Dolan se entretuvo un rato con el lider de los ladrones. No era cruel, de haberlo sido hubiera mutilado a ese patán de muchas maneras. Sin embargo se limitó a parar y esquivar sus ataques, cada vez más desesperados, dejando que se cansara. Se reía en voz alta, no podía evitar divertirse con una buena pelea... hasta que se aburrió. No estaba siendo una buena pelea y humillar a un bribón tampoco le parecía de recibo así que esperó a que el ladrón lanzara una embestida hacia delante, Dolan se apartó de la trayectoria y le golpeó en el morro con el escudo tan fuerte que uno de sus dientes se partió y calló al suelo como un saco de grano.
-¡No deberiais asaltar los caminos!-les advirtió Dolan- los ratones no deberiamos caer tan bajo.
Motivo: combate
Tirada: 10d6
Dificultad: 2+
Resultado: 5, 4, 2, 2, 4, 1, 3, 2, 3, 6 (Suma: 32)
Exitos: 9
Bellafide aprovechó el momento y se apartó de la espalda de Dolan con una prodigiosa zancada hacia adelante. Repartiendo acero a los bandidos que quedaban a su alrededor mientras que el ratón pelirrojo combatía con su líder. Se movía como una pequeña vorágine de estocadas y hacía lo posible por desarmar y terminar de maltratar a los enemigos cercanos. Si lograban atrapar al jefe de los ladrones con vida, podrían conseguir más información acerca de que esperarse en Darkwater.
Motivo: Combate
Tirada: 5d6
Dificultad: 2+
Resultado: 2, 6, 2, 6, 6 (Suma: 22)
Exitos: 5
Tras la huida de uno de los bellacos el duelo se facilitó de tal forma que, al poco tiempo, Willard ya tenía a los dos ratones acorralados. Con un golpe rápido pero fuerte golpeó en la cabeza a uno de ellos con la empuñadura de la espada y al otro lo dejó sin aliento con un rodillazo en el estómago. No moriría nadie si el podía evitarlo, con reducirlos bastaba.
Levantó la cabeza en busca del tercer ratón que había huido y vio como sus tres compañeros guardianes no tenían ni un rasguño, parecía que por primera vez en todo el viaje la suerte estaba de su parte.
—Dos menos —dijo alzando la voz—. Bueno, tres, si contamos el que ha huido.
Motivo: Enfrentamiento bandidos (Luchador+arma+decidido)
Tirada: 5d6
Dificultad: 4+
Resultado: 6, 6, 6, 1, 1 (Suma: 20)
Exitos: 3
Los guardianes desarmaron y derribaron a sus contendientes en un último asalto del combate. Los restantes vestigios de los bandidos se dispersaron a toda velocidad, entre tropezones, chillidos e insultos.
Cuando el caos de la batalla se discipó contaron a cuatro prisioneros abatidos -más uno muerto-, entre los que se encontraba el líder de la panda. La patrulla no tardó demasiado en acomodarse nuevamente. Envainaron las armas y se quitaron el polvo de las capas, ni siquiera se encontraban cansados tras la rencilla, que les había supuesto relativamente poco esfuerzo.
Un poco más tarde ya habían maniatado a los criminales en una ronda junto al carro, poco a poco fueron despertando de sus sueños artificiosos.
-Ah... -un quejido gutural salió de la boca ensangrentada del jefe- ¡Maldición! Malditos cobardes...
Los otros tres les miraban con una mezcla entre temor y desconcierto. Desconocían su destino y se encontraban demasiado intimidados como para hablar.
-No dormirás tranquilo, pequeña cría -murmuró el líder cuando volvió sus ojos a Dolan-. No pasará mucho tiempo antes de que te abra la barriga. ¡Lo juro!
Patrulla | Tirada 1 | Tirada 2 | Tirada 3 | Resultado |
Bellafide | Éxito | Éxito | Éxito | 4/4 |
Bregon | Éxito | Éxito | Éxito | 4/4 |
Dolan | Éxito | Éxito | Éxito | 4/4 |
Willard | Fallo | Éxito | Éxito | 3/4 |
Resultado | 3/4 | 4/4 | 4/4 | 11/12 |
Bregon respiró aliviado al ver que el combate terminaba con una apabullante victoria y con unos cuantos prisioneros. Se aseguró de que los prisioneros estaban firmemente sujetos y después se dispuso a organizar de nuevo el viaje.
- Vamos. No debemos retrasarnos. Es posible que los que han huido se reagrupen y traten de atacarnos. Debemos llegar a la ciudad cuanto antes.
Organizó el grupo de forma que los prisioneros se mantuvieran junto al carro vigilados por dos ratones, mientras otro abriría camino y otro ocupase la retaguardia.
Willard se quedó junto al carro vigilando a los bandidos. El silencio contrastaba con el ruido provocado por el combate reciente, solo se escuchaba el traqueteo del carro y el paso de los ratones. El destino estaba cerca y habían conseguido llegar sanos y salvos, sí, con la mitad del cargamento, pero de una sola pieza que no es poco. Con paso ligero siguieron por el camino.
—Tu mandas jefe, muy bien villanos todos de espaldas y con las zarpas bien juntas. Encontraremos un agujero donde dejaros por sus crimenes.
