La última noche en Buenos Aires había sido realmente difícil. La tensión se sentía en el interior de Dian Mai, todos estaban separados, cada uno por su lado. Elena había estado trabajando sin descanso en la máquina que les sacaría del radar de la Tecnocracia, Atropos mencionó un ritual que debía hacer antes de partir y se encerró en su habitación, aunque el instinto de Cheng le indicaba que no estaba allí, era preferible no averiguarlo. Rugido, tras regresar, mostró claras intenciones de buscar a Elena, sin embargo solo de acercarse a la puerta de su habitación recibió una alerta en su celular de que estaba ocupada y no podía ser interrumpida. Lo impersonal del mensaje dejaba en claro que era una alerta automática por proximidad.
Las únicas que permanecían juntas, tanto como les era posible, eran Yoona y Cheng. Habían pasado la mayor parte de la tarde entrenando, meditando, recorriendo el dojo, incluso se bañaron juntas. Habían pasado siglos separadas, recientemente reencontradas para volver a separarse de modo inevitable. Una vez que la máquina de Elena estuviera operativa, cada miembro de la Capilla sería teletransportado a un punto aleatorio del Planeta, sin ningún tipo de conexión o relación con el anterior, sin modos de comunicarse, ni de estar en contacto. La única forma de realmente desaparecer del radar de la Tecnocracia era desapareciendo y eso, inevitablemente, significaba que debían separarse por un tiempo definido.
Elena no abandonó su habitación ni para ir al baño, ni para alimentarse. Habiendo transcurrido mas de 14 horas encerrada trabajando, a cada miembro de la Capilla le llegó un aviso de que debían reunirse en su habitación lo antes posible. Tras entrar la vista era impactante, ya no quedaba nada de lo que alguna vez fue su habitación, sus computadoras, monitores, parlantes y todo cuanto le sirviera fue desmantelado y utilizado para crear una maquinaria sacada de las mas delirantes películas de ciencia ficción.
Elena, que normalmente mostraba un aspecto jovial y brillante se lucía agotada, con el cabello recogido y la ropa repleta de manchas de aceite. Tenía las yemas de los dedos ligeramente chamuscadas y la piel de las manos completamente dañada y cortada, tenía incluso algunos rastros de sangre seca.
Estamos listas, Jefe. dijo con una sonrisa que, a pesar de su cansancio, demostraba el regocijo del trabajo terminado. Una vez que crucemos este portal, la máquina va a destruirse causando una explosión lo suficientemente grande para tirar abajo la Capilla entera. Como medida de seguridad va a avisar a Briar Rose, Caronte y Ezequiel de lo sucedido. Nada tecnológico puede cruzar el portal, hay que deja celulares, chips, reproductores de música, todo.
Rugido parecía incómodo ante la enorme máquina que Elena había construido en su interior. Al ser alguien que había tenido cientos de problemas con la tecnocracia, las maquinarias de gran tamaño le hacían poner tenso.
Yo voy por mi cuenta. Cuando captó la atención de todas, continuó. Vine hasta acá solo porque Cheng me advirtió que si seguía en Buenos Aires iban a venir por mi con todas sus fuerzas, pero donde sea que esta cosa me lleve, voy a armar mi nueva vida. No se preocupen por buscarme.
Por algún motivo, Rodrigo no se animaba a mirar directamente a Elena y a ella parecían dolerle las palabras de su compañero como si de una cachetada se tratara.
Mantuvo el Silencio, como era común en ella, hasta que sintió que las miradas buscaban conocer sus intenciones.
Mi objetivo es claro, no me alejaré de él. Era bien sabido por todas que el Atropos no temía a la muerte, si es que alguna vez era capaz de alcanzarla, y daría hasta su último aliento por desmantelar a la Tecnocracia y quitarle el poder y el control del que alardeaba. Aún así, siempre había sido una mujer coherente y eficiente, sabía que sola no llegaría a dar ningún golpe de gracia y, aunque no se le daba especialmente bien el trabajo en equipo, prefería formar parte de uno. No podemos establecer ninguna locación, pero estoy segura que nos volveremos a cruzar. Miró con firmeza a Brisa Nocturna.
