Cuando a eso de las 16:00, David, Nigel y Lew aparecen por el despacho del primero, ya les están esperando Roy y Herbert, con pinta de estar bastante aburridos.
Ambos muestran caras somnolientas y los ojos rojos, Roy de hecho, no deja de frotarse los ojos, es como si ambos los hubieran forzado más de lo acostumbrado para ratas de biblioteca como ellos.
El caso es que ambos grupos esperan que al grupo contrario le haya ido mejor, pues no es que en opinión de todos, no ha sido un día especialmente fructífero que digamos.
Cuando ambos grupos se reunen David pide a su secretaria que no les moleste nadie y los cinco se encierran en el despacho propiamente dicho de David.
...tienes razón Lew-continuó diciendo David- es solo que... si vienen a por nosotros no se que podemos hacer si no es huir. Y ¿sabes? no quiero huir. Esta es mi casa, esa gente debería estar en la cárcel por esos asesinatos aunque nadie quiera darse cuenta de ello. No se de que hablan todos esos dioses o marcianos pero esto es serio. No podemos dejar que lo sigan haciendo-dijo convencido pero sus palabras denotaban una pizca de temor.
Perdonad por mi ausencia, es que estoy bajo minimos.
Hola ¿como os fue?preguntó el profesor con la mirada cansada y ligeramente preocuoada, pues había oído las palabras dioses extraterrestres
Por Dios...Otra vez no...
- Hemos estado leyendo los informes de esa gente que murió en el hospital - comencé a contarle a Roy nuestra historia.- Después de hemorragias, dolores de cabeza y diversas dolencias todos acabaron muriendo de una enfermedad desconocida para los médicos... está claro que lo que les causó la muerte tiene que ver con los seminarios esos a los que asistió David... ¿Qué habéis descubierto vosotros?
Nada de demasiada utilidad Lew. Por desgracia el contacto del periódico no sabía nada y en los registros solo udimos hallar un par de nombres-Roy parecía decepcionado con el curso que llevaba la investigación -Al parecer, la sede de la organización Mirando Hacia el Futuro es propiedad de un tal Simon Burrows y la residencia de Lotus pertenece a un tal Gabriel Swansea. ¿Le suenan estos nombres David?
David trató de hacer memoria pero tenía en la cabeza muchas cosas con los últimos acontecimientos.
-Si les digo la verdad ahora no caigo, no me suenan esos nombres pero estoy tratando de hacer memoria por si los escuche alguna vez en alguna reunión... pero me temo que no. Nunca solían hablar demasiado de la organización...-dijo algo desanimado, tratando de forzar su cerebro a recordar aquellos nombres.
- A mi tampoco me suenan de nada esos tipos - dije pensativo.- Bueno pues yo creo que ahora mismo sólo tenemos una opción, y es ir a casa de ese tal Lostalus Black, o como diantres se llame... Está claro que esconde algo allí dentro, o si no no tendría guardias en la puerta, y para mi está claro que ese cabrón es el culpable de todas esas muertes... bueno, y Carl Stanford seguro que está con él para que engañarnos, le debo una bala a ese cabronazo.
Me imaginé como sería aplastarle el cráneo a ese imbécil mientras le recordaba las muchas putadas que nos había hecho... aunque eso sería demasiado fácil, mejor ir cortándole dedos uno a uno hasta que se muriera desangrado como un cerdo...
- Errr... mmm... pues eso, falta demasiado para la siguiente reunión, para entonces podríamos estar muertos, debemos actuar, hoy mismo - dije con decisión, olvidando or un momento mis macabros pensamientos.- Lo mejor será montar guardia delante de la casa de ese tío, para ver quién entra y quién sale... esos tios de la puerta tendrán que comer o dormir en algún momento, y cuando lo hagan ¡zas! entramos en la casa y matam... errr... y a ver que encontramos.
Herbert intuía que Lew querría actuar rápido, el día de busqueda de pesquisas había sido practicamente un desastre y parecía que eso incrementaría el ritmo de los siguientes acontecimientos.
Lew en parte tiene razón, pero no quiero que nos vuelvan a coger desprevenidos como ya nos ocurrió la última vez, espero poder convencerle de poder gastar otro día investigando y luego actuar.
Lew estoy contigo en las ganas de atrapar a Stanford y acabar con esta otra asociación, pero debemos pensar y me refiero a todos nosotros en lo que paso la última vez. Mirando a David. Esto te puede resultar extraño pero te juro y creo que el resto también lo hara que ocurrió así.
Recordar como murió Charlie, todos sabeís que no fue por una herida de bala, fué por ese extraño rayo que surgió de la mano de Stanford, además nos sorprendieron y salimos de alli por los pelos. Ahora no quiero que nos pase lo mismo, debemos ser más precavidos, ellos también lo estaran y recordar que solo somos cinco y además tendremos la ley en nuestra contra.
