El espada juramentada dudó de las intenciones del caballero errante. Pensó que era mejor permanecer hasta el final. Pero sólo lo pensó.
Que los Siete os protejan.
Dio la vuelta a su montura y se alejó del grupo por el camino que habían venido. Extraño. No llegaría muy lejos antes de caer la noche.
Armen: ¿Tienes 1D en Engañar? jaja
¿No debería ir ella? -preguntó refiriéndose a la septa Gala- Está bien. Dadme las riendas -dijo a Alice, él llevaría el caballo con el difunto- ¿Nos reuniremos en el septo?
Es mi hogar, pero aunque soy una Grafton éste no es mi hijo. Este bebé es mi sobrino y, sí, es el heredero de Puerto Gaviota. Los Tollet aliados con los Royce o sólo los Siete saben quién, quieren arrebatar el título y las tierras a mi Casa. No lo consentiré.
Así que era hermana de Lord Grafton. ¿Eso significaba que realmente era una septa?
Habéis demostrado ser leal, hosco, pero leal. Ayudadme a solicitar una audiencia con el goberandor del Valle y os recompensaré.
Ser Armen había fallado, pero por poco. En realidad no se trataba de Lady Grafton como había pensado él en un principio, pero si que era la hermana de Lord Grafton. Ser Armen lo meditó un segundo. Dudaba de que las intenciones de aquella mujer fueran a ser más nobles de lo que ella misma había demostrado en más de una ocasión sugiriendo venganza. No quería verse de nuevo en una situación que implicara matar inocentes, y por la experiencia que tenía los señores de los grandes reinos tenían la mano ligera a la hora de ordenar batallas y saqueos. Pero por otra parte aquel era el hijo de Lord Grafton, era el legitimo heredero de su casa. Las reclamas de la septa, si es que realmente era una septa, estaban más que fundadas.
-Está bien. Os ayudaré a presentar al niño como auténtico y legitimo heredero de vuestra casa. Pues así le corresponde por ley. Siempre y cuando se use la cabeza en la mediación de este conflicto, al menos por vuestra parte. Pero primero vayamos a dar sepultura al viejo Ser Addam. Por cierto, ¿sois de verdad septa?. -Preguntó más por curiosidad que por otra cosa.
No me habléis a mí de usar la cabeza, no soy yo quien se la embota con vino y no cumple con su deber.
Aquel asunto de la juerga con Ser Adam, la última juerga de Ser Adam.
Una vez este niño sea el señor de Puerto Gaviota yo seré su tutora y cada año, en su día del nombre, honraremos al valiente caballero que murió defendiéndole. Vayamos al septo, démosle sepultura y pensemos qué hacer a continuación.
De Ser Armen, ni pío.
Estaba en una orden religiosa, pero no soy septa. Estoy con ellas hasta encontrar marido, en mi actual posición no me costará mucho concertar un buen matrimonio.
Armen: Esperaba que esta fuera la última escena pero añadiré una más para el final.
Armen: Cierro esta escena.
Armen: Pronto decidiré cuántos PE dar.
Las puyas de la septa no le agradaron en modo alguno y estuvo tentado de desenvainar la espada y hacerle un favor al mundo. Mas se mordió el labio y nada dijo. Solo una mueca de desagrado por sus comentarios.
Con el ceño fruncido y sin mencionar palabra alguna el caballero procedió a seguir a la septa rumbo hacía el septo.
Armen: Finalmente concedo 15 PE. Gástalo.
Armen: Ahora sí que cierro la escena.