El camino de regreso a Dian Mai fue tenso e incomodo. El mutismo de Rodrigo me indicaba claramente lo muy profundo que era el daño que le había ocasionado. Había sido sincera con él y sin embargo, no lograba que me perdonara si es que eso algún día eso fuese a ocurrir. El resto del camino me concentré en la vía ya que Atropos no es muy conversadora y a menos que me entretuviera de alguna forma mis ansias crecerían.
Motivo: Proyección mental y modificación de emociones (-3 QE dif) + 1fv
Dificultad: 3
Tirada (9 dados): 9, 3, 1, 6, 8, 6, 10, 3, 3
Éxitos: 7
Las lágrimas brotaron de sus ojos casi de inmediato. Había pasado mucho tiempo junto a Cheng, Yoona, Rodrigo y Atropos, el suficiente para considerarlos su pequeña familia y cientos de recuerdos invadieron su mente. De situaciones graciosas, de peleas sin sentido, de las primeras veces que sentó a Cheng frente a un ordenador para explicarle lo que era Internet. Lloró durante toda la kata de su líder, dejando que las lágrimas se llevaran la angustia y trajeran a su mente momentos que jamás se repetirían. Una vez que abandonaran esa casa, la máquina explotaría llevandose todo.
Se levantó de la cama y con fuerza abrazó a Brisa Nocturna. No... vos me vas a buscar pero yo te voy a encontrar. Se separó y miró a los demás, no estaba preparada para una despedida, ella era del tipo de mujer que desaparecía a la mañana dejando una nota sobre la mesa de luz, no de las que se despedía al despertar. Tienen menos de un minuto. Se mordió el labio inferior haciendo fuerza y repitiendose a si misma que no seguiría llorando, al fin y al cabo, tal como le decía Ezequiel cada vez que podía, ella era apenas una borrega.
Caminó hacia el portal y cuando llegó al arco, se vio un destello de color celeste, como la superficie del agua cristalina y tras apenas unos instantes, Elena desaparecía de la vista de todos.
A pesar de su semblante serio e impertérrito, Cheng pudo comprobar una sonrisa melancólica en el rostro de Atropos. Probablemente era el primer gesto que veía sincero en su compañera y, a diferencia de Elena, ella no mencionó palabra alguna. Se paró delante de todos, frente al portal y mirándolos lentamente a cada uno, realizó un Mudra con sus manos en forma de saludo. Inclinó ligeramente la cabeza y se giró para atravesar el arco metálico. Al igual que Elena, desapareció en un instante.
Mantuvo la cabeza gacha la mayor parte de la kata de Cheng, como si no fuese capaz de mirarla mientras la realizaba. Cuando por fin se acercó para extenderle la mano él la tomó con fuerza y tiró de ella para abrazarla. La abrazó con fuerza y con cariño, como nunca antes la había abrazado. Sos una pésima líder, ¿Lo sabías? La peor de todas... La voz le salía entre risas y a pesar de que no soltaba el abrazo, Brisa Nocturna pudo percatarse de que él también estaba llorando. Pero así y todo te quiero... Se separó de ella limpiando la evidencia de su llanto. Cuando Elena se separó del grupo y antes de que cruzara el portal, parecía que Rugido quería decirle algo, pero no lo hizo, conteniendolo y apretando los puños en cuanto ella se dio vuelta para marchar.
Cruzó el portal casi inmediatamente después que Atropos, no sin antes decir por lo bajo Vamos a volver a vernos, todavía me debes una cerveza.
El Destino, al igual que el viento, es caprichoso e incierto, Cheng. No se puede predecir su curso, a cada instante esta cambiando. La tomó por ambas mejillas y besó suavemente la frente de su otra mitad. Se separó de ella y le sonrió con dulzura y ternura, tanto que a Cheng le pareció que Yoona era varios años mas joven que ella. Estoy segura de que volveremos a estar juntas, pase lo que pase. Caminó hacia el portal y antes de entrar miró a su contra parte. Tienes que ser fuerte... ¿Si? Le sonrió y lentamente ingresó al portal, dejando sola a Cheng en la Capilla.
