Partida Rol por web

La siguiente en presentarse es una señora algo entrada en años que viste con un delantal blanco.
-Yo soy Lumphy McTrumph, aunque pueden llamarme Camila. Soy la cocinera de la Reina del Hielo y ella misma me ha elegido para acompañarles.

Arnold parece alterado ante la visión de la cocinera.
-¿Qué? ¿Una cocinera vieja? Reina del Hielo, esto no es ninguna broma. Necesitamos guerreros, no alguien que nos haga la comida. A no ser que...
Arnold se acerca a la mujer, la mira de cerca, ella le sonrie y el mono parece oler algo en ella.
-¡Mierda, es una abominación! ¡Muere, monstruo de la ACID!
Arnold desenfunda sus armas, pero apenas tiene tiempo de encañonar a la cocinera cuando esta se transforma repentinamente en una bestia enorme cuya cabeza se abre como una flor, transformandose en una boca colosal que atrapa a Arnold y lo engulle entero.
Tras unos segundos de masticación y una rápida digestión, la monstruosidad se vuelve a transformar en la adorable cocinera, que se cubre la boca con el dorso de la mano para eruptar.

Con el repentino fallecimiento de Arnold, da un paso al frente la única elegida por los Jammers. Se trata de una mujer exhuberante pero algo hombruna, de movimientos masculinos y voz grave. Viste con un mono de operario de la ACID y lleva una caja de herramientas que sujeta con un brazo musculosos.
-Soy Jill, y yo pilotaré cualquier aparato que pueda llevarnos hasta ese satélite. Al menos en el camino de ida... Bueno, solo bromeaba.
No parece muy afectada por la muerte de su compañero.

Finalmente, La Mano que Guía presenta no a uno ni a dos, sino a 30 monjes shaolín que os esperan fuera, con los rostros impasibles y colocados en la misma postura.
-Estos monjes han meditado hasta la amnesia. No recuerdan quiénes eran ni pueden distraerse con estímulos externos. -Comienza a explicar su "representante" -Están entrenados en el uso de decenas de armas cuerpo a cuerpo y su único propósito en la vida es luchar. Serán obedientes y letales.
Nayirah parece ser la única a la que le hace gracia la idea de tener a 30 hombres a su servicio.

Finalmente, os proporcionan ropas de operarios y agentes del Buró para poder pasar desapercibidos y os dan instrucciones de qué portal elegir para llegar a vuestro destino y otras cosas.
El grupo está completo y es hora de embarcarse en la misión que salvará el mundo en todas sus coyunturas.

Contengo un respingo al ver cómo el gorila es devorado ante mi, aunque al ver que a nadie parece importarle, me encojo de hombros y trato de aceptarlo con la misma naturalidad que el resto de locuras que ocurren a mi alrededor últimamente.

- ¿Hay alguna posibilidad de conseguir mejores armas? -pregunto mostrando mis dos rifles- Creo que se han quedado un poco viejas para lo que nos queda por delante.

Miro especialmente a la piloto, parece entender de estas cosas. Y a lo mejor de otras.

Jill mira al indio y al Rubio, que parecen los peor equipados del grupo y después recoge las dos armas que llevaba encima Arnold antes de ser engullido por la cocinera.
-Tomad estas, vaqueros. No creo que al gorila le vayan a hacer falta allí donde está.
Dicho esto, entrega una pistola de gran tamaño al Rubio y lo que parece ser un fusil de asalto enorme y futurista al indio.
-Con estas cosas, las peliculas de cowboys habrían sido mucho más interesantes.

Cojo el rifle con una amplia sonrisa. Entre los míos uno se siente mucho más cómodo con una gran herramienta.

Sonrío a la chica y la saludo con un -señora- y el típico roce de mi mano sobre el ala del sombrero, pero mientras mi mano ocultaba mis ojos a la vista del oriental le guiñé un ojo a la chica...

Luego vi como la cocinera engullía a Arnold, y agregué:

-Menos mal que alguien acabó con ese mono llorón. Dios sabe que ya estuve yo a punto de hacerlo alguna vez.

Y entonces fué cuando me entregaron su arma. Le sacudí los pelos que tenía y la revisé. Saqué el cargador y lo volví a meter con un golpe seco. Miré a la chica y comenté con una sonrisa mientras levantaba las cejas:

-Ahora ya tengo dos pistolones...

-Si no tenemos más que añadir... No perdamos el tiempo y pasemos al siguiente capítulo.