjudicial para los humanos, que podían sentir una ligera opresión en el pecho, aunque nada que les impidiera zarandear sus armas y correr por sus vidas, básicamente lo único que necesitaban para sobrevivir en una situación de incertidumbre como esa. De un modo u otro, había un sólo camino que seguir. Al menos a simple vista.

Alzando nuevas antorchas que iluminasen los restos de aquella ciudad, los cuatro reemprendieron la marcha. La oscuridad escapaba de las llamas, mostrando las ruinas, pero volvía a formarse detrás del grupo de forma amenazante. No recorrieron más de unos cuantos metros antes de toparse con lo que parecía ser el final de la gran cámara. A un lado se erigía una columna de piedra colosal carcomida por el tiempo, pero que aún se mantenía firme y en toda su altura. La rodeada de escombros esparcidos por doquier, más numerosos que en las zonas que ya habían recorrido.

Pero era frente a estos restos que se sostenía el edificio más llamativo. No sólo sus muros de sólida roca tienen la apariencia de ser más resistentes que el resto de las estructuras que alcanzaron a ver, y tampoco era el hecho de que se encontrara casi intacto, como si el viento solamente acariciase sus ángulos, sin llegar a erosionarlo. Lo que más llamaba la atención, o a la desesperación en el caso de los aventureros, era la imponente puerta de doble hoja que les impedía la entrada a la fundición. El símbolo de la casa Cannith estaba eternamente grabado en ella, y le bastó a Borstion echarle un vistazo de más cerca para reconocer el material del que estaba hecha: adamantita.

Los humanos no habian encontrado la parada demasiado comoda pero si muy bienvendida, la escena con los millones de cucarachas no habia sido para nada agradable; algun dia, si el dinero se lo permitia, tendria que hacer algo al respecto de verselas con hordas de seres inferiores como esos; esos cabrones habian estado a punto de roer tendones vitales y mandar sus engranajes al carajo.

El camino empezo como deberia, con el en vanguardia sujetando su escudo paves y su lanza; siempre era algo parecido, el era un escudo, no una lanza, aguantaba para que los demas se hicieran cargo de todo el asunto, fuera el enemigo que fuera, en cualquier caso el iba delante...solo para encontrarse a su maldito destino delante de las narices...

Por todas las forjas....adamantita...una puerta de varias toneladas de adamantita....esto....por primera vez en mucho tiempo Borstion se habia quedado sin palabras, el poder y la riqueza que se ocultaban detras de algo tan simple como esa puerta le superaban por mucho, era como cuando le crearon..una forja llena de poder...

Tened mucho cuidado gente, este lugar aunque abandonado en apariencia no puede ser nada bueno...

Avanzó en la retaguardia del grupo sin mediar palabra para no interrumpir el silencio que reinaba en la estancia. Nunca le habían gustado los espacios cerrados, era más del campo de batalla. Cuando ante ellos se levantó aquel impresionante edificio arqueó una ceja. Era raro que el resto de la estancia se encontrara en ruinar y este edificio no. Era raro y peligroso. – Borstion tiene razón, esto me huele a magia. – Susurró a sus compañeros mientras observaba más de cerca, aunque sin tocar, los muros del edificio y la puerta. – Lyann podría intentar abrir la puerta, si es que tiene cerradura, aunque creo que lo mejor sería que primero comprobemos si hay algún tipo de trampa, sea mecánica o mágica. -

Apoyo se habia quedado sin palabras. Observaba aquella maravillosa puerta fascinado, repasando cada linea de relieve, cada muesca, extasiado.

- Que obra de arte!

Lyann se adelanta para observar la mole de metal con gesto crítico aunque sin poder disimular una cierta admiración...

- Sí que se esmera la casa Cannith en sus construcciones...

Ante la sabia advertencia del clérigo la muchacha tomó precauciones... Escudriñó los alrededores de la puerta antes de acercarse demasiado a ella... no quería activar ninguna trampa antes siquiera de llegar a la puerta...

Después debería revisar sus contornos, visagras, rendijas, muescas, salientes... cualquier detalle que pudiera resultar interesante... para por último centrarse en la cerradura... eso iba a ser trabajo duro... ya se lo estaba oliendo...

- Sí... dejadme echar un vistazo antes de tocar nada... si hay una trampa, intentaré encontrarla, y si puedo desactivarla lo haré... deseadme suerte...

Mientras sus compañeros aguardaban frente a la antigua forja, Lyann se dispuso hallar una entrada. Sin perder tiempo, recorrió la estructura en su totalidad, palpando superficies sospechosas, buscando algún rayo de luz o una corriente de aire extraña que delatara la presencia de una habitación oculta, aguzando el oído ante la menor seña de movimiento. No tardó en sentir la frustración, mas sabía que aquella era una tarea que requería paciencia. Finalmente, la suya dio frutos.

A un lado de la inmaculada estructura se elevaban unas columnas formadas por grandes escombros, cuya estabilidad era, en apariencia al menos, aceptable. Algo de gravilla acompañada de unas pequeñas piedras descendió por uno de aquellos montones, y la muchacha elevó la vista a tiempo para ver una figura que se hacía evidente a la luz de su antorcha. Parecía un animalejo pequeño, o quizás un espía agazapado. Había pocas formas de averiguarlo.

