Me quede parada mirando la escena, no tuve que intervenir, cuando vi a Ratko atacando a la mujer que iba a luchar y morir, pues deducí el caso estaba perdido, ella no habia querido ceder, aunque pense que era lo justo, por otro lado, me asaltaron las dudas, - y ahora... vayamos a darle lo que queria a nuestro cliente y ya esta...
El cadáver de la mujer yacía inerte junto a ustedes. Estaba claro que no podíais arriesgaros a dejarla con vida siendo el objetivo principal de vuestra misión ¿pero por qué se presentó ante ustedes así? ¿Era realmente culpable? Solo el tiempo lo decidiría.
Decidisteis registrarla a ella, y encontrasteis dos cosas: lo primero fue un dibujo, un elaborado dibujo que os dio un escalofrío puesto que las personas que estaban representadas las conocíais perfectamente: había tres personas: una pareja sosteniendo a un bebé. Ella era la mujer que acababa de morir, él era el señor Roger... ¿significaba que aquel niño de la ilustración era su hijo? ¿Acababais de matar a su mujer? ¿Por qué luchar era la mejor opción?
Igual iba siendo hora de informar sobre el resultado del trabajo...
Eärendil os ha enseñado las escrituras, justo lo que se necesitaba para completar la misión.
Narrad vuestras impresiones.
Les miro y miro el dibujo - Os lo dije! No tenias que haberla matado! - me ire sigilosamente en cuanto se duerman, no me gusta trabajar con un asesino... - pienso para mi mientras extrañamente fria les observo - me ire con los nómadas...tengo que buscar a Eglamor!! el nómada Abdul dijo que él tenia información valiosa para averiguar la verdad...
Pero eso ya lo sabian... lo dije mi pj lo dijo, que era la madre de un bebe que murio y esposa de Roger !!!
No me sorprendía que su historia fuera real y, a decir verdad, tampoco me importaba. Lo único que me hizo frenar mis pasos de la salida fue la exagerada reacción de Kislaya, colocándome frente a ella con una mirada dura, actuando por primera vez como una líder.
- Déjeme darle un consejo para su futuro reinado, princesa. Habrá historias que te conmuevan, que te harán dudar, pero los gobiernos de aquellos con corazón débil son los que se derrumban.- Cogí el dibujo y se lo tendí a la muchacha.- Teníamos una misión, “encontrar las escrituras y entregarlas”. Ninguno quería luchar, pero sabíamos que ella formaba parte del misterio y nuestro objetivo era resolverlo. Nosotros no la amenazamos, no empezamos el ataque, ni siquiera vimos necesario luchar.- Miré a Ratko, quien me había seguido en la decisión y, recordando lo que había visto en la habitación minutos antes, era quién más afectado debía de estar.- No la matamos, decidió suicidarse. Que este hecho no te afecte, princesa.- Me giré para darle la espalda.
Prosigamos, tenemos un largo recorrido todavía.
Ratko parecía haber vuelto a ser él sin embargo era muy difícil saber que era lo que pensaba, fiel a sí mismo el demonio no se permitía reflejar sus emociones.
- Perfecto, podemos volver- le respondió a Earendil cuando le entregó las escrituras, aprovechando para echarle un vistazo y guardarlas.
Entonces Kislaya se encaró a ambos, Ratko enarcó una ceja para después observar como Earendil la reprendía. El demonio ladeó la cabeza con suma calma como si estudiase decir algo o permanecer callado para terminar por volver a enderezarla y abrir la boca para hablar.
- No le gusta que se le llame princesa- le dijo a la azul para después mirar a Kislaya y encogerse de hombros- Nuestra misión consiste en entregarle las escrituras a Sir Roger que es quien nos paga... ¿Qué más da que tuviera ella razón? además... fue ella quien atacó, podía haber echo las cosas de otra manera- finalmente pasó al lado de Kislaya hasta casi rozarse con ella, susurrándole algo al oído para después reunirse con Earendil.
- Los Olvidados siempre han sido mercenarios, hicimos esto por dinero... no lo olvides, además soy un demonio ¿qué esperabas?
Finalmente abandonasteis Villa Risueña con la idea de encontraros con el Sr. Roger.
Él os comentó que estaría en la ciudad de Ardan, de no ser porque facilitó indicaciones exactas el viaje hubiese sido más complicado de lo necesario.
