Partida Rol por web

Ghys reconoció a lo lejos la silueta de Kabzajhim, un lugar que conocía aunque frecuentaba menos que las tres ciudades. Vamos! ya falta poco para terminar el negocio, se dijo esperando que la jornada fuese mejor que los días anteriores. Había intentado revertir el agrio sabor de la muerte de tantos con un poco de baile y música, pero comprobó que pocos se dan el lujo de disfrutar de esos placeres, por el contrario se sumergieron en el dilema de seguir unas huellas o dejarlas, algo que no despertó ningún interés en él hasta que el anciano hizo un comentario. Que hay en el sudeste, viejo? se preguntó cuando el guía titubeó al mencionar esa dirección, pero tal vez debía preguntarse que no había, pues parecía ser la dirección mas segura, al menos para quien fuera que comandase a ese grupo. 

- Yo he estado mas de una vez - le contestó a la mujer que preguntó en voz alta sobre la ciudad. La mujer gozaba del beneficio de ser la mas atractiva de la caravana, tal vez potenciado por ser la única, pero no era precisamente la mas ingeniosa. Había apuntado a los filo-estivadores con su arco y luego quiso adentrarse en el desierto haciendo señales, un plan que caería con el primer viento que se levantase. Es lo que hay, se dijo, pero resistió la tentación de volver a coquetear con ella cuando recordó como se fue sin mas explicaciones detrás de Setzer. Ya bailaremos, pero será cuando no haya tanto ruido alrededor.

Omitió responder sobre lo que haría en la ciudad - Estaré unos días, luego viajaré a Azur - dijo, sin dar muchas explicaciones de lo que haría allí. Mencionar ese legendario lugar le hizo recordar de inmediato al Asitiv, así que caminó hacia donde él se encontraba. Nox y Nostrum estaban juntos, como una sombra el uno del otro, pero Ghys no quería que le diesen ningún detalle sobre las motivaciones de esa unión, la respetaba sin preguntar demasiado. - Unos días de descanso antes de partir para la ciudad azul, es una buena oportunidad para olvidar este viaje de pesadilla- les dijo tras saludarlos, para luego continuar en un tono mas bajo y sombrío - Tu que has nacido antes que estas montañas, sabes que es lo que hay en el sudeste que ha inquietado al guía? Lo que sea parece ser menos grave que lo que motivó a los Khemani a ir hacia allí - dijo a la gran criatura. 

Ah la ciudad,el fin de esta caravana esta cerca. Por fin nuestro destino esta a unos metros de ser alcanzado, no ha sido un viaje facil. Mucha gente se perdido en el olvido del desierto,pero todo no ha sido tan malo.Tengo un cuerno y memorias para almacenar en la bovega la cual es actualmente mi mente.

-Ir yo ciudad azul,olvidado saber,algo cercano........ recuerdo,¿casa? no....se quemo mucho tiempo.Solo saber ciudad-azul

Le comunico al guia de mis intenciones de.ir aquel lugar,aquella inmensa biblioteca peligrosa y misteriosa.Lo mas cercano que vere de mi universidad que hace tanto tiempo esta destruido,junto a sus atacantes malditos.

Saludo a GHYS a ver su llegada a su persona, el cual como yo y esa mujer,estamos intrigado por ese clan.

-guia no saber,pero ver oscuro,peligroso y mortal.Mover clan,no normal,no lo es.

-Nada en especial. Solo cúbreme el culo y yo cuidaré el tuyo. Un trato justo.-

-¿Alguna vez habéis estado en Kabzajhim antes?- (Ayleen)

No es que me interese demasiado pero creo que está bien no quedar como un lagarto sin rabo ante cebos y primos potenciales.

-Kabzajhim es mi segunda casa. Uno de los pocos sitios que alguien como yo puede llamar hogar.- hago una pequeña pausa antes de continuar con la voz teñida de nostalgia. -Ah, ya veréis... rugientes hogueras, rameras hermosas, bebidas y artículos traídos de todo el mundo, rica carne deshuesada y ensartada en espetos giratorios... mataría por tener aquí un buen Kabzab!-

-Buscas secretos en el Ázur? Cuidado, incluso para un ser de tu antigüedad puede ser una tarea enloquecedora.- contesto tras la sorpresa inicial del contacto. ¿Como lo llamaban aquellos Kadeem en Soteferram? Ah, si. Nmótica natural. Curioso nombre para designar un vínculo tan íntimo entre dos mentes...

