En esta aventura vas a correr aventuras en un mundo pasado, en un momento en que, según uno de los grandes de la Espada y la Brujería, Robert E. Howart, todo se dirimía a base de combates y hechicerías. Hoy vas a visitar hybórea, la era en la que vivió uno de los más grandes personajes creados por la pluma del maestro tejano, aunque no lo vas a conocer: te vas a encarnar en un bárbaro de las lejanas colinas del Norte, un joven aventurero que, cansado de las grises tierras en las que se desenvuelve habitualmente su vida, decide un buen día abandonarlas y ver mundo.
Lástima que el mundo en esa época sea muy azaroso: te ves embarcado en muchas y variadas historias, tienes que luchar por tu vida una y otra vez, te ves enfrentado a todo tipo de situaciones críticas, y acabas aterrizando en la que será la aventura que vas a vivir hoy en el reino de Zamora, un reino de ladrones, asesinos y mucha maldad.
Eres un digno hijo de tu raza: grande, fibroso, un excelente luchador aunque todavía un tanto neófito a causa de tu juventud, que ocasiona que más de uno de los llamados civilizados que se ha burlado de ti haya sentido en sus carnes la furia de un norteño. Has aprendido, a base de recorrer los reinos cultivados, que tienes que tomar medidas rápidas para comerte el mundo, tal y como pretendías en un primer momento, so pena que el mundo acabe por devorarte a ti. Y así, con tus características de guerrero, de herrero mediocre y poco más, no tardas en descubrir lo que el futuro te tiene reservado: mercenario, soldado o ladrón…
En un lugar como Shadizar, la capital de Zamora, y concretamente en los tugurios de peor reputación, en el barrio del Mazo, es donde te encuentras al principio de esta historia: la reputación de estos lares es tal que el rey ni se molesta en enviar una tropa a limpiarla, se limita a tolerarla para evitar que pueda producirse una rebelión contra su gobierno. La guardia no entra en el Mazo si no es en un grupo nutrido, pues saben que su destino suele ser regar con su sangre las viejas piedras.
Este librojuego no es el típico de tomar decisiones sin más, tu suerte también va a depender de qué objetos puedas conseguir, de tu actitud y carácter, y de alguna cuestión más… Y, por supuesto, tropezarás muchas veces con un final funesto, pasto de los buitres, algo que te obligará a recomenzar de nuevo la lectura hasta que des con el mayor de los misterios de la Torre del Elefante y lo resuelvas satisfactoriamente.