Las lagrimas surcaban mi rostro, mi corazón cabalgaba con fuerza en mi pecho y lentamente cedía a su impulso. Me encontraba en la habitación de Elena mirando el portal por el que habrían pasado todos los miembros de mi cábala de mi capilla. Sin darme cuenta tenia a diestra y a siniestra en las manos.
Atravesó el portal sin mirar atrás. La primer sensación fue extraña, sentía estar entrando a una cámara llena de agua espesa, casi sólida, sintió sus movimientos pesados y un frío realmente fuerte que, sin embargo, no parecía afectarle de manera interna en el cuerpo, solo era una sensación. Todo a su alrededor se volvió de un celeste centelleante, fuerte, eléctrico y comenzó a sentir una fuerte opresión en todo su cuerpo, como si estuviera atravesando una fuerte membrana, resistente. Instintivamente su mente racionalizó que debía estar viajando a través de las distancias y de la Umbra, todo en apenas una fracción de segundo y la mezcla de todas esas sensaciones a la vez estarían provocando los cambios que bruscamente sentía.
Por el rabillo del ojo, a su margen izquierdo, le pareció distinguir a Elena vestida con delantal blanco dentro de un laboratorio informático trabajando con otros científicos mientras unos hombres vestidos de traje leían informes. En cuanto giró para verlo, la imagen desapareció, dejando un sabor metálico en sus labios.
Escuchó el chirrido de la piel abriéndose bajo el filo meticuloso de un arma y pensó ser capaz de ver a Atropos desnuda acostada en una camilla, sujeta por grilletes de acero, un grupo de doctores estaba cuidadosamente cortando su cuerpo para investigarla, parecía ser una biopsia, solo que Atropos estaba consciente y su orgullo le impedía expresar el dolor que sentía. Parecía que estaban investigando su capacidad de regeneración. La boca de Cheng se llenó de un líquido caliente y el sabor metálico se intensificaba.
Las plantas de sus pies reaccionaron ante una fuente de intenso calor, al bajar la mirada se encontró con el rostro sangriento de Rugido, con los ojos abiertos tanto como fuera posible, estaba de rodillas al piso, con su ropa chamuscada y una bala en cámara lenta atravesaba su cabeza de sien a sien. Sintió su estómago agolpándose contra su garganta, retorciéndose y el vómito no tardaría en llegar.
Una gota fría resbaló y cayó sobre su frente, al elevar el rostro notó que justo sobre ella y mirándola de manera directa se encontraba Yoona, el pelo sucio y desprolijo, el rostro quebrado por el llanto y sus manos estiradas hacia ella con aspecto desolador, intentando sujetarla con fuerza, intentando retenerla, salvarla.
Inevitablemente cayó sobre sus rodillas, sintió un fuerte dolor punzante y un calor que no sería capaz de soportar mucho tiempo, pero no pudo hacer nada al respecto. Sus rodillas se habían hundido en la arena, sus manos intentaban sostenerla mientras su cuerpo extraía de su interior todo lo que el estómago contenía. Vomitó hasta tres veces y cuando su cuerpo se calmó, pudo verificar que en cada devolución había un alto contenido de sangre. Le dolía el estomago, la garganta le quemaba, las rodillas se habían lastimado al soportar la fuerte caída de su cuerpo sobre arena caliente y las palmas de sus manos estaban igual de lastimadas.
Luego de unos instantes logró incorporarse y ver lo que había a su alrededor. Aún sentía el sabor a sangre en su boca y por mas que escupiera, la falta de agua le hacía imposible de quitarse ese mal sabor.
Un enorme desierto rodeaba todo lo que estaba al alcance de su vista, no había rastros de seres vivos: Animales, plantas u otras personas. No veía si quiera un oasis cerca, ni ningún tipo de construcción. No tenía ninguna referencia del lugar en el que se encontraba, ni indicación de a donde podía dirigirse. Lo único que veía era el Sol al horizonte y por el estado del cielo, parecía que pronto sería de noche y si no encontraba refugio pronto, el cambio de temperatura podía llegar a matarle.