Preocupacion siente el hacia mi busqueda y objetivos, son ciertamente peligrosos y locos.pero es eso o el vacio,donde reposan mis antepasados, esperandome para que me unan y junto caigamos al olvido. Por mi propio negacion a proseguir con nuestra progenie ¡¿porque para que yo queria hacer eso!? No queda nada bueno en este mundo, que meresca ser regalado a mi propia semilla.

-Es lo que queda, destino yo desear escapar. Quizas, solucion a mi destino en ciudad-azul,ser la muerte ilusion. El vacio es la verdadera muerte.

-¿Vacío? Mira a tu alrededor, buscador de conocimiento. Ves vacío en algún lugar? No, incluso en la casa de Levas donde moran las sombras dicen que existe una especie de viaje hacia otro lugar. En toda mi larga vida he visto y he aprendido que todo permanece en movimiento continuo, nada se detiene salvo para recobrar el aliento y seguir adelante.- me acomodo en la gruesa manta para defenderme del frío.- Te deseo suerte en tu búsqueda, venerable ser. Que los sabios te sonrían y asienten la paz en tu corazón.- me despido antes de cortar la conexión tal y como me enseñaron los Kadeem y cerrar los ojos antes de caer en un largo y reparador sueño.
 

Escuchó lo que comentaban el resto sobre la ciudad que les aguardaba. Mientrastanto Ayleen compartía su comida y bebida con Fly. 

No tenía muy claro querer quedarse en una ciudad, aunque según decían parecía un lugar magnífico. Seguramente no irían de rameras, a ella no le interesaba y dudaba que a Fly le atrajese todavía todo aquello, pero lo de comer un ¿cómo lo llamó? Kabzab, eso parecía una cosa que valía la pena. 

Y sin embargo algo debe haber no tan bueno, pues ninguno desea quedarse en ella.

Pensó recordando las palabras de Setzer

 - No, y tampoco estaré mas de dos semanas, cuando uno se queda mucho tiempo en un sitio le resulta muy difícil marcharse luego. E incluso comienza a plantearse buscar un hogar donde vivir.

 El bailarín tampoco se pensaba quedar, aunque según decía debía ser de los que mejor conocían Kabzajhim de todos los allí presentes. Observó las llamas preguntándose cuántos de los que no habían sobrevivido al viaje deseaban llegar a la ciudad para instalarse en ella. Ya no importaba, ella tampoco tenía pensado quedarse, aunque sí podría estar bien conocerla un poco. 

Efectivamente, estaba mal. Fallas la tirada, no conoces gran cosa de Kabzajhim. Aunque tienes actualidad +2... por tanto puedes tirar un dado más.

Ghys estaba al lado de Nostrum cuando el guía comenzó a dirigirse a él. Imposible conocer lo que el Asitiv le decía, pero las palabras del anciano daban una idea de que se trataba. Azur, secretos, vacío, movimiento. Palabras que significaban mucho en sí mismas pero que no terminaba de comprender lo que implicaba el combinarlas. El guía se disponía a descansar pero Ghys se acercó para interrumpirlo antes que cerrase sus ojos, puede que ya no tuviesen oportunidad de volver a conversar una vez que llegaran a la ciudad.

- Sabio Kemanhi, quiero preguntarle algo - dijo mientras se agachaba a su lado y luego murmuró - La tribu que cruzamos huía de algo, pero se dirigió hacia la nada en medio del desierto. Eso... no tiene sentido, ambos somos Kemanh Frilyr, sabemos lo importante de aventurarnos a nuevas zonas para sobrevivir pero no pondríamos en riesgo a toda nuestra tribu de ese modo llevándola a una muerte segura. Que es lo que había en el Sudeste? Que es lo que casi nos dices y luego callaste? Me temo que ese líder pensaba que aquello que temes aún existe... y si es así, tu conocimiento podría ayudarnos a todos - le preguntó con inquietud.

Mientras esperaba la respuesta no pudo evitar mirar a Nostrum  Ellos están detrás de todo, dando vuelta lo que existe patas para arriba... como es que has sobrevivido tantos siglos sin enloquecer?

