Primavera de 1152
La recámara de la matriarca se encontraba ubicada en uno de los torreones de Lockhaven. Como dedicaba largas horas a planificar, coordinar y redactar órdenes de aquí para allá, Gwendolyn requería de un suministro constante de luz, por lo que su despacho tenía que contar con ventanas y cristales que permitieran pasar los rayos dorados del sol.
Sin embargo, en aquella oscura noche primaveral de luna nueva, el centro neurálgico de la Guardia de los Ratones se encontraba iluminado por dos o tres velas. Los cristales de las ventanas solo dejaban pasar un frío taciturno y se empañaban lentamente con el vapor exhalado por la matriarca.
La hora tan tardía en la que habían sido convocados fue una señal para cada uno de los cuatro ratones que acudieron al llamado de su señora. Pocas misiones eran ordenadas tan entrada la noche, solo aquellas que resultaban ser de relativa urgencia.
A pesar de que la Guardia contaba con poco menos de un centenar de ratones y que la mayoría tarde o temprano se conocía entre sí, ninguno de los cuatro sabía nada del resto. Algún que otro rumor o algún vistazo fugaz eran las únicas noticias que cada uno tenía de sus aparentes compañeros.
-Pasen, por favor -indicó Gwendolyn en cuanto uno tocó la puerta-. Disculpen que les haya mandado llamar a tan altas horas de la noche... Pero las circunstancias lo exígen.
La ratona se irgió detrás de su mesa de mapas, se volteó hacia una de las ventanas y limpió el cristal empañado, echando un vistazo fuera.
-Sé que no han trabajado nunca juntos, pero sus habilidades son requeridas para esta misión -continuó, dirigiéndose a ustedes con ojos serenos. La matriarca inspiraba respeto y autoridad con su sola presencia-. Me temo que he tenido que ensamblar una patrulla nueva. Solo pido que trabajen en equipo y con presteza, la Guardia requiere que esta misión se cumpla sin obstáculos y con presteza.
La dama dio un paso adelante y extendió una carta firmada con un sello, dejándola sobre la mesa. A continuación, explicó a qué se debía.
-Darkwater solicita nuestra ayuda. Desde que las últimas nevadas del invierno cesaron han sido atacados por bandidos. Cualquier caravana que intente entrar o salir de la ciudad es rápidamente saqueada. El gobernador me ha escrito para indicarme que tiene pocos ratones armados a su disposición, pero cuanta con un número mayor de zarpas dispuestas a ayudar. El problema es que no tienen armas, y el hecho de que estemos todavía abandonando el invierno no ayuda a que los comerciantes acudan por mar.
Gwendolyn les dedicó una mirada a cada uno.
-Partirán al amanecer con un cargamento de armas para Darkwater. Solo irán ustedes cuatro y el carro con la carga. Nadie más, ¿entendido? Es imperioso que el armamento no caiga en manos de los bandidos o la situación podría terminar peor de lo que ya está.
-Doland, Willard y Bellafide, confío plenamente en sus habilidades para mantener a raya a cualquiera que quiera poner una zarpa sobre ese cargamento. Goran, sé que harás un gran trabajo como líder. Mucha suerte a todos. ¿Preguntas?
Tras soltarles una perorata apabuyante era el momento de responder.
El ratón rojizo con la capa gris, descolocada sobre sus hombros, asintió con la cabeza. Aquellos tres ratones parecían muy capaces y eso le gustaba. Hacía tiempo que no volvía a salir de patrulla desde el asalto del Hacha Negra a Lockhaven y le alegraba que la matriarca lo volviera a poner en marcha. Se rascó la cicatriz que tenía sobre la pata izquierda.
- ¿Que sabemos de los asalta caminos? ¿Son comadrejas? Nunca había atacado tán rápido tras el invierno-se preguntó el experimentado guerro. Miró de reojo a Goran, parecía un ratón sabio, lo cual era importante para ser líder de patrulla, para ver su reacción.
Goran, se mostró tranquilo y asintió con los ojos al encargo de la Matriarca. Su mente era un hervidero de cálculos e hipótesis pero su rostro mostraba la parsimonia de quien disfruta de las vistas del amanecer. Pensaba en los posibles asaltantes, en los puntos de ataque, en rutas alternativas para evitar conflictos, en el mapa que había estudiado tantas veces.
