Partida Rol por web

Miro alrededor y me pregunto a quién se referirán con rateros indisciplinados, cuando veo aparecer al gran sacerdote tampoco parece un ratero habrá que ver cuándo aparecerán los rateros.

Cuando veo cortar la rosa y robarla me da la impresión que ya sé quién es el ratero, pero no me encaja y no recuerdo ya quién ha dicho nada y me estoy poniendo nervioso. La mano de Adarne me tranquiliza y dejo de pensar en lo que pensara, que no recuerdo. Es una casa muy bonita. Tengo hambre. En voz baja pregunto a Adarne-¿Nos van a dar de comer algo?

- Yo reconozco un buen negocio cuando lo veo y este no me huele bien... - El rítmico golpeteo de mi bastón marca el avanzar del grupo mientras observo el rapto de la rosa - quizás debería hacerme yo con una de esas... - Vin... yo también habría cogido una para ti, pero estoy seguro que se habría derretido con tu mirada, además algo me dice que te gustan más los regalos brillantes. - Le susurro a mi pequeña escamoteadora.

Observo las salas que vamos pasando por si encontrara otras formas de entrar, u objetos de valor debidamente desatendidos.

Pongo los ojos en blanco al escuchar los piropos de Malakias. Este hombre es incansable.

- Si quisiera un caballo, mercader, montaría a ese tal Bahar -le replico en voz no demasiado baja- y si quisiera un hombre lo buscaría en otro sitio.

Empiezo a sospechar que lo que ha enfermado a la chica son los hombres de por aquí. Hago una mueca de fastidio mientras dejo mi vista vagabundear por las austeras estancias. Estos sacerdotes no tienen nada de provecho a la vista y desde luego nadie en su sano juicio intentaría asaltarles sin una preparación de meses. Le advierto a Malakias con la mirada cuando me parece escuchar un murmullo.

Todo en cuanto te fijas rezuma austeridad y sencillez. Candelabros de cobre en lugar de plata, mesas de madera de pino en lugar de roble, mobiliario escaso y funcional...
No hay duda de que los fieles de la ley predican con el ejemplo... al menos de puertas para fuera.

Todo en esa villa está en silencio, incluso vuestro guia y ello le da un aire lúgubre a vuestra visita. De no ser porque sois dos grupos bien pertrechados pensaríais que ese hombre os está conduciendo a alguna trampa.
Solo Vindala parece percibir un sonido en el piso superior, como de algo pesado arrastrandose, pero imposible de determinar.
Finalmente comenzáis a subir las escaleras para encontraros en los aposentos privados del sacerdote y su hija. Al contrario que en el piso inferior, aquí todo resplandece como en un palacio: El suelo de marmol pulido, candelabros de oro, ventanas de cristal, muebles grandes como las habitaciones y de las mejores maderas... Todo sugiere poder y riqueza. Cuando llegáis ante la puerta de Vesna, Kimroc se detiene y habla con un tono totalmente apesadumbrado.
-Una advertencia: aqui dentro está mi pobre hija Vesna, victima de una terrible aficción.
Pero ni eso os previene de la terrible visión que os espera dentro.

Sobre la cama yace una horrible criatura de aspecto vagamente humano. Es verde y escamosa, está llena d ebultos y mide aproximadamente un metro y medio. Sus ojos rojos son del tamaño de huevos. Torcidos colmillos salen de su boca abierta y e sposible ver su lengua de color rojo sangre. Sus manos son afiladas garras. La criatura respira de forma rasposa e irregular, lo que denota un sueño torturado. A veces, un tenue gemido sale de los labios deformados del ser, recordando una voz femenina. Lo único que queda de Vesna e ssu hermosa cabellera rubia que se extiende por la almohada. A su lado se sienta su doncella Anma, una mujer de mediana edad con los ojos enrojecidos por el llanto que arregla sus cabellos con un peine de plata.
Se hace el silencio, el cual es roto por un gruñido del capitán Bahar Sevik, quien estruja el capullo de rosa con tanta furia que acaba licuándolo en su mano. Un golpe sordo os hace mirar a vuestro lado. Vuestro Patrón Nadec se ha desmayado.

