Partida Rol por web

Sin decir nada, me subí con el capitán, para poder sentarme a su lado, sin perder en ningún momento de vista a nuestros "anfitriones", de quienes me fiaba tanto como de una enfermedad venérea.

Una vez en mi asiento, les pregunté a los lugareños:

- ¿Está muy lejos el lugar a donde vamos?.

No es que me fiase de su sinceridad, pero confiaba en que su respuesta fuera sincera en ese punto.

Me fijo de refilón en el tipo que camina por delante de la mujer, le doy un repaso con cierta curiosidad, mi instinto natural, o debería decir mi fiebre habitual, me empujan a ellos. Es como un rada, no suele fallar, dónde pongo el ojo tengo facilidad para engatusar, pero el tipo pierde mi interés rápidamente, es ella la que manda, además el chulazo interviene y para entonces a mí no me queda ni la menor duda de que antes de que lleguemos a mañana sta jodida perra cabrona tendrá el culo relamido y bueno, podremos seguir nuestro camino. Hay gente que prefiere las balas o los puños, y gente que prefiere las cacas. Sonrío ampliamente, ausente en mi mundo, por mi mente pasan imágenes desternillantes que me empujan a reír a carcajadas pero logro contenerme, la situación es tensa y yo debería finjir preocupación.

Aburrida espero mientras parlotean, no pienso dormir en ningún lugar que no sea mi puto camarote y no creo que me aleje mucho de la cabina, nadie me sacará de esta nave asi que el alojamiento me la suda bastante.

En fin, entre unas cosas y otras, al final el capitán se lleva a Beowulf, y a Jade, espero que sepan qué piezas nos faltan y tengan clara la situación de la nave para negociar esas reparaciones o hablar con el técnico del taller porque si no estaremos muy jodidos. Sea como fuere él manda, él sabrá, mi responsabilidad es pilotar la nave, y eso he intentado.

Observo a Ash cuando se cruza conmigo y desaparece por el pasillo. Frunzo el ceño levemente, pero no me pronuncio, aguardo en silencio, aburrida, tocando un mechón de mi pelo mientras mastico un chicle de fresa y mis ojos se centran en el tipo que acompaña a Keene, el que masca como un caballo. Antes de que se den la vuelta, le sonrío levemente a modo de saludo/despedida/loquesea, un tonto agradecido con expectativas siempre, siempre, siempre, es útil.

Cuando se largan yo hago lo mismo que Parisa, me doy la vuelta y desaparezco por el pasillo.

Cuando se largan yo hago lo mismo que Parisa, me doy la vuelta y desaparezco por el pasillo en busca de la osera en la que dormita Ash. No sé lo que me encontraré, pero voy igual, tocando mi pelo y mascando mi chicle, ahora sí puedo hacer pompitas.

La situacion se vuelve de lo mas aburrida, asi que tras la miradita cariñosa del capitan me piro a mi cuarto con el rifle aun en las manos. El arma apenas pesa, esta recien limpia asi que no tengo que hacerle ningun ajuste. No me detengo en ningun momento, yendo directo a mi objetivo, porque si lo hago lo mas seguro es que acabe pegandole un tiro a algo, o alguien, y ya que estamos en la nave y tengo reservas de alcohol para parar un camion pues alli es donde me dirijo. Solo espero que alguien medianamente inteligente cierre la nave cuando todo termine.

Mi cuarto es lo que es, un caos, el desorden forma parte de mi vida, al menos de la zona donde habito. Lo importante tiene sus itio, lo demas es prescindible. La mesa con todas las herramientas para las armas esta casi impoluta, asi como las mismas que cuelgan de diferentes ganchos de la pared, estan ordenadas y limpias. Probablemente la unica parte realmente limpia de mi cuarto... lo demas es mas similar a una medio leonera cruzada con la guardia de una manda de lobos... a excepcion dela pequeña nevera y el cajon del alcohol. Dejo el rifle en su sitio con sumo cuidado y no tardo ni un segundo en agacharme a abrir el cajon para sacar el alcohol.

Finalmente, parecía que la situación se destensa lo que anima a Mei, pero aun así sigue algo tensa escuchando lo que estaba sucediendo entre los allí presentes. Cuando el capitán dice que el grupo se separara y que ella se quedara en la nave asiente y se queda unos momentos mirando cómo se marchan, una vez se han marchado sale a mirar que era lo que aquel mecánico que casi pierde una mano gracias a Ash había estado mirando, no se terminaba de fiar de esos tipos y quería ver con sus propios ojos que era lo que había mirado y tocado, ya una vez había metido la pata con la nave, no lo volvería a hacer

Yendo por el pasillo me percato del sonido de las botas al sonar con el metal. El inconfundible sonido de mascar de chicle me indica que Mirage esta tras mi pasos. Aminoro el ritmo para que se ponga a mi altura para poder sincerarme un poco con ella.

-¿Qué?... ¿Te gusto el tipo ese? - digo intentando ocultar mi enfado por los celos, inmediatamente fijo la mirada en el suelo para que no se me note. - Bueno supongo que es normal, hace mucho que no tienes contacto y la adrenalina del aterrizaje habrá hecho que afloren tus instintos... después de Ash creo que ese tipo era el más masculino. - Me quedo pensativa durante un tiempo. - Aunque Sebastian también tiene algo, no lo voy a negar. - Quizá el cambio de tema haga que se le olvide el motivo del inicio de la conversación, siempre que me dejo llevar por los celos acabo alejando a la gente que realmente me importa, tengo que aprender a controlarme. - Pienso para mi.

Sonrío de medio lado masticando mi chicle, ensimismada en mis pensamientos no me he percatado de la doc. La miro de reojo, observando cómo mira al suelo. Y de hecho sin darme cuenta enarco una ceja. Está diciendo cosas raras. No enti…

- ¡Ah! Hablas del guiño… bueno, un imbécil con el gatillo ilusionado siempre es útil, y divertido – río sin poder evitarlo ¿Por qué cojones todo lo que digo suena lascivo? No lo sé, pero ha quedado en plan soy una tía cachonda que… ¿Qué… qué? En fin - ¿Hace mucho que no tengo contacto? – frunzo el ceño extrañada por esa afirmación, de todos modos no profundizo en el tema, me encojo de hombros – Sebastian es demasiado blando para mí, no es mi estilo, demasiado cobarde para mi gusto, no tiene… potencia – sonrío ante la palabra, potencia, no está mal – desde luego no llamaría mi atención, pero bueno, cada uno tiene sus gustos, si tú le ves algo… - sonrío de medio lado, animándola.

Miro a Mirage estupefacta hasta el último comentario. - ¡No!¡No! a ver, es mono, pero a mi los tíos no me van... - Me agarro el codo con el brazo contrario, mientras me paro ya que estamos llegando a la altura de la enfermería y hago una mueca de conformidad. - Bueno guapa, creo que yo me quedo aquí. - Digo mientras la observo, al mirarla la respiración se me acelera un poco y el corazón va a su par. Después de un segundo de un sentimiento embriagador que recorre todo mi cuerpo me percato que seguro que mis pupilas se están dilatando, y nerviosa continuo. - Lo dicho, aquí me quedo. Si quieres cualquier cosa sabes donde encontrarme. - Me acerco a ella dispuesta a darle un beso en la mejilla...