Toma aire, espera unos segundos mientras da un trago al vaso que tiene la mano y se enciendo un cigarro mientras deja al resto de sus compañeros pensando. Mi sugerencia es que mañana pasemos el día investigando algo más sobre la asociación, los nombres que hemos descubierto, incluso acercandonos a ellos de la manera que sea y que tengamos a alguno de nosotros vigilando la casa y anotando las entradas salidas y cuando la casa sea más vulnerable. Tras esto reunirnos y actuar rápido y duro, como sugiere Lew.
- Espera un momento - dije interrumpiendo a Herb.- Burrows...Burrows... ¡La leche! Ahora caigo, el tal Simon Burrows es uno de los fiambres... y el otro que dice Roy también... Maldita sea, se han cargado a los propietarios de los locales y la casa - me llevé las manos a la cabeza.- ¡Joder! No hay tiempo que perder, tenemos que entrar ya.
Roy ahogó un grito de terror que se transformó en un exabrupto. Algo impropio en un hombre de su carrera y profesión:
-¡Seran hijos de puta! Hay que acabar con esto antes de que dañen a más gente inocente.
Nigel de pronto dió un respingo ante el descubrimiento de su compañero. La cara se le iluminó y levantó la voz por encima de todos...
- Eso es... ¡Burrows! Edgar... Rice... Burroughs... ese es el que... er... escritor... de... ¿Tarzán? Oh... Santo Cielo... no me digáis que no os parecen adorables las historias de Tarzán de los Monos. Las aventuras en la selva y... bueno, son emocionantes.
De repente se frotó los ojos como si acabase de despertarse.
- ¿De qué hablábamos...? Ah si... hay que matar a Stanford de una maldita vez pero... er... sinceramente creoq ue sería más provechoso tratar de descubrir sus intenciones ya que es probable que el modus operandi que está llevando a cabo trate de repetirlo en sucesivas sedes. Primero Boston... luego Nueva York... Escocia... y, ¿quién sabe dónde más?
David lee se sintió como un estúpido. Estaba tan nervioso en tratar de recordar los nombres de las personas que había conocido en la asociación que no se dio cuenta que hablaban de los nombres de aquellas fichas en el hospital. Desde luego se le quedaba mas una cara que un nombre.
-Pero... ¿Por que matar a un propietario? Tienen mucho dinero, es una secta al fin y al cabo y bien podrían integrar a esa gente en lugar de matarlos... se nos está escapando algo...-dijo sin convicción, desmoralizado por aquel despiste.
Estoy tonto XD
Herbert agachó la cabeza con gesto de desesperación ante la frase de Lew, lo poco que habían conseguido de información tanto Roy como él, no había servido de nada, los hombres a los que se enfrentaban eran muy rápidos, siempre un paso por delante.
Dando una larga calada a su cigarro y mostrando su resignación asintió con la cabeza.
Lew, tienes razón, debemos actuar Ya, siempre nos llevan varios pasos por delante y es hora de acortarlos aunque sea de manera radical. He de decir que no soy partidario de actuar impulsivamente, pero las circunstancias nos llevan a ello. Solo espero que no comentamos los mismos errores que ya cometimos anteriormente. Ahora bien si todos pensais que debemos adentrarnos en el local de la asociación yo doy el visto bueno.
Roy miró a David intensamente. La locura y la ira brillaban en los ojos del profesor mientras hablaba.
Tenemos armas de sobra, sabemos donde está la sede. ¿A que esperamos?Vayamos ya
- Tienes toda la razón, Roy - el plan ya estaba listo.- Veamos... Roy, tú te vienes conmigo, iremos en mi coche... Herb, David y Nigel ireis juntos en otro coche... Mientras vosotros vigilais la entrada principal de la casa, nosotros daremos una vuelta a la manzana y reconoceremos el terreno, buscaremos puertas, ventanas... cualquier cosa que nos permita entrar en la casa sin ser vistos... Al rato volveremos y cambiaremos el turno, los que no estén vigilando se darán una vuelta con el coche para no levantar sospechas. Nuestro objetivo de vigilancia son los guardias de la entrada y todo aquel que entre o salga de la casa... Cuando caiga la noche atacaremos, sea como sea... no podemos dejar pasar más tiempo ¿de acuerdo? - esperé unos instantes hasta estar seguro de que todos estaban de acuerdo.- Pues vámonos... no os olvidéis las armas, las vamos a necesitar.
- Ay, señor... ahí vamos otra vez. - Susurró Nigel en un respiro de desesperación.
La idea de acabar con toda aquella maldad era altamente grata. Era como si no pudiera vivir con algo así pululando por el mundo pero le aterraba la idea de volver a encontrarse con Stanford cara a cara.
- Pero prometedme que no cometeréis ninguna imprudencia vosotros solos, ¿de acuerdo?
El doctor británico abrió con mimo su pequeño maletín y revisó que estuviese todo. Todo...
Nuestros héroes forzosos tomaron sus hierros y munición en cantidades industriales en previsión de lo que podía avecinarse y se dividieron en dos grupos tomando sendos coches para vigilar la sede de la logia y la casita donde vivía el tal Lotus.
Escena cerrada.