Contemplo el espectáculo echando de menos eso que en el siglo XX llaman "palomitas". Al terminar miro de hito en hito a mis compañeros, esperando lo obvio.
- Creo que éste es un momento perfecto para recordar con quién estamos nosotros -les susurro- ¿Nos proponemos como campeones de los Dragones? Creo que nuestra mascarada con los Jammers ha llegado a su fin.
Y miro alrededor por si ha aparecido alguno de ellos. Si no, será cuestión de ir a informar.
Como invocado por las palabras del Indio, Kar Fai aparece en escena, portando en sus manos algunas bolsas adornadas con un extraño triángulo verde. Se dirige a vosotros, pero antes de eso, mira unos instantes a la Reina del Hielo y ella le devuelve una mirada complice. Cualquiera diría que ya se conocían de antes.
-Sois Dragones. Los únicos Dragones ahora mismo. Sois los campeones del Inframundo y debéis anunciarlo con orgullo, aunque a muchos no les gustará saber que estáis de vuelta. Tomad. Ésto ahora es vuestro.
De las bolsas comienza a sacar prendas de vestir. Ropas de cowboy con flecos de colores y botas con lucecitas en la suela que se encienden al caminar para El Rubio, una cinta del pelo con purpurina y ropas tribales vistosas para El Indio, un corsé morado con brillos y mallas bien ceñidas para que Susan luzca trasero y un kimono adornado con dragones que parece que se muevan para El Chino...
A medida que Kar Fai os va entregando la ropa, muchos de los presentes guardan definitivamente sus armas y se van, avergonzados.
-No podéis presentaros en el Palacio del Hielo vestidos de cualquier manera. Mañana será un gran día.
Y hasta aquí la escena. Cuando pueda, comienzo con la siguiente y vamos ya hacia la recta final de la partida.