Partida Rol por web

La hora cero (DM 05/2021)

La hora cero (I)

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11/05/2021, 20:44
Director

Notas de juego

No tienes ninguna duda. El niño no miente.

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11/05/2021, 20:52
Karl Stevenson

Max seguía en sus trece, asegurando que no les estaba mintiendo. Y para colmo, Sally se había despertado para complicar las cosas con sus ojos vidriosos y su carita triste. Empero, Karl no redujo ni un ápice la expresión seria de su rostro, dispuesto a llegar hasta el fondo de aquel asunto que le estaba empezando a escamar como ningún otro. 

Te acabas de contradecir, hijo mío. Has dicho antes que Sally fue quien vino a buscarte porque se aburría y no al revés —por mucho que quisiera ocultarlo, le había pillado—. ¡Dinos con quién estabais hablando! —exclamó, agarrándolo del brazo, pero sin apretar con demasiada fuerza—. Os hemos dicho miles de veces que no habléis con extraños y mucho menos que dejéis entrar en casa a desconocidos... Ahora me tocará comprar algún candado para dejar todo bien cerrado. ¿Es eso lo que queréis, niños? ¡¿Que convierta la casa en una cárcel?! ¡Os voy a castigar! —les lanzó una mirada de reproche, antes de ponerse de nuevo en pie. 

Odiaba levantarles la voz con todo su ser. Lo odiaba. Sin embargo, no había más remedio que mostrarse tajante si querían conseguir respuestas. Caminó por la habitación, sopesando qué hacer. Se dirigió, esta vez, a su pequeña, creyendo que la inocencia que la caracterizaba podría proporcionarles más información.

—Sally, cariño. ¿Por qué le has pedido a Max que viniera a tu cuarto? ¿Con qué persona habéis hablado mientras nosotros estábamos abajo?  

- Tiradas (1)
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11/05/2021, 21:27
Max

El niño gimoteó cuando su hermana comenzó a sollozar.

- Aquí no hay nadie. De verdad papá.

Sally se abrazó a él.

- La verdad es que yo me aburría y vine a ver a mi hermana.

A ambos niños se les escaparon una lagrimitas.

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11/05/2021, 21:32
Director

Notas de juego

El niño no miente. Si ha ocurrido algo extraño, ninguno sabe que ha pasado. Sus mentes no tienen ningún recuerdo de lo ocurrido.

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12/05/2021, 13:20
Karl Stevenson

Por mucho que intentaba sonsacarles algún dato, ellos daban siempre la misma respuesta. Y, por su expresión asustadiza, parecían estar diciendo la verdad. Pero... ¿Cómo? ¿Qué era entonces lo que había ocurrido? Le estaba empezando a doler la cabeza y esa situación inexplicable no hacía sino acrecentar esa jaqueca.

Está bien... Está bien... —acarició las cabezas de sus hijos, para que se tranquilizaran; también le servía para tranquilizarse él—. Vuelve a tu cuarto ahora mismo, Max. Mañana, una vez estemos todos más calmados hablamos y vemos qué es lo que ha pasado. Venga, todo el mundo a dormir —les ordenó, dando un par de palmadas para que se pusieran en marcha, mientras recorría la habitación, dando un último vistazo general y aprovechaba para recoger de paso el palo de golf.

Sopesó el hierro entre sus manos con seriedad, quedándose en el umbral de la puerta, esperando a que su hijo se marchara a dormir.

Que descanses, princesa —le dijo a Sally, en un tono cariñoso—. Martha, creo que me voy a quedar despierto esta noche; por precaución, para vigilar la casa. No sé qué está pasando, pero no me gusta nada... —le susurró a su esposa, cuando ella estuvo a su altura.

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12/05/2021, 13:56
Martha Stevenson

La situación fue muy intensa, jamás los habían regañado a los niños de aquella manera y Martha sintió esa punzada en el pecho que la tenía bastante preocupada. Aquella voz sí que la han escuchado, pero los niños no estaban mintiendo y por ello se creaba una situación horrible que los hacía sollozar. Incluso en la pareja la frustración, la impotencia se convertía en dureza, en exigencia. 

Así que por ello en total silencio les dejó un dulce beso sobre la frente de cada uno y acompañó a Karl hacia el umbral de la puerta para conversar. Ella tampoco quería dormir, pero no podía permitir que sea sólo su esposo quien esté en vela por esta situación. No lo veía bien. 

No amor, nos quedamos los dos—dijo en un tono suave—. Preparo café y juntos vigilamos. ¿Te parece bien?

