A vuestro servicio, Mirumoto-sama. Cuando digáis emprenderemos la marcha a donde consideréis oportuno, dice el joven.
Lo mejor será partir de inmediato. Muestrame el camino. dice Kido al Heimín.
MIentras antes parta antes podré terminar mi misión. Le demostrare a Kanako-Sama de lo que soy capaz. se dice a si mismo mientras se acomoda el obi y el daisho y comienza a camniar para salir del cuartel.
Por aquí, señor, indica tu guia. Salís del complejo y empezáis el viaje.
Tras unas pocas horas de viaje, y cuando Dama Sol aún está alta en el cielo, alcanzáis vuestro destino. Te encuentras en la linde de un bosque que, a lo lejos, te dió la impresión de ser gigantesco. No está en silencio, pues los pequeños sonidos de los animales que habitan en él son audibles desde tu posición.
Todo parece en calma.
A lo lejos, puedes ver una pequeña aldea, a menos de una hora de viaje.
Ya casi estamos, señor, dice tu guia. Podemos ir a la aldea donde viven los testigos o adentrarnos en el bosque.
Iremos a la aldea, las ordenes de Kanako-Sama fueron muy claras. le digo a medida que nos acercamos al poblado. Mientras avanzamos no pierdo la oportunidad de observar bien el lugar, en busca de cualquier cosa fuera de lo ordinario.
Todo está demasiado tranquilo para un lugar atormentado por espíritus malignos...
Tras un rato de agradable trotar en vuestros ponys, al fin alcanzáis vuestro destino. La aldea presenta un aspecto desierto, como es normal durante el día, pues todos los aldeanos están trabajando el campo, quedando en la aldea los artesanos y ociosos, que son pocos. En el centro de la aldea una casa destaca sobre el resto, con su construcción mucho más sólida que la de las casas de los lugareños.
De quien es esa casa? Del jefe del pueblo? le pregunto al Heimin mientras señalo la casa ubicada en el centro de la aldea y espoleo al pony para que apure un poco la marcha en esa dirección.
No, señor, es la casa de los bushi de la aldea, dice tu guia. ¿Anuncio de vuestra llegada, señor?
Si, será lo más apropiado. le digo a mi guía a medida que nos vamos acercando a la casa.
Kanako-Sama no mencionó la presencia de bushis... aunque no se porque me sorprendo.
Tensui se adelanta, llama con voz cortés a la casa, y la puerta de papel se abre. Dos bushi con el mon del León miran con el ceño fruncido a tu guia, y después desvían tu vista a ti. Se acercan, hacen una reverencia formal y el mayor de ellos proclama: Saludos, Mirumoto-san, Bushi del Emperador. Bienvenido a nuestras tierras. ¿Podemos preguntar el motivo de tu venida?
Saludos honorables hermanos león. He sido enviado aquí por Kanako-Sama debido a unos eventos que han tenido lugar en las lindes del bosque. digo tras realizar una formal reverencia a los samurai que salen a mi encuentro.
El mayor de ellos es quien habla: Esperábamos vuestra llegada, Mirumoto-san. Por favor, permítenos invitarte a nuestra morada dónde podremos hablar cómodamente, dice mientras con un gesto de sus brazos te invita a entrar en la casa.
Domo arigato digo con una suave reverencia a medida que avanzo hacia el interior de la casa. a propósito hermanos, aun no me habeis dicho en casa de quien tengo el honor de ingresar.
Yo soy Akodo Keto y mi compañero es Akodo Kawashi, dos bushis del León, Mirumoto-san, dice mientras entráis en la casa. Dos mujeres heimin aguardan en el interior con la cabeza gacha, esperando órdenes, pues parecen ser las sirvientas. Keto te invita a sentarte en una de las esteras junto a la mesa y te dice: Antes de hablar de los asuntos que te han traído aquí, permítenos ofrecerte un poco de sake y arroz para que recuperes tus fuerzas.
Domo Arigato Akodo-San -dice Kido con una reverencia antes de quitar su katana del obi. Luego se sienta donde se le ha indicado y coloca la katana a su derecha, con la empuñadura hacia su anfitrión mientras espera la llegada del arroz y del sake.