En las afueras se encontraba su majestuosa mansión, sin vigilancia eso sí. Una vez en la puerta simplemente tuvisteis que golpearla con delicadeza para que uno de sus asistentes os abriera.
El criado os analizó con la mirada y tras un breve gemido os dio paso, indicándoos donde se encontraría el Sr. Roger.
Tras subir unas escaleras adornadas con oro y suaves telas llegasteis a una pequeña habitación donde vuestro mecenas os esperaba sentado en un cómodo sillón digno casi de reyes.
- ¿Y bien? Habéis tardado con lo cual doy por hecho que algo habéis conseguido – tras decir aquellas palabras el hombre dejó a un lado un saco con monedas. Parecía que la recompensa estaba ahí, a vuestro alcance.
Entregarle las Escrituras
Tras el aviso de Ratko no volví a llamar a Kislaya como “princesa” al desconocer su disconformidad, aunque el silencio era palpable en todo el trayecto de vuelta, algo que tampoco me molestaba en demasía.
Al llegar saludé al criado con una simple inclinación de cabeza, esperando que nos reconocieran para no tener que dar demasiadas explicaciones. Por suerte pareció ser suficiente, entrando la primera en la fila hasta Sr. Roger, quien nos estaba esperando.
- Siempre cumplimos.- Saqué de la bolsa de viaje el pergamino, dejándolo a un lado para coger, de paso, la bolsa con monedas y tendérsela a Ratko.- ¿Puedes comprobar que esté todo?
Ratko recogió la bolsa en silencio y tras abrirla repasó detenidamente la bolsa.
- Está todo correcto- asintió mirando a sus compañeras, primero a Earendil y después a Kislaya a quien dedicó unos segundos más para después proceder a guardarse el dinero y mirar con calma a Sir Roger.
El Sr. Roger sonrió a la vez que juntaba sus manos en pose de victoria.
- Alabados seáis muchachos... habéis tenido éxito allá donde otros han fracasado... ¡me parece encomiable! – dicho aquello se acercó a ustedes y os felicitó uno a uno.
- Que sepáis que esto no pasará inadvertido... todos mis contactos sabrán quienes son “Los Nunca Olvidados”, oh claro que sí – sin lugar a dudas el noble estaba muy satisfecho con vuestra actuación.
- Bueno, por desgracia ya nuestra relación laboral ha finalizado con lo cual, os deseo la mejor de las suertes – dicho aquello besó las escrituras y se las guardó en su ropa.
Aquí debéis narrar vuestras impresiones ante la misión y como regresáis a la sede a descansar. ¡Misión exitosa!
Habéis obtenido:
Habíamos cumplido la misión y el pago estaba correcto, asintiendo a Ratko cuando me confirmó sobre la cantidad. Aunque me mantuve seria, saber que volvíamos a la acción después de tanto tiempo en la sombra, renaciendo de las cenizas cuando prácticamente todos se habían marchado, me llenó de un orgullo que no supe expresar.
Respiré hondo mientras dibujaba una débil sonrisa en los labios, girándome para hablar con mis compañeros.
Volvamos.- Quería felicitarlos por el buen trabajo, pero sabía que Kislaya estaría algo resentida por lo sucedido, lo notaba al comprobar que no habló en todo el proceso, prefiriendo esperar hasta que las aguas se calmaran.
Si nadie se oponía, báculo en mano caminé en dirección al gremio, adelantándome al resto.
- Princesa me gusta, no me importa, me acostumbre chica azul. Escuche el susurro de Ratko el demonio. Todo el rato estuve callada y pensativa, y era como una sombra de lo que fui, segui a ambos, dandome la vuelta y en todo el camino de vuelta a la casa del gremio desde donde nos vimos con Sir Roger, cuando llego se metio en su camita y se acurruco en silencio, era como un bulto en el rincon privado donde dormia.
Dado que sus compañeras no estaban con humor de hablar... el demonio menos, así que con un encogimiento de hombros y su habitual gesto de paso de todo el mundo mientras coma y duerma caliente, siguió a las mujeres hasta llegar al gremio y una vez allí, evitó acercarse a Kislaya a sabiendas de que estaría enfadada con ambos, así pues decidió dedicar su tiempo a descansar y comer, gracias al dinero que habían ganado los víveres del gremio estaban mejorando y aumentando... había que brindar por eso.