Borstion dejo hacer a la humana, ella era mucho mas habilidosa que el para esta clase de tareas, dedicandose en cambio a mantener una guardia imperterrita en los alrededores, por si habia mas sorpresas del estilo de los amables escarabajos por la zona; comprobo el filo de su lanza por trigesima vez....en el proximo combate iba a tratar de converrirse en una fortaleza de un solo hombre...o forjado siendo concisos...

El cuerpo de la mujer se tensó de forma casi imperceptible al percatarse de la inesperada presencia...

Intentando que los movimientos parecieran naturales, acercó la mano a la ballesta que llevaba colgada a la cintura mientras daba un paso atrás suspirando...

- Bueno, no encuentro modo de entrar... esto parece muy seguro...

Evitando mirar directamente hacia arriba continúa esta vez con voz apenas audible...

- Tenemos compañía... preparaos... sobre el montón de escombros...

Sin detenerse se agacha despreocupadamente dando la espalda al montículo como si se dispusiera a buscar algo en la mochila, mientras masculla en voz alta  "a ver si encuentro algo que me ayude con la cerradura...", pero en cuanto la rodilla toca tierra, pivota en el suelo mientras levanta la ballesta ya cargada y vocifera:

- ¡TÚ! ¡RÍNDETE O ESTÁS MUERTO!...

Apoyo reaccionó tan rápido como pudo sacando la ballesta y cargandola a su vez. Se esforzó en localizar la amenaza a la que gritaba Lyann.

Permanecía en silencio atento a todo lo que pudiera ocurrir, confiaba en la habilidad de Lyann para abrir aquella cerradura, o por lo menos para comprobar si había trampas. Aunque aparentemente no parecía haber problemas, no bajaba la guardia.

Las palabras de Lyann no le cogieron por sorpresa y rápidamente avanzó junto a Borstion para crear una primera línea de batalla contra lo que fuera que los atacaba, portando su escudo en una mano y la maza en la otra. - ¿Qué es Lyann?, no alcanzo a verlo exactamente. -

Con Lyann al frente, apuntando su ballesta a la oscuridad, Borstion y Galen se apresuraron a cubrirle la espalda, asiendo sus armas listos para lanzarse contra la amenaza. Apoyo, en la retaguardia, también mantenía una posición defensiva, sin miedo de soltar un virotazo a lo que fuera que acechaba en lo alto de la forja. La tensión crecía, y nadie ni nada respondía a la advertencia de la muchacha. Sólo se oían la pesada respiración de los humanos.

Segundos eternos transcurrieron antes de que la paciencia del grupo se acabase. Si algo les observaba desde su escondite, parecía muy aterrado como para salir al descubierto y someterse a la voluntad de unos aventureros. Quizás fuese una emboscada, pero no disponían de muchos medios para comprobarlo.

Avancemos, dijo Apoyo sin mucha conviccion. Tan solo seguid atentos. Borstion, tras Lyanne.

La picaro debia ir delante para detectar trampas pero lo mejor era que Bors estuviera ahi para ayudarla en caso de problemas. Con apoyo en el centro y galen en retaguardia irian mas o menos bien defendidos.

Lyann se estaba poniendo bastante nerviosa... ¿sería posible que lo que había visto fuera tan sólo una roca de forma extraña?... ¿algún animal inofensivo?... no, no podía ser...

Asintió una sola vez con la cabeza, y avanzó hacia el montículo despacio... revisando con la mirada cada paso que daba y cualquier detalle que pudiera llamarle la atención...

Por el rabillo del ojo echó un vistazo fugaz a la puerta... ¿y si la trampa estaba en la puerta?... ¿y si era un mecanismo que se habría activado con la puerta y por eso no había ocurrido nada aún?...

Bueno... fuera como fuera... estaban a punto de descubrirlo...

Como si sus alrededores pudieran llegar a derrumbarse ante la más mínima vibración y ella estuviera caminando sobre arroz, Lyann dio unos pasos inaudibles, incluso para la percepción de su silenciosa y atenta escolta. Si bien no era la primera aventura en la cual su piel le advertía que la muerte rondaba cerca, aunque se tratase de su propio temor, la muchacha no podía permitirse ni un asomo de confianza. Para sus sentidos, hasta una nube de polvo podía ser letal en aquella situación.

Con tres gigantes vigilando su retaguardia, Lyann se tomó el tiempo de agazaparse varias veces para inspeccionar el suelo con atención, buscando mejores ángulos para detectar el dispositivo de activación de la trampa que ella asumía como existente sin ninguna duda. Incluso le pidió a Apoyo que se moviera, con suma cautela, para recibir iluminación allí de donde las sombras no se desplazaban hacía centenares de años. Antes de que pudiera notarlo, se encontraba junto a la pila de escombros desde cuyo cénit, hacía minutos que parecían horas, se asomaba una figura. La rozó con los dedos, y la piedra parecía incluso suave a raíz del polvo depositado por los siglos imparables. Posó su mano sobre ella, pero esta no cedió ante su empuje; la estructura era extrañamente firme, casi como si los bloques se hubieran derrumbado de manera tal que nada pudiera moverlos de allí hasta cumplir su propósito, llegó a ocurrírsele a Galen, aunque no supo bien por qué.

Finalmente, Lyann volteó, habiendo cumplido su tarea y sin atreverse a avanzar mucho más a la cabeza del grupo. Su mirada presentaba un interrogante del cual las mentes de sus compañeros no estaban eximidas: ¿que camino seguir ahora?