- Se hará como usted manda Matriarca. – Dijo solemne. – La única pregunta que añadiría a la de Dolan es si hay algún patrón en el lugar de los ataques. Si no me equivoco hay un par de rutas que llevan a Darkwater, quizás podamos escoger la que menos probabilidades tenga de ser atacada.
A pesar de lo entrada que estaba la noche Willard estaba completamente despejado, con la mirada atenta. Saludó con un gesto de cabeza a sus compañeros, especialmente a Goran, e hizo una pequeña reverencia antes de hablar.
—Haré todo lo posible para que esas armas lleguen a Darkwater, Matriarca, aunque me cueste la vida. —Sus ojos brillaban con la decisión de sus palabras—. Opino lo mismo que Goran y Dolan, deberíamos reunir información sobre los últimos asaltos ¿Han capturado a alguno de los bandidos con vida?
Bellafide observaba a su grupo con aprobación mientra que se frotaba el rostro con ambas manos. El último ratón se quedaba observando con ojo crítico los mapas y luego el documento que la matriarca Gwendolyn les había enseñado. ¡Darkwater! De no ser porque el viaje invitaba a pensar la posibilidad de encontrar enemigos el ratón habría aprovechado la oportunidad para hacer una parada de turismo.
El comentario de Willard le había pillado por sorpresa. Más bien preferiría que el viaje no les costase vida alguna en lo absoluto... pero le agradaba el heroísmo de aquel ratón. Igualmente le hacía sentir cómodo la presencia de Dolan en su grupo, alguien que estuvo presente en el asalto del Hacha Negra ciertamente debe su vida a la habilidad con la espada. Si se mantenía cerca de su grupo estaría a salvo. Solo deseaba no despertar demasiado la curiosidad (o la ira) de ambos guerreros.
Goran parecía hecho de otra pasta, un ratón claramente más sereno y calculador. Era mejor que estar comandado por cualquier otro, pero también peor. Muy en el interior de su ser Bellafide deseaba que no se mostrase tan meditabundo cuando unas zarigüeyas decidieran entrometerse en su viaje.
Un defecto común de aquel guardia era prestarle atención a todas las cosas menos a las que debería estar atento en primer lugar; nunca puede tener sus ojos fijos en un solo sitio. Quizá por eso la menor de sus atenciones era el plan de ruta. Para su fortuna, nadie había dado una respuesta clara de ello y, sinceramente, Bellafide prefería discutirlo con algo cálido para comer frente a su boca bajo el fuego de un hogar.
El ratón se mantuvo al margen, silencioso más por no tener nada bueno que decir que para conferirse un aspecto rudo. Se limitaba a observar los mapas otra vez mientras que la conversación se desarrollaba a su alrededor.
Gwendolyn sonrió ligeramente.
- ¿Que sabemos de los asalta caminos? ¿Son comadrejas? Nunca había atacado tán rápido tras el invierno-se preguntó el experimentado guerro.
-¿Comadrejas? No, afortunadamente no se han atrevido a internarse más allá de las fronteras en los últimos meses -indicó la matriarca. Su gesto cambió, su rostro demostraba decepción-. No, estos bandidos no son más que ratones. Un invierno duro puede corromper a cualquier desesperado.
- Se hará como usted manda Matriarca. – Dijo solemne. – La única pregunta que añadiría a la de Dolan es si hay algún patrón en el lugar de los ataques. Si no me equivoco hay un par de rutas que llevan a Darkwater, quizás podamos escoger la que menos probabilidades tenga de ser atacada.
Gwendolyn tomó la carta que había dejado sobre el escritorio.
-Saben tanto como yo -dijo-. El gobernador de Darkwater no me dio más detalles. Estoy segura además de que tampoco conoce mucho más. Ustedes serían la primera patrulla de la guardia que envío a la ciudad desde que comenzaron los ataques. No tengo más información que la que me proporcionó el gobernador, pero espero que ustedes puedan darme una buena perspectiva de la situación en el terreno.
La Dama se irguió, llevándose las zarpas a la espalda.
