Partida Rol por web

Hay un puto revuelo del copon, toda la meirda saltando al mismo tiempo y este cabron sudado con olor a cerdo ahumado no deja de tirarme su aliento en la cara. Con su apestoso rostro encima del mio, le susurro entre dientes. - Puto cabron, buscate una furcia a la que sobar. - Entre forcejeos, consigo golpearle cada vez mas duro, hasta que una sombra se cruza en mi camino. Una bota que reconozco incluso en la penumbra se estampa contra la cabeza del gordo hijoputa pero el tio no me suelta ni con esas, asi que sig golpeando, csotados, riñones y en la mandibula en cuanto tenga ocasion. No soy tu polvo de esta noche jodida vaca sudorosa.

Por encima de todo ello se escucha la voz de Melina que por fin aparecer, junto con otro forcejeo al otro lado de la cocina. Mierda y mas mierda. Apartate malnacido que voy a empezar a reventar cabezas de una jodida vez.

 Mi patada no le hace nada al juguetito de Ash, y aunque estoy segura de que él puede solo con toda esa masa de grasa sin problemas, me da mucha rabia que me hayan jodido el trago de güisqui que tan ricamente me estaba tomando. Joder, no hay nada peor que interrumpir a una tía que quiere emborracharse. Así que le echo una mano a Asha, por pura diversión,

- Mei, Parisa, ¿podéis revisar si hay más retrasados en la nave? Seguro que este capullo no ha venido solo. ¡Sin separaros! – miro al capullo – ¿dónde están tus putos amiguitos? No me jodas, que estaba bebiendo tranquilamente ¡Hostia!

Ash, con un acopio de fuerza, consigue agarrar a su atacante y se lo quita de encima, rebotándole la cabeza en el suelo, donde yace inerte. Parisa, con una muesca de asco en el rostro se levanta e intenta (sin éxito)  limpiarse un poco. Tiene toda la bata llena de sangre, algo que normalmente no le incomodaría pero por alguna razón ahora no puede evitar sentirse sucia. Se la quita, la hace una bola y la tira por ahí.

Los gritos de Mirage resuenan por la nave, llegando hasta la cabina. Allí Mei y Melina intentan comunicarse con el capitán que todavía parece no haberse dado cuenta de la situación, porque se oye que contesta:

—Aquí el Capitán Ley en la 98.2 FM Estereo. Acompañando a todas esas preciosidades perdidas en el desierto. Dime muñeca, ¿quieres saludar a alguién y pedir una canción?—

Por fin consigo apartarlo, un leve movimiento de rodillas, un cabezazo directo en el tabique nasal y en cuanto consigo quitarmelo de encima, su cabeza golpea el suelo quedando inerte en el. Me levanto mientras miro a Mirage, le guiño un ojo lascivamente a modo de agradecimiento y recojo mi pistola, no sin antes pasar mi mano por su curva mas cercana. Desde luego habia que ser gilipollas para venir a fastidiarme una buena fiesta. En un lado de la cocina esta la doctora toda llena de sangre, la miro y le señalo que se cubra.

Cuatro cerditos entraron en casa, la fiesta al lobo jodieron y tres cerditos ya no se mueven... - Canturreo con un ritmo penoso y un tono aun peor. - Sal de tu escondrijo cerdito o a balazos voy a coserte. - A la mierda las rimas, parecia gracioso cuando lo habia pensado, pero se me dan fatal.

Mas cuando por fin termino de hablar, la voz del capitan resuena a traves del comunicador. En serio, a veces me daban ganas de darle una paliza... a veces, solo. Cuando termina de hablar miro en la cocina con Hades moviendose junto con mi mirada. Como crea que intenta algo lo dejo seco en el sitio.

- Vamos... Contesta, joder.

Era difícil ser paciente con los sonidos de pelea que resonaban desde la cocina. Le dedicó una mirada de pánico a Mei. ¿Y si le había pasado algo y por eso ya no contestaba? ¿Qué hacemos? Melina agarró su pistola, preparada para defenderse si quien fuera que había entrado a la nave llegaba hasta la cocina.

