Partida Rol por web

Kronk sigue fielmente a Frekthel

Subo las escaleras y voy a abrir la otra puerta.
Al menos revisaré que hay aquí detrás...antes de regresar a la ciudad sin pista alguna...

Kazamar se pierde por las escaleras...

Kazamar regresa por las escaleras...

Cita:

Lejos de aquí? Creia que venían de Coimyr. No los envía la regente a buscar la joya?

Mientras que el extraño y encapuchado joven sube por las escaleras, el clérigo y el semiogro saltan por el anillo y al igual que el felino desaparecen en el desmaterializandose y desapareciendo ante los incrédulos ojos de Kazamar, quien no puede creer que se hayan ido sin esperarle...

Investigo la otra puerta. Supongo que no esta cerrada la cerradura, asi que intento abrirla con mage hand...o con ganzuás a distancia.
De todos modos, aca no debe haber ningún peligro, dado que los amigos de Frekthel supuestamente han estado antes. pienso sin lograr justificar mi excesivo cuidado

La puerta se abrirá sin encontrarme yo al frente. Por el contrario estaré oculto en el umbral a la otra habitación, espiando únicamente.

La puerta cede sin mayor resistencia a los esfuerzos del joven por abrirla, oculto como se encuentra no logra divisar su interior, aun que al ver que nada parece haber sucedido el joven se acerca hasta la entrada desde donde aun oculto observa que la habitación no debe medir mas de 10*10 pies y en ella solo destaca un pequeño escritorio y algunos libros que parecen no haber sido movidos en años...

El joven aprendiz se acerco con cuidado al escritorio. A cada paso que daba, registraba el suelo a la espera de una de las supuestas trampas advertidas por el elfo solar.
Maldición, porque habré detectado trampas en esos tres locos impulsivos...no solo no tenían ninguna de estas extrañas joyas, sino que los volvió locos y saltaron por el portal! Jajaa...Locos. Ríe por dentro el joven, imaginando, a sabiendas de que es falso, que su simple cantrip los motivó a lanzarse por el anillo dorado.
En fin....acá no hay nada...susurra golpeando con la varilla que sirve como prolongación de sus ganzúas, el suelo delante de sus botas.
Entonces, acercándose al escritorio comienza también a registrarlo.

El joven revisa a conciencia cada uno de los rincones de la habitación pero no parece ser otra cosa que una vieja sala de estudio, la cual es evidente que lleva abandonada mucho tiempo, entre un par de cajones que posee el escritorio el joven solo encuentra polvo. Ademas de los libros en el escritorio, nada parece de mayor interés...

Sabiendo que hay trampas en el camino principal, regresaré a la ciudad....
Quizás haya algún sobreviviente de la cofradía de La Daga Sangrante...