Comenzó a caminar, guiada por el Sol que se ocultaba al Oeste, cada paso que daba era pesado, el cuerpo parecía estar cansado, aturdido por el viaje, adolorido y luego de un tiempo, sin ser capaz de contabilizarlo, algo extraño comenzó a ocurrir en el horizonte.
Al tiempo que el Sol se ocultaba, uno nuevo comenzaba a surgir desde el horizonte. Cheng se detuvo, sorprendida por lo que estaba presenciando. Un Sol se ocultaba y otro emergía desde detrás de las dunas, para comenzar un nuevo ciclo de luz. Instintivamente y paralizada por la idea que atravesaba su mente en ese momento, miró a su alrededor. No podía asegurar cuanto tiempo había estado caminando, probablemente tampoco era capaz de asegurar en que dirección lo había hecho, sin embargo estaba segura de que se había desplazado y, aún así, nada en su entorno había cambiado. El paisaje seguía siendo exactamente el mismo desde que había llegado allí, como si nunca se hubiera movido ni un solo centímetro. Observó el piso para encontrar que no había huellas detrás de ella y el charco de vómito ensangrentado seguía estando a sus tobillos. Intentó caminar mirando sus propios pies y, a pesar de que sentía que se desplazaba, sus pies pisaban siempre el mismo lugar.
La sensación de ingravidez era fuerte e impedía que pudiera moverme con normalidad. Los colores y las sensaciones eran extrañas y por un momento no podía dilucidar que era los que estaba pasando. Sin embargo, aclare mi mente tanto como pude y en ese momento entendí que no solo me desplazaba por el espacio sino que lo hacía por la umbra. La máquina de Elena de alguna manera vinculaba las esferas de correspondencia y espíritu. Es una maga formidable.
Un sabor metálico llegó a mis labios gracias a las muchas batallas peleadas a lo largo de mi vida reconocí el sabor al instante, pero no me preocupaba. No es la primera vez que sangro y definitivamente no será la última. Siempre he respetado lo que los sentidos pueden captar en especial la vista, y el rabillo del ojo me mostró a Elena trabajando como ella le gusta con los aparatos que le gustan y rodeada de gente que al parecer la respeta. Sostuve el sabor ferroso con gusto pues veía o presentía que mi hermanita estaba a salvo y aunque no la encuentre ella estará bien.
Justo en ese momento veo a Atropos sobre una mesa de cirugía siendo torturada y seccionada mientras esta encadenada y consiente. El sabor metálico se intensifico y un ataque de pánico sumado con cólera emergía de mis entrañas. Traté de alcanzarla pero seguí de largo, apretaba los puños con fuerza y entonces un calor fuerte me hace girar y veo con horror como muere Rugido frente a mis ojos. Grito con todas mis fuerzas pero de mi garganta no sale sonido alguno, la cólera el pánico y ahora la desesperación se juntaba en una amalgama que oprimía mi pecho. Entonces desvió mi mirada al cielo y veo a Yoona llorar y tratando de alcanzarme. Trato con todas mis fuerzas de alcanzarla pero caigo derrotada. A la amalgama se mescla la tristeza por perder a Yoona y entonces mis defensas ceden. Aterrizo sobre mis rodillas y comienzo a vomitar.
Cuando mi estómago me da tregua al fin, noto el calor en mis manos. Levanto la mirada y me percato que me encuentro sobre arena caliente. Con dificultad me pongo en pie y noto que estoy sobre un desierto. A simple vista no hay nada más que no sea arena reseca. A menos que me equivoque en el diagnostico no viviré más de unas horas antes de caer deshidratada.
Comencé a caminar siguiendo un camino al azar mientras más avance en algún momento debo poder estar en capacidad de reconocer un refugio o algo de agua. Camino con decisión pues sé que mi vida de ello depende pero mi mente se encuentra muy lejos. Las visiones de Atropos, Rugido e incluso de Yoona no me dejan de preocupar. Necesito sobrevivir a este terreno para poder ir en auxilio de los míos.