A pesar de mi somnolencia, medito con cuidado las siguientes palabras. Al fin y al cabo no es la primera vez que veo como los jóvenes desperdician su vida en busca de sueños y polvo. -Ruinas, joven, ruinas. Enterradas tiempo atrás por el desierto y sospecho que quizás reveladas de nuevo por los caprichosos espíritus de las arenas... si, ahora ya es seguro hablar de ellos.- observo la sorpresa de su rostro.-Si, fueron ellos los que casi nos matan a todos la noche anterior y sospecho que fueron ellos quienes se cobraron la vida del Druida.- cierro los ojos antes de girarme hacia un lado, dando la espalda deliberadamente al joven. -Ahora, me gustaría dormir, el viaje ha sido largo y me duelen mis viejos huesos.-

Ghys agradeció al guía por sus palabras y lo dejó descansar. Luego se acercó hacia Nostrum y Nox nuevamente - Puede que hagamos otra estación antes de ir a Azur -. Sonrió. Ese lugar ofrecía conocimiento, riquezas y espíritus por igual, y los tres no podían permanecer indiferentes ante semejante oportunidad. - Nox, parece que ese amigo luminoso que saludaste tiene compañeros aguardándonos - recordaba aún lo que sucedió en la caravana con aquella entidad enloquecida que acabó con el Druida.

Recorrió con la mirada al resto del grupo. Asav vendrá, tenemos mucho que desenterrar allí. La chica del arco estará encantada en que por primera vez hagamos lo que ella propuso. El enmascarado apenas respira pero sin duda la seguirá. También el intrometido que propuso acompañarla, dijo que le gustan los rumores y la historia, y ese lugar es una leyenda viva. El pequeño que no se despega de ella también vendrá, tendrá que seguir amamantándose. Artifo es renegado, pero puedo convencerlo. Ideruv... ese bastardo no dejará de comerciar, a menos que le comparta a buen precio lo que allí encuentre. El viejo guía no vendrá, le tiene pánico, necesitaremos uno. Su mirada recorrió al resto de los que estaban en la caravana, a muchos no los conocía, tal vez alguno más pudiese sumarse. - Tensir, dónde mierda te has metido - susurró, sin aceptar todavía la muerte de su compañero.

La caravana hacía tiempo que se habia detenido cuando el chico todavía seguía reparando los mecanismos del catalejo. Había estado tan concentrado en sus pensamientos que no se había percatado de que ya no se movían.

¡Estupendo!, esto parece que ya esta arreglado -Pensó el chico maravillado sosteniendo en alto el objeto en señal de triunfo. Tras eso empezo a dar pequeños saltos de un lado a otro de la barcaza, como si de un pequeño pajarillo se tratase. Creo que es el momento de probarte amigo... - Pensaba el muchacho una vez se hubo calmado un poco.- Como funciona esto...,creo que mirando por la parte estrecha..., a ver, a ver....

Entonces acercó el objeto a su ojo derecho y miró a traves de el...

Primero dirigió su mirada hacia el montón de luces de el horizonte y quedó maravillado ante la visión de las antorchas iluminando el cielo nocurno del  desierto. Cuantas cosas "utiles" habra en aquel lugar..., Fly esta impaciente por llegar allí y perderse en el mercado en busca de piezas y engranajes para su colección.. En ese momento sonreía y la vision del muchacho encaramado a lo mas alto de la barcaza le hacia parecer un pequeño pirata de las arenas oteando el horizonte en busca de caravanas a las que asaltar.

Después fue dirigiendo el objeto de uno a otro de los integrantes de la caravana empezando por la gran torre que asemejaba el Atisiv. Cuando detuvo la mirada en el Khemani que hablaba con el druida se quedó observandolos durante unos segundos y  poco le faltó para caer de la barcaza cuando el Khemani mas joven y de cabello blanco posó su fría mirada sobre el. El catalejo resbaló de sus manos y a punto estuvo de hacerse añicos contra el fondo de la misma de no ser por que el chico se lanzó a por el quedando con la mayor parte de su cuerpo fuera de la barca.

Esa persona khemani chico a visto como Fly lo observaba..., espero que eso no le cause problemas a Fly... -Pensó el pequeño Sote mientras bajaba de un salto a las frías arenas del desierto nocturno. Quizas sería prudente acercarme y pedir disculpas..., Fly no quiere problemas...., y siempre es mejor intentar llevarse bien con las personas..., aunque estas sean taaan compilcaaadas...

Había permanecido flanqueando al guia durante todo el rato. Saludé con la cabeza a Ghys cuando lleguó. 