Tras lo que fueron eternos segundos, se escuchó la respuesta de Sebastian. Tranquila, fuera de lugar, en absoluto consciente de la situación de caos en la que se encontraban en la nave. Aquel contraste, y el saber que el capitán se encontraba bien y en su línea habitual de humor, le arrancaron una risa a Melina.

- Capitán - respondió, mucho más tranquila - No nos hace falta pedir canciones, aquí ya estamos en medio de una fiesta a todo volumen. Tenemos varios intrusos dando guerra en la cocina, se han metido en la nave por la fuerza. ¿Esta es la visita de la que nos querías hablar?

Tras escuchar la transmisión y los gritos Mei mira a su compañera Melina en la cabina y sosteniendo con fuerza su arma dice:

• Yo… voy a ayudarles, voy a mirar si hay alguien más en la nave…

Tras esto con su arma en la mano y con precaución se dirige al exterior caminando con cuidado, la nave era grande, pero ellos la conocían perfectamente, así que decide ir primero a la zona de la enfermería ya que era un sitio que podría ser atacado, después iría a la zona de los camarotes para terminar en la zona de máquinas, los lugares en los que podría haber más enemigos.

Mei desaparece por la puerta, Melina está hablando con el capitán por la radio mientras Mirage y Ash se encargan de la situación en la cocina, junto con Parisa, que parece un poco desorientada en esta situación. Salvo la radio, no se escucha nada en la nave, el leve goteo de una cañería mal sellada, el viento que golpea las paredes de la nave, pero nada más. La nave, no parece estar peor que antes, pero las luces parpadean de vez en cuando dando un toque siniestro a todo el asunto.

Mei caminaba con su arma bien agarrada en la mano por los pasillos de la nave, lo cierto es que se la conocía perfectamente y casi podría caminar por ella con los ojos cerrados, pero en aquella situación en la que las luces parpadeaban se puso mucho más nerviosa, además el sonido de una tubería que goteaba le hacía ponerse aún más nerviosa, sentía que estaba dentro de una película de terror mientras caminaba con precaución.

El corazón acelerado, la respiración intensa. - Hacia tiempo que no vivía un poco de acción y he de reconocer que aunque mis investigaciones me llaman más esto es necesario de vez en cuando... solo se me ocurre una cosa que sirva para soltar adrenalina mejor que esto. - echo un vistazo a Ash y a Mirage pillando justo el momento en el que Ash guiña un ojo y acaricia a Mirage... con la aceleración que llevo encima no puedo evitar morderme el labio al tener ciertos pensamientos.

El gesto de Ash me devuelve a la realidad, tenemos unos simpáticos invitados a bordo. Le hago caso poniéndome a cubierto ya que no tengo forma de combatir contra las armas a distancia. - De acuerdo Ash, ve tu delante yo cubriré la retaguardia. - Digo levantando el cuchillo e indicándole que puedo apañármelas.

Bajo del vehículo y me acerco a la nave. La compuerta de carga está cerrada, pero alguien ha tenido tiempo suficiente como para abrir un nuevo acceso al interior. Anticipando el enfado del capitán al ver los daños en el casco de la Libélula, me adelanto para explorar el lugar donde antes había un a puerta, con la pistola firmemente sujeta en la mano.

- Despejado - anuncio sabiendo que Beowulf y el capitán no tardarán en seguirme.

De un salto, entro en la nave esperando encontrar a nuestros compeñeros sanos y salvos. Si no es así, alguien va a pagarlo muy caro, pienso con una sombra oscureciendo mi visión durante un instante.

 Desenfundo dos de mis cuchillos y sigo a Jade, con sigilo, dispuesto a utilizar uno de ellos en cualquier enemigo que me encuentre de improviso. Han escogido la nave equivocada para robar y saquear, y pobre de ellos si han puesto un dedo encima a cualquiera de nuestros compañeros...

 Mientras avanzó, trato de percibir cualquier cosa, que me indique donde están nuestros enemigos, donde se encuentran y donde están nuestros compañeros, si se encuentran bien...