—Haré todo lo posible para que esas armas lleguen a Darkwater, Matriarca, aunque me cueste la vida. —Sus ojos brillaban con la decisión de sus palabras—. Opino lo mismo que Goran y Dolan, deberíamos reunir información sobre los últimos asaltos ¿Han capturado a alguno de los bandidos con vida?
-Esperemos que no llegue a eso, Willard -respondió Gwendolyn con una amplia sonrisa que se le dibujó en el rostro tras las primeras palabras del joven explorador-. Como dije, serán la primera patrulla que envío. Los primeros de la Guardia en tomar contacto con esta situación. Si los ratones del gobernador capturaron a alguno de los bandidos, lo desconozco. No lo mencionó en su carta. En cuanto lleguen a la ciudad, si encuentran algún ratón dispuesto a hacer de mensajero, informenme de inmediato sobre lo que encuentren. Quizá sea necesario que la Guardia envíe una fuerza provisional a Darkwater.
La ratona se inclinó sobre su escritorio, señalando sobre un enorme mapa el camino entre Lockhaven y Darkwater.
-Será un viaje corto, pero el invierno se reciente a abandonarnos y con los bandidos este camino ha sido utilizado escasamente en los últimos días -explicó, dedicando una mirada severa a cada uno de los presentes-. El ratón que trajo esta misiva me alertó que la nieve aún abunda y que incluso el sendero ha parcialmente desaparecido en algunos tramos. Tengan cuidado. ¿Alguna pregunta más?
Las luces de las velas danzaban en la habitación al ritmo de las respiraciones.
Dolan negó con la cabeza y torció el gesto.
-Vaya desastre, el gobernador debería enterarse de esas cosas...-dijo en voz baja, aunque audible. Después miró de nuevo a Gwnedolyn y sonrió- Creo que ya está todo mi señora, solo necesito ir a por mi gorro y mi escudo y por mi podemos partir cuanto antes. Espero que la nieve se haya derretido un poco para cuando lleguemos-dijo resuelto.
Willard observaba el mapa con atención, estudiando la ruta que iban a seguir.
—Partiremos lo antes posible Matriarca.
Puso su mano sobre la empuñadura de la espada, que colgaba del cinturón, como señal de que estaba preparado para empezar la misión.
¿Puedo usar mi conocimiento de caminos para saber si hay algún atajo que nos permita llegar antes evitando los tramos con más nieve?
Puedes hacer una tirada de Conocimiento de Senderos (Ob 4). Si tienes éxito conocerás un camino poco frecuente por los zarzales del Este. El camino es peligroso por la presencia de serpientes y aves, pero de seguro las ramas de los arbustos evitaron que el suelo se cubra de nieve.
Tienes un +1D por el uso del mapa. Tus rasgos no son aplicables. Puedes pedirle ayuda a tus compañeros on-rol pero ya te advierto que ninguno tiene conocimientos relacionados.
Willard estudió el mapa en silencio. Lo mejor sería encontrar otro camino donde la cantidad de nieve fuera menor, pero no parecía haber otra forma de llegar a Darkwater.
Motivo: Conocimiento de Senderos
Tirada: 4d6
Dificultad: 4+
Resultado: 5, 1, 6, 3 (Suma: 15)
Exitos: 2
Goran se despidió con una leve reverencia a la Matriarca y salió de la sala en silencio. Tras cerrar la puerta tras de sí se detuvo unos momentos a mirar al grupo.
- No hemos tenido ocasión de presentarnos, mi nombre es Goran. - Dijo con una sonrisa tranquila. - La urgencia de la misión no permite demasiados preparativos así que tendremos ocasión de conocernos mejor durante el viaje. Lo único que puedo pedirles es que descansen bien hoy para estar mañana descansados y listos preparados para el viaje. Nos encontraremos al alba en los establos, ¿de acuerdo?
Después de despedir al grupo Goran se dirigió a los establos para asegurarse de que la carreta estaba lista y contenía el equipo de viaje necesario para la travesía. Provisiones para la ida y la vuelta, cuatro mantas y utensilios para cocinar, además de algunas cuerdas por si había que tirar de la misma y una rueda de repuesto.
