Partida Rol por web

"Maldito gilipollas, ¿por qué no puede ser un tipo normal que sale de su puta casa tranquilamente?"

Pensó mientras tiraba el informe a la mesa...

"Bueno, pués si no sale habrá que sacarle de ahí como sea...iré a ver la zona y el edificio en concreto, y su estructura...matarle en su propia casa pinta dificil pero si logro que salga de allí le tendré a tiro fácilmente...si el edificio es algo viejo quizas pueda provocar una alarma por incendio o algo por el estilo y sacarlo de allí, y, una vez en la calle matarlo en la confusión...si no, tendré que entrar allí y matarlo en su propia casa, ya sea en una fiesta o un día normal, aunque eso puede ser más complicado y sangriento..."

Se viste rápìdamente y esconde entre sus ropas la pistola y el cuchillo. Cuando está listo sale a la calle dispuesto a buscar puntos débiles en la seguridad del paranoico personaje o, la manera de sacarle de su madriguera.

Ya equipado y de incógnito, Artellus se pone en camino para investigar la madriguera de su presa. El edificio donde vive es una inmensa torre de acero y cristal situada un par de pisos por encima de su propia casa, casi rozando al superficien de los niveles superiores. Posíblemente en ese ático incluso entre la luz solar durante un par de minutos cada día.

Estudiando su posición desde los distintos pisos colindantes, el asesino consigue hacerse una idea bastante acertada de cómo pueden ser los planos. La torre dispone de 4 entradas en la planta baja, una por cada lado del edificio, que dan a una inmensa sala de recepción donde un portero y varios guardias se encargan de tener el lugar bajo control. Desde allí salen 5 ascensores, uno para bajar a los sótanos (donde se encontrará la maquianria y los desagües) y los demás para subir a la gente a los diversos pisos hasta la mitad del edificio. Allí hay otras dos puertas que dan al exterior en otra sala de recepción, más pequeña pero más decorada, y otros dos ascensores que siguen subiendo. Las dos puertas de este nivel van a parar a una pasarela peatonal que cruza el edificio de lado a lado, y está más vigilada que la planta baja.

Por último, Artellus se fija en los andamios que recorren por el exterior el edificio y sus amplias cornisas. Posíblementen estén en mantenimiento de la fachada o solamente limpiando los cristales, pero recorren todo el edificio de arriba a abajo. Sin embargo desde allí sería complétamente visible a la gente de fuera (y a los del interior a través de las ventanas).

"Creo que ya se como voy a entrar, me mezclaré entre los obreros y subiré lo más cerca posible del ático en el que vive mi objetivo, una vez allí me colaré en el edificio por una ventana, buscaré el piso y mataré a ese pobre infeliz, volviendo a salir por el mismo sitio o por un punto más bajo en otra de las fachadas del edificio..."

Se acerca al edificio y entra a la sala de recepción tranquilamente mientras observa cómo van armados los guardias que vigilan el edificio. Una vez dentro se acerca al portero con toda la naturalidad del mundo.

-Buenos días, verá tengo una duda y estoy seguro de que usted podrá resolverla sin ningún problema...resulta que soy un amante de las obras arquitectónicas bellas y me gustaría tomar unas fotografías del edificio, sin embargo como he podido comprobar parece que estén en obras o algo similar y no me gustaría que los obreros aparecieran en la imagen, ¿me podría decir en que horario trabajan para que no coincida con ellos y pueda tomar una buena imagen? 

Fijándose con atención Artellus se da cuenta que todo el personal del edificio va armado. Mientras los conserjes solo llevan un fino chaleco protector muy decorado y una pistola en su cinturón, los guardias que patrullan y vigilan los accesos portan subfusiles de corto alcance y alta cadencia de disparo, ideales para sitios cerrados espaciosos como el interior del edificio, y unos chalecos más recios imitando un blindaje militar.

El hombre al que Artellus pregunta se encuentra tras un mostrador en una de las esquinas, y en cuanto oye hablar al "fotógrafo" levanta la vista de un libro de cuentas y le atiende con una enorme sonrisa.

