Apunto al chico con la pistola mientras le grito:
-Tu, no muevas ni un pelo o te dejo como un colador -amartillo el revólver- Explicanos por qué no te sorprende esta noticia, y que sea convincente.
La tensión me hacía apretar los dientes y mi mandíbula estaba totalmente encajada.
El hechicero mira con tranquilidad el cañón del arma del Rubio y se cruza de brazos.
- ¿Qué os pasa? ¿Acaso pensábais que nos íbamos a salir de rositas de esta misión? ¿Esperábais regresar victoriosos y que os recibieran con una mesa larga llena de comida y champagne? Miraos bien... Los Dragones; famosos por dejarse la vida en cualquier lugar y a cualquier precio. ¿No os parecía significativo que nos juntaran con ellos? No sé vosotros, pero a mi los mios me odian. ¿Sabeis por qué?
Yen li se agarra el paquete con entusiasmo.
-Los hechiceros son castados para que puedan desplegar todo su poder. Yo soy la excepción. Y hay algunos que no soportan ver como me tiro a sus mujeres al mimso tiempo que les supero como mago. Y esa cocinera que se quedó en tierra... Seguramente le hizo un plato demasiado salado a la engreïda de la Reina del Hielo. Y Jill... Eras un estorbo para los Jamers... ¿Verdad? Y vosotros dos, parejita feliz... ¿Vais a negarme que más de uno quería quitaros de en medio?
Steve y Nayirah bajan la cabeza y su silencio le da la razón a Yen Li.
-Estábamos condenados antes de despegar. ¿Que más da que muramos en el espacio o apuñalados por la espalda al volver?
Os dejo unos días por si queréis replicarle al chino ese. Y si no... ¡Vamos directamente al catípulo final!
Sí. He dicho FINAL.
Sin dejar de apuntarle pero con la mandíbula mas relajada comienzo a rumiar:
-Así que todo esto es por ver quien tiene mas pelotas y comprobar quien puede mear mas lejos. -luego salgo un momento de mis pensamientos- ¡Eh, contra mi no tienen nada que no me han dejado ligar en ningún momento y estoy blindado ocntra los que me vienen por la espalda! No pienso morir en este carruaje ni apuñalado, igual aun podemos dar una sorpresa...
Sombrío, contesto sin mover ni un músculo de la cara.
- Oka-Hey -repito- Hoy es un buen día para morir.
Me relajo un poco al oír la respuesta de Yen-Li y exhalo un suspiro de resignación al oír el comentario del indio.
-Sí, eso no cambia que tengamos que cumplil esta misión sea como sea. Mucho depende de ello -digo muy serio.