Le robaría unas horas de sueño pero necesitaba asegurarse de que tenían lo necesario para afrontar cualquier incidencia.
Una vez la conversación con la Matriarca había terminado y el objetivo de la misión era más claro, los ratones finalmente pudieron relajarse y conversar entre ellos. El batidor estaba realmente agradecido por ello, si su vida dependía de la zarpa de uno de sus compañeros mejor era que fueran buenos amigos antes de que eso llegase a ocurrir.
El primero en hablar fue Goran, cosa lógica siendo el nuevo líder de la patrulla. Ciertamente cada uno tendrá que prepararse rápidamente para el viaje y terminar sus diligencias pertinentes en Lockhaven antes del alba, solo esperaba que el tranquilo jefe Goran no fuese de los que se dejaban llevar por la presión del momento.
—El nombre es Bellafide, jefe —dijo, haciendo una reverencia—. Mi zarpa está a tus ordenes en esta misión. Disculpe mi intromisión pero tiene más el aspecto estudioso propio de las gentes de Sprucetuck que de un guardia de Lockhaven. ¿Qué le ha llevado a liderar esta patrulla con el consentimiento de la matriarca, si puedo preguntar?
Ciertamente si conocía los meritos de aquel ratón también podría hacerse una idea de sus capacidades. Además, sacar conversación era algo vital para que el grupo se relacionara y conociera mejor. ¡Si todos conocían sus capacidades podrían rendir el doble que si no lo hicieran!
El rojizo ratón sonrió a sus compañeros tras salir del encuentro con la matriarca. Por lo visto había hecho bien en elegir a Goran como líder pues empezaba demostrando iniciativa.
-Yo me llamo Dolan-saludó- encantado de conoceros. Creo que descansar es un buen consejo, me preocupa que las nieves dificulten nuestro avance. Pero... si algo me preocupa más es el gobernador de Darkwater. No es la primera vez que salgo a una misión y normalmente Gwendlyn suele tener más información. Que el gobernador haya dado tan pocos datos... debe ser muy torpe, ¡o despistado! Por no pensar en algo peor...-dijo el ratón que se rascaba ahora otra cicatriz cerda que la oreja derecha. No le molestaba que sus compañeros no conocieran sus hazañas, tampoco es que fuera dándose elogios a si mismo, todo lo contrario. Pero vio que podía observar como trabajaba un grupo de ratones distinto a sus compañeros habituales y eso le agradaba.
Willard esperó hasta que todos se hubieran presentado. Sus voces se reflejaban fugazmente en las paredes de piedra, rompiendo el silencio de la noche.
—Mi nombre es Willard —dijo mientras hacía un pequeño gesto con la cabeza—. Espero estar a la altura de la misión.
Miró a cada uno de los ratones, observando sus rostros y memorizando sus nombres. Bellafide fue quien más le llamó la atención, tras su mirada se intuía inteligencia. No del tipo de inteligencia que aplican los estudiosos, más bien de la que en batalla suponía la diferencia entre morir o vivir. Los demás, Goran y Dolan, también parecían experimentados. El primero, aparentemente tranquilo, era el líder de la misión. Tenía el aspecto de ser alguien capaz de mantener la calma en situaciones peligrosas. El segundo parecía muy curtido en combate, varias cicatrices cubrían su cuerpo, y si hasta ahora había sobrevivido era una buena señal.
Willard estaba seguro de que aprendería de esos ratones, si el viaje lo permitía.
—Estaré al alba en los establos, preparado para el viaje. A sus ordenes —dijo mirando a Goran.
Los cuatro ratones hicieron las presentaciones de rigor afuera de la recámara de Gwendolyn. Todavía estaban recibiendo las primeras impresiones de cada uno, pero nadie conocía a ciencia cierta como se llevarían en el terreno.
La matriarca les había elegido por algún motivo, por su experiencia, sus habilidades o sus capacidades. Ninguno lo sabía a ciencia cierta. Solo esperaban que en el momento de la verdad, cuando corrieran algún peligro, todos actuaran como era esperado de un ratón de la Guardia: con valor, fortaleza y compromiso.
¿Lograrían llegar sanos y salvos a Darkwater?
Prólogo cerrado.