-Por supuesto señor. Siempre nos agrada encontrar a admiradores de nuestra bella torre. Pero no se moleste en esperar a que los trabajadores se vayan; los andamios de seguridad y elevadores externos le seguirían molestando igualmente. Si quiere puedo mostrarle unas fotos que tenemos en una de las salas de exposiciones, y si sigue interesado en el edificio le agradará saber que tenemos viviendas libres a precios increíbles.

 "A que este tipo me lleva hasta mi ratoncito sin llamar la atención..."

-¿En serio tienen viviendas libres? ¿Me podría decir en que pisos están?...es que me gusta vivir en los pisos superiores, para poder observar la ciudad en todo su esplendor.

El recepcionista te mira asombrado unos instantes. Finalmente vuelve en sí y pregunta:

-¿En.. en los pisos superiores señor? Disculpe mi atrevimiento, pero no aparenta poder permitirse uno de esos. ¡La renta mensual es astronómica! Por su forma de vestir, le sugiero uno que tenemos a solo un par de pisos por encima de esta planta. Se lo dejaría a 80 tronos mensuales los 2 primeros meses, y a partir de entonces subiría a 110. El precio no incluye acceso ni a las salas de entretenimiento ni manutención, por supuesto, pero dispondrá de nuestro excelente equipo de seguridad y de asistencia 24 horas.

"Maldito imbécil..."

-Gracias por el ofrecimiento, pero me temo que no soporto vivir en pisos bajos-dijo Artellus sonriendo al recepcionista-Gracias por su  tiempo, volveré algún día cuando pueda permitirme una vivienda en los pisos superiores.

Artellus se despidió con un gesto amable y una sonrisa y salió a la calle mezclandose con la gente para poder observar cuando llegaban los obreros a trabajar en los andamios...

 Artellus apareció delante del edificio vestido como si fuera un obrero más, entre sus ropas escondido su cuchillo y su pequeña pistola láser, y contempló el andamio buscando la entrada con menos vigilancia a fin de no ser detectado ni la sección de tubería en la que escondía su escopeta inspeccionada y su plan desmantelado antes de poder ni siquiera intentar llevarlo a cabo.

Mientras subía al andamio observaba las ventanas, contando pisos hasta que, una vez pasó la planta intermedia donde sabía había guardias armados comenzó a buscar un camino que le permitiera llegar a los pisos superiores sin apenas llamar la atención. Finalmente se encontró una ventana abierta casi a mitad de camino hacia la cima del edificio. Casi sin pararse a observar entró en la vivienda, sorprendiendo a un hombre voluminoso mirando la pantalla de lo que parecía un costoso reproductor de imágenes.

"No voy a complicarme la vida ni a matar a un pobre gordo"

-Inquisición, permítame el paso y calle.-Dijo Artellus mientras el hombre comenzaba a quejarse, quejas que quedaron ahogadas al contemplar el símbolo inquisitorial que Artellus, como neófito portaba, transformándose en súplicas y llanto.

Se dirigió rápidamente a la puerta y entró en el ascensor que estaba parado en la planta para, comprobar que necesitaba una llave para poder hacerlo funcionar. Se dio la vuelta y llamó a la puerta del hombre que había dejado atrás, el rostro congestionado del hombre apareció tras la puerta gimoteando mientras Artellus le pedía la llave del ascensor. Una vez dentro accionó el mecanismo que debía llevarle hasta el último piso y el ascensor se elevó.

Descubrió al oír el pitido del aparato que, desafortunadamente, necesitaba otra llave para acceder a la casa de Flavion. Mientras su mente pensaba las puertas se abrieron y se encontró con dos guardias que le miraron de manera despectiva.

-¿Qué haces aquí obrero?-pregunto un guaria.

-Estoy aquí para hacer un arreglo en las ventanas del piso superior, me dejan la llave-mintió Artellus de forma nada convincente.

-Eso no te lo crees ni tu. Además la zona superior es privada y no puedes acceder a ella, largo de aquí-Dijo el guardia a su derecha mientras miraba algo en su bolsillo.