Al menos podía ayudar de aquella forma, era lo conveniente. 

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12/05/2021, 17:00
Karl Stevenson

Se quedó mirando a su esposa, con una mueca de disconformidad en el rostro.

Aunque me negara, sé que al final tú también te quedarías despierta conmigo, querida... —sonrió, algo parcamente, antes de dejar un beso cerca de la comisura de sus labios—. Está bien, nos quedaremos los dos despiertos. Mañana, si no pasa nada, intentaremos encontrar una explicación lógica a todo esto —comentó, aguardando a que sus hijos se durmieran.

Estuvo tentado, mientras tanto, de besar de nuevo a su bella mujer, mas controló el impulso a tiempo; básicamente porque si empezaba, el cuerpo le pediría más y no podía permitirse perder la concentración después de aquello. Ya tendrían ocasión otra noche en la que no tuviesen lugar sucesos inexplicables.

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12/05/2021, 19:05
Narrador

El niño se fue a su habitación, obediente, y la niña se acomodó en su cama. No querían hacer enfadar más a su padre, por algo que no sabían de que se trataba. Sus frágiles mentes infantiles habían sido alteradas de algún modo que los adultos no podían comprender y que ellos no podían recordar.

Los diligentes y protectores padres se prepararon para velar por la seguridad de su hogar. Café, armas improvisadas para ahuyentar a cualquier intruso con mala intenciones, ojos abiertos en la noche, algún abrazo y beso ocasional.

La paz y la calma reinaron hasta el amanecer.

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12/05/2021, 19:56
Martha Stevenson

El café se había consumido bajo las mismas horas que la noche les brindó en su regazo, fueron largas, pero entre la incertidumbre y la preocupación no ha sido del todo desgastante para Martha. Incluso cuando el inicio de un nuevo amanecer los invitó a descansar, la mujer se incorporó del sillón y pese al cansancio—más todo lo vivido del día anterior—no dudó en regalar un apasionado beso en los labios a su esposo y una provocación en continuado. 

Tal vez, si Karl aceptaba dormirían un poquitín más tarde pero hubiera valido la pena. Todo estaba en calma, los niños descansaban en el mundo de Morfeo y ellos luego de tantas horas en vela, se merecían ese retazo de magia, de un momento que ayude a dormir después con más ganas. 

Te espero en la cama...

No se dijo nada más, sólo el sinuoso vaivén de las caderas de Martha y una invitación. Luego tocaría comenzar el día y esperó desde lo más profundo de su ser, que sea mejor. 

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12/05/2021, 20:39
Karl Stevenson

Karl permaneció sentado en una vieja butaca que había cogido de su dormitorio con el gesto imperturbable y la mirada fija en la oscuridad del pasillo, como si fuera un búho, atento a cualquier movimiento o sonido que no fuese el habitual en la casa. El café ayudaba a estar espabilado, no cabía duda de ello. Y, a veces, se concedía el lujo de charlar un poco con su esposa o intercambiar algún beso o caricia con ella. Martha era el pilar sobre el que se cimentaba su vida. Si ella no existiera, su existencia no tendría ningún sentido. Había noches, incluso, en las que se planteaba qué hubiese sido de él si no se hubieran enamorado. Era una actitud pesimista que le acompañaba desde bien pequeño y no conseguía desprenderse de ella.

Esto me recuerda a la época en la que teníamos exámenes y nos quedábamos hasta las tantas de la noche con la montaña de apuntes y el termo de café —dijo, en tono de broma y con cierto aire melancólico, mirándola con cariño.

El día llegó y no hubo nuevas noticias de ningún tipo; todo estuvo en calma dentro del hogar. Se incorporó con parsimonia, notando que sus músculos estaban bastante entumecidos. Bostezó irremediablemente, estirando el cuerpo, cuando Martha se acercó a él con esos ademanes y andares provocativos. Los ojos de Karl recorrieron su perfecta y estilizada figura, un tanto extrañado por esa acción llevada a cabo por su cónyuge. "Alguien tiene ganas de juego" —se dijo, echando un vistazo de reojo al pasillo.

Y, aun con el cansancio acumulado, siguió sus pasos. No tendría las mayores energías del mundo después de haberse quedado en vela durante toda la madrugada, pero una invitación como aquella no se podía rechazar nunca. Entró tras su mujer, dirigiéndose a la cama, no sin antes cerrar la puerta, esbozando una sonrisa picarona. Resulta que, al final y a pesar de todo, el día no iba a terminar ni a empezar nada mal.

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13/05/2021, 11:45
Director

Notas de juego

FIN DE LA ESCENA