Partida Rol por web

- También nos dijo que había formas de prepararnos para él Rangnarök. - le digo girándome hacia ella. ¿Es cierto?

- Bueno, prepararse... Nadie se prepara para el fin del mundo. Pero si que puedo deciros que la próxima vez que se detenga esta cabaña, vais a tener que correr con todas vuestras fuerzas si quereis salvaros a tiempo.

- Habla claro. - le digo a la Gigante. ¿A qué te refieres? ¿Donde pararemos?

- En la cima de una montaña. No os preocupeis; tendreis cerca algo con lo que descender rápidamente. Pero tendreis compañía desagradable. Cuando lleguéis a los pies de la montaña, encontrareis un bosque. Buscad al viejo que vive allí, cuanto antes.

- Define Compañía Desagradable. - le digo a Groa. ¿Qué tipo de vehículos tendremos cerca?

La gigante sonríe enigmáticamente

- Mis visiones no llegan a tanta precisión. No obstante ¿no querrás que os chafe toda la sorpresa, verdad?

Rápidamente imagino unos esquíes para bajar la montaña a toda velocidad. Llevo años viviendo en las montañas y, como hija de mi padre, esquiando en la nieve y cazando me siento en casa. Por supuesto esa sorpresa desagradable que nos acompañará no tiene muy buena pinta, pero con suerte podré despistar a lo que sea en el bosque para dar algo de tiempo a mis compañeros si nos persiguen.

- ¿Quién es ese viejo? - pregunto finalmente a Groa. - ¿Cómo podrá ayudarnos? Y, sobre todo, ¿cómo tendremos que buscarlo? - Por experiencia sé que, si alguien vive en el bosque y no quiere ser encontrado, no será fácil dar con él. Sin embargo, no puedo evitar preguntar cómo ese anciano va a prepararnos para el Ragnarök.

- Es un "amigo" del Gran Padre. No os preocupeis, no se esconderá. Os estará esperando, de hecho. Él os ayudará a apartaros de la caida del Jotunhammer.

La cabaña comienza a decelerar y el paisaje que se ve por las ventanas es más distingible; ya no es el borrón que se veía antes

- Esto está empezando a pararse. Rápido, os queda una pregunta. Después tendréis que iros, a menos que queráis acabar en lo alto de una montaña de Muspellheim.

La cabaña desciende e instintivamente desenfundo mi pistola dado que es más cómoda de usar que el Subfusil y más teniendo en cuenta que este se encuentra en su funda, desmontado y en mi espalda.

- Hilda, si tienes una última pregunta este es el momento. - le digo.

Luego miro al resto.

- Preparaos para lo que sea que nos espera ahí fuera. - añado mirando por la ventana en busca de recabar algún dato más antes de tomar tierra.

Niego con la cabeza mientras me acerco a una de las ventanas, buscando con la mirada lo que nos permitirá descender rápidamente. Casi sin darme cuenta, y en contra de mi intención original, formulo la pregunta que nos había dicho Groa.

- Montaña ¿¡de Muspellheim!? - repito. - ¿Dónde nos ha traído tu cabaña? - El reino de fuego no es el lugar más indicado para una hija de Uller, eso parece evidente. De alguna forma, mi idea de montaña es rápidamente sustituída por la de un volcán. Supongo que se acabaron los esquíes.

- Bien, y ahora a lidiar con los Gigantes de Fuego. - pienso recordando de repente donde había escuchado antes ese nombre.

Cada vez me intriga más el tipo de vehículo que estará esperándonos. Por otro lado, lo de la Compañía parece que se va desvelando.

La cabaña se detiene; a través de las ventanas se ve un paraje nevado. Nada que parezca del reino del fuego

- Si, es donde acabaréis si no salís ahora mismo. Rápido, o la cabaña se pondrá en marcha de nuevo

Rápidamente salgo de la cabaña y observo a mi alrededor en busca de alguna señal de los enemigos o del medio de transporte.

- Venga, moveos. Rápido.

Casi suspiro de alivio al ver la nieve. - No nos has dicho dónde nos ha traído la cabaña - digo mientras sigo a James al exterior, sin quedarme a esperar la respuesta.

Parte de mi equipo de montaña se ha quedado en el jeep. Espero que no nos haga falta, pienso mientras busco rápidamente algún modo de descender y, sobre todo, señales de esa "compañía desagradable".