Kimroc espera a que Nadec vuelva en si, al cual ayudais dandole unas palmaditas en la cara y empieza a contar su relato.
-Ya veis mi pobre y querida hija ha sido convertida en una repulsiva serpiente con brazos, y es obra d eun monje traidor enloquecido por la lujuria. Yo confié en él y fui vilmente traicionado.
Se hacía llamar Avian el Puro y había sido mi huésped durante tres meses, momento en el cual le sorprendí en un enfermizo abrazo con mi bella hija. Le prohibí estar con ella y me respondió que si no era para él, nos ería para nadie.
Entonces sentí mis miembros paralizados por invisibles zarcillos de hierro y presencié impotente como marcaba el octógono del caos en el suelo y entonaba cantos impronunciables, entregando la belleza de Vesna a sus dioses oscuros. Ella chilló haciendo arder mi corazón y se transformó ante mis ojos en esta cosa que veis aqui. Entonces el profanador se rió en mi cara y desapareció envuelto en una nube sulfurosa.
Esto acurrió hace casi una semana. Abrumado por la vergüenza, despedí a todos mis criados excepto los estrictamente necesarios y desde entonces no he dormido buscando una solución al problema de Vesna. Y creo haber dado con ella, por eso requiero vuestra ayuda.
De acuerdo con mis investigaciones, es posible revertir una maldición contra la belleza si el mejor trovador del mundo conocido toca "El himno de los amantes" con un instrumento consagrado a la ley. Sé de un instrumento así: El Laúd de la Congoja y el Pesar, que está en poder de Idean, un vidente que vive e el Desierto de los Suspiros.
El resto es un misterio para mi. Sé que el himno lleva mucho tiempo olvidado y quien podría ser el mejor trovador del mundo... Quizás Ideam sepa algo al respecto. Si conseguís traer el instrumento, el himno y a ese trovador, podremos salvar a la pobre Vesna. La recompensa será para uno de vosotros, Nadec o Bahar, nad amas y nada menos que la mano de Vesna.
Apiadaos del dolor de un padre y el sufrimiento de su hija y ojalá alguno de vosotros tenga exito en la tarea.

El capitán se arrodilla ante Kimroc y besa su mano.
-Yo el Capitán bahar Sevik juro que dejaré mi vida si es preciso para devolver la belleza y la salud a su hija... ¡Y que después encontraré a ese Avian y le haré pagar por su crimen!
Sus músculos están tan tensos por la furia que teméis que en cualquier momento vaya a estallar su camisa.

Nadedc trata de imitar el juramento pero sigue mareado ys e limita a asentir. después, salís a la calle de nuevo.

Los hombres siempre haciendo juramentos absurdos y clamando venganza... murmuró poniendo los ojos en blanco. si estaban en un enfermizo abrazo según su padre igual la joven no quiere para nada a ninguno de estos dos...pienso negando con la cabeza. Tu quieres a tu hija, nosotros el trabajo y parece ser que tenemos muchas cosas que encontrar, cuanto antes salgamos antes volveremos.

"Valiente mierda ser mujer en este mundo asqueroso", pienso, mientras contemplo el triste espectáculo al que ha sido reducida la pobre chica. Oigo de fondo los bramidos de Bahar y el golpe sordo del petimetre al desmayarse. Y pensar que la mejor de sus opciones va a ser casarse con uno de esos dos...

Cierro los ojos y pienso en el dinero mientras asiento con la cabeza para mostrar mi disposición a empezar con esto lo antes posible.

Todo esto me confunde sobremanera
-¿Dónde estaba la bella Vesna?¿Tenemos que buscar un laud al Desierto de los Suspiros?
Sigo pensando aunque me suele dar dolor de cabeza ¿qué será un laud?¿Qué sería eso de la cama? En fin a ver si nos ponemos en marcha, para hacer algo y no tener que pensar más.
-¿Estàs mejor Nadec?

Salis de nuevo a la calle algo aturdidos por lo que habéis visto y oído. La maldición sobre la pobre chica, la misión prácticamente imposible, la idea de que con un patrón como Nadec quizás sea todavía más complicado...
Una vez en el patio Kimroc os desea suerte y entra de nuevo en la villa. Bahar y sus hombres suben a sus caballos dispuestos a salir a la carrera, pero antes éste dedica una última frase de despedida a su rival.
-Alégrate Nadec pues lograré hallar la cura para Vesna y para que veas que no hay acritud en mi, dejaré que cantes en nuestra boda.
Los jinetes estasllan en carcajadas y se marchan al galope, dejandoos tosiendo en medio de una nube de polvo.
A pesar de todo, Nadec no parece tener la moral mermada y muestra una enorme sonrisa al tiempo que se limpia el polvo de la cara con su pañuelo.

