Partida Rol por web

|Establo|

Seguía sumida en mis pensamientos, hasta que llego aquel extraño hombre, del cual se rumoreaban cosas aun mas extrañas. Hablaba del accidente de mi hermana, y de que ella se quería fugar, la desesperación se poso sobre mi, y aun de manera peor cuando me ofreció ir con ellos, después de todo, aquí esta mi padre... mi madre... mi hogar... mis cosas, todo lo que conozco esta en este pequeño pueblo, todos mis recuerdos están aquí. Miro a cielo totalmente desolada.

-¿Dioses, porque me hacen esto? - Me pregunto a mi misma en mi mente- ¿Es por desear ser algo mas que una simple mujer? ¿Hermana, porque me haces esto, es que ya no me quieres?

Por unos instantes comienzo a dudar de Naida, llegando a pensar que es una total egoísta por ponerme en esta situación, pero luego doy un suspiro, la egoísta soy yo, al no querer dejar atrás mis comodidades, me muerdo el labio y doy un suspiro.

-Vamos - Digo con pesar en mis ojos - Confiare en usted señor Jack, pero tenemos que partir pronto, o algún espía de mi madre, o ella misma podría llegar... no puedo dejar a mi hermanita sola en estos momentos, tengo que estar allí para ella. 

|Establo-casa de Jack|

-Estoy seguro que Naida se pondra muy contenta. Vamos prepara algo de ropa para el camino y baja rapido.-

Mientras espera a Luna, Jack suspira aliviado. No tenia plena confianza en que fuese a acompañarles. Ni siquiera en que...de no hacerlo. Podria revelar sus intenciones. Sin embargo no habia sido asi y Naida iba a poder contar con una amiga para compartir el viaje.

Luna no tarda mucho y parten raudos a su casa, donde tras usar la contraseña convenida entran ambos. Jack se hace a un lado dejando a ambas unos momentos mientras revisa los preparativos y coge lo que crea puedan necesitar y falte y su equipo personal.

| JUGADA MASTER |

La situación parecía estar ya más controlada por el joyero Jack. Había organizado la salida de la ciudad de Plenisford junto a Naida y Luna, aunque a ésta última pareció costarle decidirse. En casa de su madre tenía todos los lujos que una familia de su clase podía permitirse, tenía una cama donde dormir y un plato sobre la mesa siempre que tenía hambre. Obviamente, si se marchaba desconocía si tendría todos esos lujos y si podría comer tantas veces al día. Iba a ser complicado. Sin embargo, le preocupaba más que su hermanastra pudiera marcharse sola y sufrir más de lo que ya había sufrido junto a su madre. Naida merecía ser feliz independientemente de la manera en que quisiera serlo y si para ello tenía que irse de Plenisford estaba en todo su derecho.
Jack y Luna llegaron a la casa del joyero donde Naida se encontraba recogiendo algunos alimentos para el viaje largo que les esperaba. Ya había terminado cuando entraron en la estancia. Seguramente era una sorpresa verla allí pero no podrían entretenerse mucho más. Cuanto más tiempo estuvieran en Plenisford más peligroso era para todos, y aún más para Naida. Jack tenía claro el camino que escogería para el viaje...

| CASA DE JACK |

Estaba recogiendo algunas cosas para introducirlas en la alforja que Jack me había prestado, cuando de repente entraron él y Luna. Por una parte estaba sorprendida pero por otra esperaba que quisiera acompañarme y no me abandonara a mi suerte. Sabía perfectamente el esfuerzo que estaba haciendo y por eso me lancé hacia ella para abrazarla fuertemente contra mi cuerpo.
- Nunca me he alegrado tanto de verte, hermana- le dije, con una sonrisa de oreja a oreja mientras las lágrimas recorrían mi rostro.

|Casa de Jack|

Doy un suspiro, a mí también me entraban las ganas de llorar, en parte por las palabras de Naida y en parte por todo lo que dejo atrás por ir con ella, pero más por lo primero que por lo segundo. Sin esperar más, la abrazo y una lagrima solitaria rueda por mi mejilla. 

-No te dejaría sola... no puedo soportar la idea de perderte hermanita - Digo finalmente, luego miro a Jack, ahora con abundantes lagrimas en mi rostro - ¡Debemos partir pronto! ¡Si mi madre nos descubre nos matara a los tres!

|Casa de Jack|

Esta bien. Partamos. Ya tenemos todo lo necesario.
Da un petate pequeño con algo de agua y comida a cada una por si acaso se viesen obligados a separarse, cosa que espera no ocurra.

El se lleva la mayor parte de las provisiones y todo lo necesario para el camino que tienen por delante.

Antes de abrir la puerta y comenzar la aventura, se gira a las dos muchachas y tras darles un abrazo a cada una, las dice.

Sois muy valientes.

| JUGADA MASTER |

Habían decidido por fin irse de Plenisford y no solo eso, sino que estaban a punto de hacerlo. Sin perder más tiempo salieron de la casa. Jack no sabía si volvería al que había sido su hogar durante tanto tiempo y lo mismo le pasaba a sus dos acompañantes. Sin embargo, ellas no creían que pudieran volver jamás. Naida dejaba atrás un pasado horrible y Luna dejaba atrás una familia que probablemente la desterraría para siempre y le prohibirían la entrada a su propia casa. Eso no parecía importarle a la niña pues estaba decidida a dejarlo todo y acompañar a la que verdaderamente le había dado momentos felices, su hermana.
No se encontraron con ningún obstáculo cuando quisieron salir. Aurora no había aparecido por allí para impedir a Naida que se marchara, ni tampoco a su hija. Era un poco extraño pero Jack decidió prevenir. Acudieron a por su caballo, atado a un poste en la parte trasera. Tenía también un carro que usaba para cargar mercancía, un carro que podía ser de gran utilidad para cruzar la ciudad sin ser vistos. Todos accedieron a utilizarlo de modo que Naida y Luna se introdujeron en él, ocultándose bajo unas mantas.
Ya estaba anocheciendo y no se habían dado cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo. No habían comido nada desde la hora del desayuno pero ya no podían detenerse, podrían hacerlo más adelante. Jack dirigió el carro hasta las afueras de la ciudad, cruzando las murallas después de que los soldados le despidieran con una mirada interrogativa. No sospecharon nada pues no era la primera vez que Jack viajaba con su carro a altas horas de la tarde.
En cuestión de minutos, se adentraron en el bosque.