Se lo voy a ocultar el mayor tiempo posible. No se lo cuento a nadie, salvo a Alina y cuando estemos en su casa y sin Tíodelturbanteblanco delante, y como confidencia. Lo cual me debería dar -te lo comento porque sospecho que tus conocimientos sobre preñez no están muy allá- cuatro o cinco meses de tiempo antes de que la gente se de cuenta de que eso no son michelines.
Acabada pues. Abre la escena tres.