Partida Rol por web

Tira 3D20, solo por saber si pasa una cosa o no :3

A pesar de que tu rival en ningun momento se echa atrás, no tiene ninguna oportunidad contra ti. Sus ataques, rápidos como relámpagos, son lentos para tus divinos reflejos, y puedes pararlos facilmente. Sólo en dos ocasiones consigue rasguñarte levemente la piel, lo que le devuelves con dos golpes poderosos en las piernas para derribarlo.

Derribas a tu rival otra vez, y esta vez, a pesar de todos sus esfuerzos, no consigue ponerse en pie, aun que lo intenta una y otra vez...

Me cierno sobre él, gruñendo amenazadoramente, claro.

Al inclinarme sobre él, mientras los gritos y aullidos de la concurrencia aumentan de volumen y mi rival me ofrece su cuello para que termine... le tiendo una mano y le levanto.

Cuando todos se callan, ante mi extraño gesto, declaro:

-Hoy me he ganado el derecho de unirme a la Loba Alfa, la mujer más poderosa de la tribu... y el deber de cuidar a su progenie. Pero sabéis que no puedo, pues hay tantos enemigos del bosque en el mundo que mi deber no me deja respiro. ¿Os quedaréis pues sin líder en la tribu? No, pues quien ha osado desafiarme y al que he vencido en justo y apurado combate ha demostrado que es el más fuerte de mis hijos. Él cuidará a mi descendencia, la adiestrará y la amará como si fuera suya. Y os guiará como si fuera yo mismo, pues es el que ha merecido tal honor, hasta que decida que ha llegado el momento de pasar el Bastón de Liderazgo.

Le palmeo la espalda, que aunque estará dolorido ni se inmutará.

-Cuida bien de tu tribu... Lobo Alfa -le digo-. Merecen el mejor jefe aquí en la tierra... mientras yo os cuido desde las alturas del Monte Olimpo.

La manada se queda completamente helada por un momento, ante semejante muestra de liderazgo y justicia por tu parte... y vuelve a aullar, esta vez, su especial canción de victoria, reservada para las grandes ocasiones. Uno de los Lobisomes junto a uno de los elfos del consejo se acercan al jefe, y, tras pedirte permiso, s elo llevan mas allá del circulo para curar sus heridas.

La loba alfa se te acerca orgullosa, dando su permiso a lo que acabas de decir.

Perfecto.

Aúllo con el más potente mis gritos, estremeciendo a todo ser vivo que haya en varios kilómetros a la redonda. Después me acerco a la Loba Alfa y hago uso de mis prerrogativas de vencedor en el Desafío.

Es una ocasión sagrada (después de todo, soy su dios), así que la tomo en el alto de la colina donde ha tenido lugar el combate, a la vista de toda la tribu.

El bosque, por un momento se calla. Los buhos dejan sus ululares, y los lobos sus aullidos. Los lobisomes dejan su cántico de victoria, sabiendo cada uno de ellos que lo que estan viendo es algo muy poco común: el nacimiento de un nuevo ser con sangre divina.

Por un momento, solo vuestros gritos recorren el bosque silencioso, innaturalmente parado...

... cerca de vosotros, uno de los puestos fronterizos de la Confederación Orca da la voz de alarma, y despierta a todos los soldados, en previsión de un ataque que nunca llega.

Solo la luz de la luna os baña, mientras una infima parte de tu divino poder te abandona, para echar fruto dentro de la Alfa...

Acabas.

Por la expresión de la Loba Alfa, esto no ha sido algo normal, sino algo que nadie de la tribu, asi que, con menos razón ella, podrá olvidar por muchos años que pasen.

Sabes que has dejado fruto. Y sabes que pronto, el nuevo lider de los lobisomes estará listo para llevar el mando de tu raza segun tus designios. Sabes que lo que has hecho, es un don que muchos dioses jamas han concedido a sus fieles.