"No me queda otra"

Artellus sacó el cuchillo al tiempo que preparaba la escopeta, apuñalando rápidamente y casi sin mirar el cuello del guardia de la derecha mientras apuntaba al de la izquierda con la escopeta, a quién abrió un agujero en el pecho de un disparo. Mientras el guardia se desplomaba con el pecho abierto Artellus descubrió que apenas había rozado el cuello del otro guardia de la forma mas desagradable, dos culatazos pasaron cerca de él, muy cerca.

El cuerpo a cuerpo siguiente fue tan intenso que Artellus ni siquiera percibió que le habían rodeado dos guardias y un vecino hasta que logró eliminar a su rival. Apenas logró correr y saltar dentro de su casa para esquivar los haces láseres que zumbaron a su alrededor, aun así, un disparo le alcanzó en la pierna mientras entraba en la casa, dejando una horrible cicatriz de quemadura en su pantorrilla izquierda y produciendo un dolor indescriptible.

Apenas logró cobijarse tras un sofá cuando un disparo láser alcanzo el mueble prendiendolo fuego, él respondió con un disparo de su escopeta que atravesó el asiento y arrancó la pierna a uno de los guardias que le seguían. El otro, en un intento de esquivar posibles balas salto por encima del sofá, resbalando en el último momento y cayendo de bruces en las llamas, cosa que Artellus aprovechó para disparar un tiro con su pistola en la cabeza del desafortunado guardia, dejándolo fuera de combate.

Cuando todo parecía solucionado, un pitidito anunció la llegada del ascensor y de, probablemente más guardias. Sin pararse a pensar en las consecuencias, Artellus sacó un cargador de pistola láser, lo acercó al fuego y una vez a punto de estallar lo lanzó, llegando hasta el ascensor donde, se encontraba un guardia y el vecino, a penas a dos metros del segundo guardia que se encontraba mirando a la puerta. La explosión fue brutal, ambos guardias y el vecino quedaron calcinados mientras el ascensor caía en picado hacía la plataforma central del edificio.

Corriendo se vistió con la armadura del guardia al que había matado con su cuchillo, justo a tiempo de que le vieran dos nuevos guardias "socorriendo" al compañero herido.

-Se ha atrincherado en la casa, tened cuidado va armado y es peligroso-dijo.

Los guardias siguieron las instrucciones del que parecía su compañero y, nada más entrar éstos en la casa Artellus saltó hacia los cables de elevador, resbalando unos metros hacia abajo, quemandose las manos a pesar de los guantes. 

Sofocó un grito y comenzó a subir hacia el último piso con gran esfuerzo y dolor. 

Una vez arriba observó las puertas cerradas. Sin dudarlo comenzó a intentar abrir las puertas con los pies mientras se sujetaba al cable. Una..., dos..., tres veces lo intentó sin resultado alguno aparte del ruido producido, hasta que a la cuarta las puertas cedieron y logró posar los pies en el piso. Los dos guardias que estaban en la puerta no se esperaban semejante espectáculo y Artellus no dudo en agarrarse a ambos con la escopeta y la mano empujándolos hacia el vacío del hueco del ascensor ante la mirada atónita del viejo Flavion.

Una vez recuperó el equilibrio Artellus se acercó hacia el arrodillado viejo.

-No me mates por favor...no sabía lo que estaba haciendo...-suplico el viejo.

-¿Y qué hacías?-

-Traer mercancías de fuera del Imperio-masculló el anciano.

-Eso-dijo pausadamente Artellus mientras le apuntaba con la escopeta cargada- es algo muy grave.

-No me mates, soy rico, te puedo pagar...

-Muy bien, dame 200 tronos de oro-dijo Artellus-Bueno, mejor 150...-se corrigió al ver la cara del hombre, que denotaba que no tenía la suma en casa.

-Ven, sigueme.

Mientras se acercaban a una habitación Artellus se dio cuenta de que el viejo tramaba algo, y sin esperar mas le disparó por la espalda, rompiendo la ventana de enfrente y destrozando la pierna del hombre que murió al instante. 

Tras observar el cuarto Artellus tomó una estatua de cierto valor y salió por la ventana al precario andamio por el cuál descendió hasta una pasarela donde se mezcló con la multitud y volvió a su vivienda...