Estaba pensando en las palabras de Nostrum, por lo que no le presté mucha atención. Llevabamos mucho tiempo juntos, y en todo ese tiempo, conocía o intuia de forma vaga lo que lo motivaba. Pero escencialmente era lo que nos motivaba a ambos, la busqueda de conocimiento, yo sabía para que la quería, pero ¿el para qué la quería? Escapar de los lazos del destino es tan fútil... 

Escuché a Ghys hablando con el guía. Era muy astuto para ser tan joven. Esos suelen morir primero. ¿De que huía o buscaba todo un clan completo en medio de la nada? La respuesta, seguro era intrigante. Y el guía no tardó en confirmarlo.

Unas ruinas podrían ser el mejor lugar para buscar conocimiento perdido. O incluso, desafiar al destino. Cuando iba a proponer ir Ghys se adelantó. Casi me hizo sonreir su impetu.

-Ya había pensado en eso- ¿amigo luminoso?- Más que amigos aguardando, serán enemigos por conocer. -dije con mi habitual desapasionamiento. Sin duda podríamos encontrarnos a la muerte. Ella siempre está esperando. 

Los recoldos de la hoguera se elevaron por los aires, arrastrados por el viento que barría la planicie. En el cielo, las estrellas brillaban con fuerza, cubiertas por la gruesa capa de ceniza que ocultaba el espectáculo a los ojos de aquellos que carecían de alas lo suficientemente potentes como para elevarse remontando las nubes más bajas. Aquellos pocos seres afortunados contemplaron como el firmamento parecía desdibujarse bajo la intensa lluvia de estrellas fugaces que iluminaba la noche.

Sin embargo, bajo la ceniza, los supervivientes de la caravana solo podían tratar de conciliar el sueño observando el lejano resplandor anaranjado. En aquel fulgor, en Kabzajhim, residía la primera parada donde reponer fuerzas y aprovisionarse en su siguiente paso hacia el incierto destino que les aguardaba más allá. En sus sueños, loables o viles, los supervivientes hallaron reposo a sus tribulaciones, a salvo de la influencia de espíritus intrigantes e incluso del propio sino.

A la mañana siguiente, la caravana recogió el improvisado campamento y partió en silencio. A medida que avanzaban por las tierras baldías, el eco del viento llevaba hasta ellos los sonidos de la cercana urbe y toda una gama de olores que inundaron de nostalgia sus mentes. El ambiente recordaba a tiempos mejores, a noches de festejo con grandes banquetes y danzas al pie de rugientes hoguera. Los gritos distorsionados hacían pensar en un gigantesco mercado invisible donde los espíritus de tiempos pretéritos evocaban las vidas que habían dejado atrás.

Sin embargo, como les explicó el guía, Kabzajhim no era visible debido a que la ciudad entera estaba protegida de los elementos por un angosto valle anterior al comienzo de las tierras áltas que ascendían hasta el gran bosque de Danokon Kodam. -No preocuparos, amigos. A media tarde ya podréis ver la ciudad en todo su esplendor.- informó con voz calmada.

Y así resultó. Tras una breve pausa para descansar los doloridos pies, la yerma superficie desaparecía abruptamente en un risco para precipitarse más de medio centenar de metros hasta las afiladas rocas manchadas de óxido que aguardaban en el fondo. El valle, que más bien parecía el cañón de un gran río mucho tiempo atrás extinto, se extendía serpenteante hacia el oeste y casi toda su superficie estaba ocupada por carretas, estibadores y caravanas que inundaban el aire con una avalancha de gritos ensordecedora. -La Gran Calzada!- exclamó el guía para imponerse al caos imperante en el valle. -Evitada, tal y como os prometí. Ahora bien, retiraos del borde si no queréis ser confundidos y por ello tratados como bandidos!-

Tras establecer una distancia prudencial con el risco, avanzaron durante un par de horas siguiendo el serpenteante discurrir del valle hasta que el guía se detuvo, señalando hacia delante y revelando la superficie de un valle cubierto en su totalidad de un mar de tiendas y carpas que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. -Creo que podemos arriesgarnos... - murmuró el anciano avanzando hasta una cornisa rocosa separándose de la caravana.-Mis honorables clientes, sed bienvenidos a nuestro destino! Sed bienvenido a Kabzajhim!

FIN DEL PRÓLOGO.

La charla se fue silenciando y poco a poco los que quedaban de aquella caravana iban acomodándose para conciliar el sueño. 