Bellafide se apresuró a atar nudos en las zarpas de los bandidos que habían capturado. Y los había atado al carromato para, de una forma ingeniosa, hacer que ellos tirasen del carro mientras que el grupo podía tener la suficiente libertad como para vigilarles mientras llegaban a Darkwater. El batidor mantuvo un ojo abierto y se dispuso a mantenerse en la retaguardia y tantear el terreno frente a ellos para evitar futuros incidentes o conocer vías de escape posibles.
Motivo: Explorar los alrededores
Tirada: 8d6
Dificultad: 4+
Resultado: 2, 5, 1, 2, 1, 2, 1, 5 (Suma: 19)
Exitos: 2
Añado dados adicionales por conocimientos y el rasgo de Astuto
-¿Pequeña cria, a mi?-respondió divertido Dolan- ¿Llamas pequeña cría a aquel que derrotó a la serpiente de Astera solo con su escudo? ¿ A uno de los defensores de Lockhaven ante el asedio del Hacha negra? Hace falta desayunar fuerte para aspirar a abrirme la barriga-dijo riendo- y ahora andando, la justicia ya verá que hace contigo. Mi espada y escudo ya han discutido suficiente con vosotros.
La patrulla continuó colina abajo tras asegurar a los prisioneros. Si bien varios quejidos fueron escuchados, poco supieron de los bandidos. Sólo su líder se atrevió a soltar un par de insultos, pero pronto abandonó su actitud, al percatarse de su destino inexorable y de la futilidad de sus palabras.
La ciudad portuaria de Darkwater se encontraba ante ustedes. Sus puertas cerradas les indicaron que se hallaban en estado de sitio, ninguna ciudad ratonil solía hacer eso mientras el sol estuviera brillando. Al aproximarse, un guardia gritó en lo alto, aliviado, que la Matriarca había respondido a sus oraciones.
Dentro, el usualmente atareado puerto estaba aletargado. Observaron varios ratones heridos, otros más flacos de lo que hubieran pensado y unos cuantos guardias con rostros esperanzados. Pronto la noticia de la patrulla pareció recorrer cada rincón de la ciudad, ya que una multitud de habitantes se concentró para recibirles, entre aplausos y gritos de júbilo.
-¡Abran paso al gobernador! -se escuchó, y una figura emergió entre los ratones.
-¡Oh! ¡Bienvenidos, guardianes! -les saludó con una reverencia. Su rostro denotaba una mezcla entre alivio, esperanza y alegría.
Los prisioneros fueron conducidos por los soldados de la ciudad y el cargamento entregado al Capitán de la milicia local. El gobernador les condujo hasta su casa, lejos de la curiosidad y del agradecimiento del pueblo.
-En nombre de Darkwater y su gente le doy las gracias a la Guardia de los Ratones -dijo con solemnidad-. Espero que puedan hacerle llegar mis palabras a la Matriarca Gwendolyn. Además, quiero expresarles mi más sincera gratitud a ustedes, los valientes guardianes que han venido a socorrernos. Por favor...
El salón de la casa era un sitio pequeño pero acojedor. Supusieron de inmediato que se trataba del lugar de reunión, donde se tomaban todas las decisiones de la ciudad. El ratón les señaló varios sillones dispuestos en torno a una pequeña mesa. Sirvió él mismo jarras de aguamiel ligera, notaron que era bastante más pobre y desagradable que la bebida a la que estaban acostumbrados.
-Disculpen esta bienvenida... sobria, no nos quedan muchos lujos en Darkwater -indicó con pesar mientras tomaba asiento-. Golardo, el tabernero, hace lo que puede con lo que tenemos. El invierno fue duro y apenas han llegado mercaderes por mar. Temo... que estos ladrones nos han robado más que unos cuantos carros de trigo. Los campesinos ya no se arriesgan a recorrer los caminos así aquí. Hace tres semanas que nadie cruzaba las puertas de la ciudad.
Dio un sorbo a su jarra.
-Tengo esperanzas en que nos recuperaremos rápido. El capitán me ha informado que nos trajeron buenas armas y armaduras, aunque pocas. No serán suficientes como para salir de la ciudad pero al menos nos permitirán defendernos durante un tiempo.
El gobernador echó un vistazo a la chimenea vacía que tenía a un lado y acomodó su monóculo. En ese momento ingresó en la casa el capitán de la ciudad, se cuadró ante el gobernador y viró hacia ustedes.
-Gracias por el cargamento, mi gente ya está haciendo buen uso de él. Entiendo que la Guardia ha enviado las armas pero también a sus mejores ratones a ayudarnos, ¿es esto cierto? Bien nos haría contar con ustedes.
Mientras la patrulla disfrutaba de un merecido aunque escuálido descanso, se encontraban ante la decisión de obedecer las órdenes de la Matrirarca y regresar a Lockhaven o permanecer en Darkwater y ayudar a su gente con los bandidos que saqueaban caminos y hogares por doquier.
¿Qué harían los ratones ante esta disyuntiva? O peor, ¿qué consecuencias acarrearía el derrotero que escogan recorrer? Las respuestas a estas preguntas quedarán por verse.
¡Felicidades a todos! ¡La partida ha terminado! Tengo que decir, con renovado espíritu, que este One Shot se me ha quedado corto, y que tuve que pensar bien si terminarlo aquí o continuarlo un poco más.
Decidí apegarme a mi idea original que era culminarlo en cuanto llegaran a Darkwater. Personalmente, me he divertido mucho y la he pasado muy bien. Eso sí, daré la posibilidad de continuarlo en una secuela, si existe una decisión unánime. No obstante, esta partida-misión ha terminado.
Hablamos en el Off-Topic.