Limpio el sudor de mi frente y comienzo a realizar movimientos del DO para encender mi poder. Volando abarcare más terreno, no hay tiempo que perder mis hermanos me necesitan. Lentamente el poder de la vida se acumula a mí alrededor, puedo sentir como mi vista se amplifica lentamente pero justo en ese momento, el segundo antes de realizar mi hechizo puedo ver con horror como un segundo sol emerge en el horizonte.
Me detengo por completo estupefacta, ¿Dos soles? ¿Estoy en la umbra? Luego miro al suelo y noto que por más que trato de avanzar realmente no me muevo del lugar en el que estoy. Si me encuentro en la umbra estoy atascada, no tengo los conocimientos necesarios para atravesar la celosía… -¡Demonios!- Grito exasperada y pateo un montón de arena al hacerlo.
El vómito en el suelo me hace dudar un segundo… ¿Y si esto no es la umbra?… ¿y si esto es mi mente?
Me siento en la posición del loto tratando de serenar mi mente y mi espíritu. Cada respiración alejaba más y más el conjunto de emociones que alteraban mi espíritu. Recordaba los entrenamientos con Yoona. Necesitaba estar centrada para poder avanzar. Así que serenaba mi espíritu alejaba todo de mi mente y de esta manera mis sentidos se afilaban un poco, necesitaba entender, necesitaba comprender.
Motivo: Presepción + meditación (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (7 dados): 2, 6, 9, 8, 2, 4, 7
Éxitos: 4
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] Ya me dirás vos.
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] ¿que hace falta?
[Director] Ya solo falta el cierre.
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] ¿Osea las últimas palabras antes de entrar en la máquina de elena?
[Director] Aja
[Director] Y ya con eso estarías fuera de la historia
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] awww. Primera partida que termino sin terminar. xD
[Director] jajajajaja
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] Bueno ahora si me puedes contar
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] ¿Qué es lo que tanto molestó a rugido?
[Director] Para empezar, que lo hayas puesto a hablar a él con el Agente y le estuvieras exigiendo que esté calmado, que sea tu marioneta al decir lo que vos querías que dijera.
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] Pero que delicado joder
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] Tenemos alguna otra comunicación directa con otra capilla
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] ?
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] para dejarles el mensaje antes de escapar
[Director] No es que sea delicado, él tiene "Odio a la Tecnocracia", los quiere matar a toda costa y vos lo pusiste a hablar civilizadamente con uno
[Director] tuvo que tirar Fuerza de Voluntad dificultad 8 cada turno que pasó frente al Agente
[Director] y vos pidiendole que se calme y exigiendole autocontrol
[Director] te quería comer cruda
[Director] y si, podes llamar por teléfono a otras Capillas :P
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] Realmente solo dos. La del rozencras ese y la de dogface
[Director] Dogface no tiene celular
[Director] pero si podes llamar a Ian Nolan, que es de su Capilla
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] Director desconectado (timeout)
Avram Hershko (Shemhazai) se une a OffTopic
Director se une a OffTopic
Cheng Ziyi â Brisa Nocturna se une a OffTopic
Director se une a OffTopic
Cheng Ziyi â Brisa Nocturna se une a OffTopic
Cheng Ziyi â Brisa Nocturna se une a OffTopic
Cheng Ziyi â Brisa Nocturna se une a OffTopic
Director se une a OffTopic
Director se une a OffTopic
OffTopic
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] Director desconectado (timeout)
Canal privado (1)
[Cheng Ziyi â Brisa Nocturna] Director desconectado (timeout)
Avram Hershko (Shemhazai) se une a Principal
Director se une a Principal
Cheng Ziyi â Brisa Nocturna se une a Principal
Director se une a Principal
Cheng Ziyi â Brisa Nocturna se une a Principal
Cheng Ziyi â Brisa Nocturna se une a Principal
Cheng Ziyi â Brisa Nocturna se une a Principal
Director se une a Principal
Director se une a Principal
Principal
[Director] Director se une a Prueba
[Director] Director se ha desconectado
Prueba