Ayleen observaba con una mezcla de ilusión y desconfianza hacia aquella ciudad, ¿realmente podía ser tan bueno? Se dejó caer de espaldas en la arena, tumbada boca arriba observando la negrura del cielo. Por primera vez en bastantes días podía permitirse no pensar, dejar la mente en blanco. Sabía que aquella sensación de seguridad era un engaño, todavía no habían alcanzado Kabzajhim y aun podían surgir problemas antes de poder cruzar sus murallas.  ¿Qué ocurriría una vez alcanzasen su destino? ¿Volvería a ver aquellos que habían sido sus compañeros de viaje? Esperaba que al menos alguno se quedase a su lado un tiempo más. Suspiró. 

Sin mediar palabra se puso en pie, se sacudió la arena que había quedado pegada a sus ropas y se dirigió a la barcaza. Gustosa aceptaba la invitación de Isderuv, y aunque no podía confiar en que el hombre no tuviese un corazón oscuro agradecía el cobijo del frío y el viento. Trataría de que Fly aceptase dormir muy cerca de ella, prefería que pudiesen cuidarse las espaldas el uno al otro si fuese necesario.

Aquella noche fue especialmente confortable y reparadora. Llevaban días durmiendo al raso sobre la dura arena, y aunque no era exigente en estas cuestiones lo cierto era que la comodidad y el dormir bajo techo habían hecho que se le pegasen las mantas. Cuando salió a cubierta la caravana ya se había puesto en marcha y sintió un poco de vergüenza por aquello, como si fuese una falta de respeto por su parte o si hubiese faltado a sus obligaciones. 

-Buenos días- saludó a quien estuviese allí arriba tratando de disimular el sueño en su rostro.

Todavía les faltaba una jornada para llegar a la ciudad en si, o eso le pareció entender del guía. Un cosquilleo nervioso se había formado en su estómago y a cada momento observaba por si podía vislumbrarla, sin embargo no fue hasta entrada la tarde que pudieron descubrir Kabzajhim. Era mucho más grande de lo que había imaginado, sus ojos se abrieron de par en par y no pudo evitar entreabrir la boca a causa de la sorpresa. Le maravillaba e imponía  a la vez.

Se volvió hacia Fly para decirle con una sonrisa:

-Nos comeremos un buen Kabzab-

El chico se agitaba en sueños pues tenía otra de esas horribles pesadillas. En ella se encontraba junto a sus amigos de Huan jugando a lo que parecía una especie de escondite/pilla pilla. El chico había elegido como refugio una de las pequeñas aberturas de la pierna derecha del Mecano-Gigas pues tras pasar tantos años rondando por aquella zona conocí a un par de buenos escondites. Tras pasar lo que pareció una eternidad allí escondido decidió salir a mirar pues creía que sus amigos no le encontrarían. Al salir y mirar en derredor vió que se encontraba solo. Donde antes había bullicio ahora solo quedaban las calles desiertas,parecía como si todo el mundo se hubiera esfumado en un instante. 

De repente el suelo comenzó a temblar y Fly perdió el equilibrio cayendo de bruces y despellejandose las rodillas. El cielo estalló en llamas mientras observaba con horror cuál era el motivo de aquel temblor. Parecía que el gigante durante tanto tiempo dormido había despertado, pues comenzaba a levantarse y a desprenderse de todas las construcciones que en el se habían adherido al cabo de los años. Los escombros caían por doquier junto a él sin rozarle y el chico se quedó paralizado mientras veía cómo las dos enormes esferas anaranjadas que tenía por ojos se iluminaban y se posaban en el.

Entonces una voz compuesta de chirriar de engranajes y el roce de placas metálicas atronó en su cabeza. El gigante comenzó a hablarle.... 

El chico despertó sobresaltado y un sudor frío recorrió su espalda. Miró a su izquierda y supo que todavía era de noche pues la mujer todavía se encontraba dormida, entonces respiró aliviado y se arrebujó contra el cuerpo de ella buscando calor. Finalmente se volvió a quedar dormido.

Ummm Kabzab... No sé lo que es pero suena deliciooosoAl oír la palabra comer un enorme retortijon le sacudió el estómago. Entre ellos se hizo un silencio incómodo y tras unos segundos la mujer soltó una enorme carcajada. El chico con las mejillas rosadas por el rubor se apretó el estómago y comenzó a soltar una especie de soniditos siseantes al comenzar a reír mientras con las manos se tapaba la boca.

Era reconfortante escuchar la risa de otra persona después de lo que habían pasado.