Partida Rol por web

Entras a la alcantarilla,  Lo primero que sientes es el agua que te llega a las rodillas. El usual olor a residuos humanos, al cual ya estas acostumbrado esta por todas partes. Los rincones llenos de basura y suciedad.

Frente a ti, tienes dos caminos para elegir: El este, o el Oeste.

Al entrar en la alcantarillas, aunque parezca raro, me siento como en casa. - Por fin un lugar seguro. - Pienso nostálgico recordando mi refugio.

Al ver que a pesar de recordarme a mi guarida el lugar el completamente desconocido para mi comienzo a trazar un plan. - Lo mejor que puedo hacer es encontrar algún animal, con su ayuda tal vez pueda encontrar a los de mi sangre, tal vez ellos quieran ayudarme.

Evidentemente ves una cola de una rata pasar rápidamente.

Parece que he topado con otro morador de las cloacas... - Pienso sarcástico. Luego, con seriedad, trato de atraer al animal. - Ven aquí compañero. - Le digo tratando de que mi mente intercepte a la suya.

Evidentemente se presenta una rata, algo esquiva, que te huele.

Muy bien amigo... - Digo hablando más conmigo mismo que con la rata. - Busca más Nosferatus. - Continuo, esperando que el animal sea capaz de interpretar las órdenes.

El animal te mira, y parece no comprender.

Paolo arquea sus cejas.

Habra que ser mas explicito. 

-Llevame a donde haya mas seres como yo, que puedan comunicarse contigo.

La rata comienza a caminar entonces hacia el norte. Camina a su ritmo, poco a poco y tu la sigues. De repente  para en una esquina donde puedes ver una especie de puerta... es una puerta peculiar, no la vez desde cerca, pero algo tiene raro.

El joven Nosferatu mira la puerta con curiosidad. 

Como diantres se podra abrir? Tendre que llamar y decir una contraseña? Esta claro que la rata me entendio y me trajo aqui. Bueno, no hemos cruzado las alcantarillas para nada...

Dubitativo, Paolo golpea la puerta tres veces, con energia pero sin violencia.

Cuando eso sientes un sonido metalico y algo cae encima de ti. Un segundo despues notas una jaula que te cubre. Un sonido espantoso se escucha, y todo se ve más oscuro.

"Simplemente perfecto. Cai en la trampa como una... si, basicamente como una rata."

Paolo se sento en el suelo, esperando a ver que ocurria despues. 

Un nosferatu salta de repente armado dispuesto atacar y te ve sentado esperando.

¿Qué demonios?. Dice sorprendido. ¿Es que acaso hermano no te sabes la clave?

Paolo se levanta y se sacude un poco los pantalones.

-Pues la verdad es que no. He llegado hace poco a la ciudad y queria presentarme, de ahi mi ignorancia. Me llamo Paolo.

¿Eh?.... dice el hombre aliviado... Con razón. Hala una cuerda, y la trampa sube.  Disculpa. Te da la mano. Soy Wallas. Te saluda con la usual amabilidad que caracteriza los nosferatus entre ellos. ¿ de donde vienes?, ¿que buscas?

Paolo estrecha la mano de Wallas y en su cara se describe algo que parece una sonrisa, aunque con su faz, cualquera sabe.

-Vengo de Roma y mi intencion era presentarme en sociedad ante mis hermanos de sangre y presentarme al primogenito Nosferatu.

Pues entonces vámos a la cámara de los horrores y no perdamos tiempo.

Dice el hombre caminando delante de ti y entrando por otra puerta, esa a la cual golpeabas evidentemente era un señuelo. La famosa cámara de los horrores, el lugar donde nos nosferatus se reunen. Tiene un nombre sarcastico, pero en sí muchas veces no era tan terrible. Ustedes eran los horrores, los seres malditos en su apariencia, amables entre ustedes y hoscos con los demás clanes. Nadie que no fuera nosferatu podría entender esto.

Caminan por el lugar y de repente se abre una gran puerta. Un salón enorme con mesas, música y otras entretenciones se ve delante de tí. Los nosferatu sabían como entretenerse, los juegos que inventan entre ustedes siempre eran entretenidos.

La filosofia era la siguiente, no importa de donde seas, ni de que secta seas, si eres un nosferatu, eres bienvenido. Son familia.

Ves en el sitio varios de los tuyos, música instrumental, hhasta puedes escuchar una bolera dentro del salón.

Hemos llegado, nuestro primogenito llegara dentro de poco, si necesitas algo, Alfred te lo dará... no recibimos viajeros con mucha frecuencia.

Paolo inclina la cabeza como signo de entendimiento y espera a la llegada del Primogenito contemplando la sala en la que se encuentra.