Partida Rol por web

-¿Sabes que te digo?, que te follen, paso de huir, si me tengo que enfrentar que sea como un verdadero hombre, puta loca...- tras decir eso, Hiroshi apretó el gatillo

Por alguna razón que Aratani no supo entender, su oponente pareció dudar un momento, mientras, Aratani clavó con fuerza el palo.

Nº 1- Hiroshi Shimada gira sobre si mismo al momento justo que Nº 18- Aratani Asa lanza una buena estocada, el palo ligeramente con punta penetra justo por la carotida, esta empieza a salir sangre tiñiendo las ropas y el mismo palo, la tension hace que se dispare el arma perdiendose la bala por el bosque...pocos segundos mas tarde Nº 1- Hiroshi Shimada cae muerto en el suelo.

Aratani sintió como su palo se clavaba en el cuello de Shimada, y se quedó quieta cual estatua, contemplando como un hilo de sangre comenzaba a manar por la herida mientras los ojos de él se abrían como platos. Su brazo sufrió un espasmo y la pistola que portaba disparó, perdiéndose la bala en la espesura del bosque.

Con el corazón latiéndole a mil, tiró del palo y un surtidor de sangre salpicó el brazo de Aratani, su palo y las ropas del muchacho, que cayó al suelo cual fardo temblando espasmodicamente antes de quedarse quieto para siempre. Ella dejó que la sangre cayera por su brazo, tocó la sangre con su mano, caliente aún, y dejó que una sensación de euforia la llenara.

- ¡He...he.... sobrevivido! - pensó, casi sorprendida.

Una vez pasada la rabia que había nublado su buen juicio, se sorprendió de estar viva. Si alguien le hubiera contado que alguien iba a atacar a otra persona armada con unas pistola con apenas un palo afilado, se hubiera reído a carcajadas del pobre imbécil iluso. Pero ahí estaba ella. Contra todo pronóstico, había aprovechado la sorpresa y todas sus clases de artes marciales para mantenerse en movimiento y no darle ni una oportunidad a aquel maldito pervertido. Si hubiera sido una persona normal antes de entrar en BR, ahora estaría histérica, o muy asustada, con mil sensaciones de culpabilidad recorriéndola, pero Aratani no era normal, no lo había sido nunca. Asimilando a una velocidad sorprendente lo que había pasado, se quedó de pie, mirando a su antiguo compañero, diciéndole en voz baja - Te lo dije, Shimada. He librado al mundo de una escoria purulenta como tú, pajeador con muertas. - y echando ligeramente la cabeza hacia atrás para coger impulso, escupió en el cadáver.

Se sintió liberada. Por fín había podido dejar ir su verdadero yo interior al máximo, aquel yo cruel y sádico que disfrutaba haciendo sufrir a los demás, que lucía su intelecto superior, su buen estado de forma, sobre los demás.

- ¡Yo soy Aratani Asa, y pienso salir de aquí para liderar mi propio grupo empresarial, no me detendré ante nada ni nadie!¡Y menos con la pandilla de ineptos y estúpidos ninis que hay aquí!  - gritó al aire, sabedora que de algún modo, aunque ella no pudiera verlas, allí habrían cámaras que transmitían todos y cada uno de sus movimientos al mundo.

Se agachó y cogió todo lo que llevaba su contrincante, mochila, agua, comida, arma, todo. Incluso le quitó la ropa, cinturón y botas, excepto la ropa interior. *

Miró alrededor y notó que el tiempo había pasado más rápido de lo que ella había creído, amanecía un nuevo día. Con el bajón de adrenalina, ahora se encontraba echa polvo y necesitaba descansar, dormir. Buscaría un sitio y trataría de conciliar el sueño.