-Jujujuju... juju -rie pomposamente vuestro patrón-. ¿Habéis oido eso? Nuestro destino está en el desierto de los Suspiros, el cual se extiende desde el notrte de Ilmiora hasta el Este desconocido. ¿Comprendéis? Para llegar hasta su frontera hay que ir hasta Vador, la última población al norte. ¿Sabéis vosotros? Ese Bahar es un bruto, como habréis podido comprobar, pero tiene sus virtudes... en el mar. Mi familia controla las rutas comerciales mar adentro y estoy seguro que el camino a Vador es una de ellas. Solo tengo que ir a mi casa y... eso... buscar una caravana que vaya allí. Seguir una ruta comercial es la mejor forma de llegar d eun punto a otro de una pieza. Ir campo a través es... Peligroso. ¿Sabéis vosotros? No le deseo ningún mal a Bahar ni asus hombres, pero es posible que si se precipitan... Sea la última vez que los vemos.
Nadec trata de dar un toque siniestro a esa última frase pero suena mas como un lamento temeroso.
-¡Está decidido! Iré a investigar la mejor ruta comercial hasta Vador y cuándo salir. Mientras tanto tomad esto... -saca un documento de entre sus ropas-. -Es una autorización mercantil a nombre de los Ascand. Id con ella al mercado y comprado todo aquello que creáis que podremos necesitar... sin límites. me refiero a equipo de... esto... aventuras. ¿Entendéis? Cuando terminéis podéis alojaros en mi villa. Mis criados os atenderán como es debido. Nos vemos a la tarde.
Nadec se marcha corriendo de forma extraña, dando saltitos y vosotros quedáis encargados de las compras.

Le doy unas palmadas en el hombro a Cenabi Vamos amigo, hay que comprar cosillas sus robustos y fuertes brazos seguro que nos ayudan y si se nos pasa algo seguro que nos lo recuerda.
Lo primero que cojo son provisiones no perecederas, si el viaje es largo las necesitaremos. También cuerda ya sea para llegar a algún sitio o para atar a ese hombreton si volvemos a verlo, equipo de escalada, un cuchillo para desollar en caso de que cacemos sería útil también... ¿Información sobre las rutas? Algo me dice que si se puede comprar esa información sería de utilidad prefiero esperar poco de nuestro patrón ahora mismo... Miro a Cenabi, a Malakias y a Vindala ¿Qué más nos puede ser de utilidad?

-¿En el desierto hay agua?¿Cómo se lleva el agua en el desierto?¿hace calor allí o frió?¿Eso que usaba el capitán para guiarse en el mar vale para el desierto?¿venden mapas del desierto o serán de tierra?Un día vi un tipo del desierto con turbante, ¿eso servirá para algo?¿podría bañarse uno en el desierto?
Me pongo pronto colorado al ver que he vuelto a pensar en voz alta.
-Si creo que cuerdas están bien.

Soy una mujer más de mar que de desierto pero tengo entendido que por el día es mucho calor y por la noche mucho frio, sin términos medios... le sonrió a mi compañero

Mmmmm... tengo claro que necesito el mejor equipo de escalada y de cerrajería que pueda encontrar, y todo lo que haga falta para sobrevivir a las condiciones extremas de un desierto. Cantimploras, tal vez tiendas o telas ligeras que proporcionen sombra cuando acampemos...

Además del equipo basico, os hacéis con un pequeño mapa de la costa del Mar de Plata en la que aparece la ruta de Ilmar, donde ahora estais, hasta Vador, el último pueblo antes de cruzar la frontera al Desiertod e Los Suspiros.
Parece una ruta fácil ascendiendo el cauce del rio Ilmiora y luego el del rio vador. Sin duda deben existir rutas comerciales seguras tal y como os comentó vuestro patrón, por lo que no esperáis muchos peligros.
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Cuando termináis vuestras compras os dirigís hasta la casa de los Acand, una enorme mansión repleta de criados que a regañadientes os colman de servicios tal y como les ordenó su señor.
Aunque solos ea por una noche hacéis cosas que nunca antes habíais soñado, como baños de agua caliente con sales aromatizadas, una cena copiosa, una cama mullida y con sábanas limpias...
También descubrís que vuestro patrón no es capaz de hacer nada por si solo; sus criados le visten, le preparan la comida, le asean... No os extrañaría ver cómom le mastican la comida antes de metérsela en la boca pero afortunadamente tal escena no sucede.
A la mañna siguiente sale la caravana y os disponéis a partir. Vuestra breve aunque intensa vida noble ha terminado.