Partida Rol por web

Tras un sueño reconfortante, la mañana comienza con el bullicio propio de los barracones. Por suerte era algo que se podía soportar, no había tantos gritos ni ajetreo como podía haber anoche. Antes de asearme, me tomo un rato para meditar, nunca está de más tener la cabeza completamente despejada por lo que pudiera pasar. Tener la mente embotada podría servir para lo mismo que una espada sin afilar.

Recorro de nuevo el camino que lleva hasta la casa de Horiuchi sama, estaba a punto de hacerme notar cuando pude escuchar la letanía de sus rezos. Mejor no molestarle y esperar hasta que termine. Así que me quedo de pie a la espera, escuchando no como si quisiera entender lo que dice, sino esperando a que acabara.

-¿Moto sama? -pregunto cuando creo que ha terminado-.

Adelante . 

Te responde de detrás de la puerta para que pases . El anciano se levanta y asegura el wakizashi en obi y recoge su monedero por si encuentra algo de lo que buscaba . 

Podemos irnos . 

Te comenta simplemente . 

Asiento ante Horiuchi y sigo sus pasos. Si todos los días son tan tranquilos como el de ayer, este encargo va a ser sumamente fácil y nunca está de más tener algún contacto en las altas esferas, aunque bueno, no creo que el viejo y yo tengamos el mismo pensamiento sobre los contactos, pero nunca se sabe.

-¿Cómo sabe reconocer aquello que busca? -pregunto por curiosidad, pero también por mantener un poco de conversación-.

Hay que tener un ojo bien adiestrado , pero para los shugenjas resulta mucho más fácil si se les pregunta directamente a los kami . 

Te contestó mientras ibais buscando por los diferentes mercados de la ciudad . Finalmente , en el distrito de los clanes menores , un artesano ronin tenías una serie de estatuillas locales a la venta ; Horiuchi sama no tardó en prestarles atención y tras ojealas detenidamente prefirió comprarlas , sin bien el ronin trataba de sacar el máximo posible por las estatuillas , no llegaron a negociar como hacen los campesino , cada uno dijo el precio de cada una de las estatuillas y finalmente se optó por un precio que satisfaciera a ambos , fue más una conversación sobre matemáticas que comercio . 

Por supuesto te tocó cargar con las estatuillas , pero había algo extraño , el lugar estaba más silencioso de lo que parecía normalmente los mercados ; aunque fuera territorio de los clanes menores tambien era lugar de ronins , y muchos de ellos sin honor , por si acaso estabas ojo avisor ya que lo pagado por las estatuillas era una cantidad mayor a lo que se suele negociar con ronins comunes . 

Nuevamente nos estábamos recorriendo todos los mercadillos que la ciudad podía ofrecernos. Mientras Horiuchi examinaba las mercancías, a mí me tocaba quedarme al margen, aunque eso no significara que no echara un ojo para hacerme alguna idea de qué es lo que buscaba.

Desconozco porqué le atrajo la atención aquellas estatuillas, pero viendo el precio que pagó por todas ellas, bien podrían merecer la pena para y ayudarle en su objetivo. No soy quien para juzgar a nadie, pero la reputación de los ronin es bastante conocida, y no para bien.

A la vuelta, mientras llevaba las figuras y velaba por la seguridad de Horiuchi sama, se me erizó los cabellos de la nuca. Demasiado silencio de repente, íbamos con un cargamento valioso -sin contar el dinero que pudiéramos llevar encima- y en un territorio poco favorable.

-Esto no me gusta... -suelto en apenas un susurro-.

Tus agudos sentidos de guerrera se pusieron alerta enseguida , sabía que había alguien siguiéndoos por algún lado pero aún no lo veías , tu protegido parecía no haberse dado cuenta aún de la situación , tal vez por encontrar por fin algo que puede que valiera la pena para su causa . 

De un lateral , un pequeño niño campesino aparece corriendo junto a otros compañeros muy cerca tuya ; por fortuna te percatas de que son solo niños , sino ya habrías echado mano tu katana . 

De repente , de la retaguardia , escuchaste a alguien gritar fuertemente como si de un grito de batalla fuera ; el grito te hizo dar la vuelta y llevar la mano a la katana , no sin motivo ; un ronin , con daisho enfundado , embozado y armado con kusarigama amenazaba a tu protegido el cual solo le dio tiempo de darme media vuelta antes de retroceder en su nueva posición para dejarte el campo libre .