Partida Rol por web

Silencio. Frío, que entra por las ventanas rotas. Oscuridad, tan sólo rota por la escasa luz que entra por las ventanas.

Una alfombra de plumas y pájaros muertos, de los que sólo quedan huesos. Un hedor insoportable.

No funciona nada, ni la calefacción, ni el faro...

Estáis envueltos en mantas, casi congelados, vivos de milagro. Sucios y desaliñados.

¿Cuánto tiempo ha pasado?

Lo ultimo que recordaba era intentar ayudar a Eric con el ataque de esos pajaros. Me desperte temablando por el frio. 

No sabia cuando tiempo habia pasado pero tuve que reprimir una arcada cuando el hedor de pajaros muertos me llego a las fosas nasales.

¿Que coño? acerte a decir habia pajaros que llevaban mucho tiempo muertos. Me levante despacio sin entender nada. ¿Cuanto tiempo habia pasado? Lo ultimo que recordaba era cuando entraron, pero parecia estar todo estropeado y como si hubiera pasado mucho mas tiempo.

Tapada con la manta me puse a deambular en parte para alejarme del hedor y en parte para ver si encontraba algo. Tendria que hacer un fuego o algo para calentarme y sacar esos cadaveres...

Sabes que estás al borde de la muerte.

No hay duda. Nada está saliendo bien.

Alguien golpea la puerta principal.

Toc, Toc, Toc, tres golpes pausados pero fuertes.

Pocas veces había tenido una sensación tan clara...lo malo es que era la sensación de estaba apunto de morir. Extrañamente eso no era lo que mas miedo me daba... de normal siempre había pensado que si morias...morias no habia nada mas...pero ahora mismo tenia una extraña desazón sobre que cuando muriera aquí no seria el final...si no el principio de algo horrible...

Estaba muerta de miedo y cuando se escucharon esos tres golpes en la puerta me acerque a ella llorando.

¿Si? Pregunte mientras miraba para ver quien era... tenia la extraña sensación de que fuera lo que fuera lo que estuviera fuera entraría igualmente.

Estaba agotada y muerta de frio...

- Abre, tengo algo importante que decirte - la voz tiene un cariz sobrenatural - no me hagas entrar a la fuerza.

Temblorosa aterrada y llorando comence a abrir la puerta. Algo me decia que era mejor hacerle caso...aunque estuviera muerta de miedo...

Por lo que lentamente comence a abrir la puerta...

El ser que se encuentra ante ti es delgado y alto. Viste un traje viejo aunque en buen estado. Sus rasgos son inquietantes. Carece de cualquier rastro de belleza o de carisma. Su piel pálida envuelve una sonrisa cruel y una mirada carente de humanidad.

- Kate...

Si..... Susurre cuando me llamo por mi nombre...no tenia ni idea de que era esa cosa...al menos llevaba traje y no era una especie de demonio con tridente. Qui..quie...¿Quieres? ¿Que quieres?  acerte a preguntar mientras daba unos pasos hacia atras para alejarme de el.

- ¿Sabes que día es hoy?

Te empuja y retrocedes aún más rápido. Él ser entra y cierra la puerta.

- Hoy se cumple el plazo, ya llevas un año aquí. ¿Te gustaría volver a casa?

Negué con la cabeza muerta de miedo . Cuando me empujó trastabillé un poco pero sin llegar a caer.

¿Un año?  Pregunte más para mi que para el. No recordaba que hubiera pasado tanto tiempo. Si si quiero volver a casa 

lo deseaba por encima de todo volver a casa. Estaría más segura con el IRA que en este sitio con este ser tan siniestro 

Cientos de voces resuenan en tu cabeza y varias caras fantasmales se ven en las paredes.

- Ellos son los antiguos fareros, los que murieron aquí desde que este lugar se construyó y hasta que aprendieron cual era su lugar, años después de que mi vagar errante por el mundo terminase y me decidiese a instalarme aquí.

Hace un gesto con la mano y la puerta se abre: ves un día claro, libre de cualquier temporal, aunque frío.

- Después comprendieron lo que tenían que hacer para sobrevivir y les ayudé a montar esta empresa, esta farsa. Ellos, los oriundos de este lugar ya no morirían. Ni por falta de pesca o cultivo, ni consumidos por mi hambre sin fin.

>> Quizás alguien tan creyente como tú no quiera ver la verdad, pero hay fuerzas en este mundo muy superiores a los simples humanos y a su dios crucificado. Entidades que requieren un sacrifico. Nadie nacido de mujer puede expulsarme de este lugar que he tomado como mío. Lo único que pueden hacer es alimentarme, para siempre, hasta que la tierra sea un lugar yermo consumido por el sol.

Un carcajada que proviene de su garganta inhumana resuena en el faro.

- ¿Crees que tu presencia aquí cambiará algo? Tan sólo eres alimento.
>> Tienes dos opciones: tratar de correr más que yo y llegar al puerto para que te recojan o darme una vida a cambio de la tuya.

A lo lejos se escucha una sirena.

Tenia que ser una pesadilla...o tenia que estar muerta y en el infierno. Esas caras y esas voces por desgracia hacian que todo fuera demasiado real...

Asi estos jodidos lugareños habian adoptado a esta cosa para que los mantuviera vivos a cambio de darlo comida... que hijos de puta...

Entonces me dio las dos opciones ...ninguna era buena la verdad. En mi estado no pensaba que pudiera correr mas que esa cosa...y mucho menos podria cargar con Eric...

Que Dios me perdone... Pense antes de hablar.

¿La suya? Dije en un susurro señalando a Eric...habria estado aqui un año con el ...pero lo cierto es que no lo recordaba y para mi no era mas que un desconocido...al que estaba a punto de condenar a la muerte para salvarme...hacia unos segundos pensaba que los lugareños eran lo peor...por hacer lo que fuera por sobrevivir y ahora mismo yo estaba pensando en lo mismo.

¿Te quedarias con el? ¿Y yo podria irme? Lo dije llorando y con la voz quebrada pero no queria morir en este sitio y convertirme en un espiritu en la pared para siempre atrapada en un ciclo eterno de tomento y muerte...

Ante tu proposición se aparta a un lado, mientras esboza una sonrisa cruel al mismo tiempo que hace una leve reverencia.

Bien…entonces…me voy… ¿me dejaría ir sin más? ¿Acababa de condenar el alma de Eric? Algo me decía que si… pero no había muchas opciones. Si no lo hacía nos comería a los dos … y sinceramente yo no podía salvarlo pero el a mi si…

Al ver que se apartaba comencé a andar para salir por la puerta en cuando hubiera salido me marcharía lo más rápidamente posible 

Mientras sales por la puerta oyes como el extraño hunde sus manos en la caja torácica de tu compañero, quebrándola con facilidad. Un lamento ahogado y el sonido de alguien masticando ruidosamente te impiden mirar.

Corres, nunca mejor dicho como alma que lleva el diablo. La risa de la criatura llena el aire y las gaviotas se unen a él con sus gritos, mientras vuelan en círculos en torno al faro.

Corres por la rocosa isla maldita y estás a punto de abrirte la cabeza cuando caes. Tan sólo te raspas una rodilla levemente.

Llegas al pequeño embarcadero unos segundos antes de que lo haga la barca. Al principio del camino que va al faro puedes ver el vehículo que usaste para llegar hasta allí, aunque es viejo sabes de sobra que funcionará para que los nuevos fareros caigan en la trampa.

En la barca puedes ver a un lugareño, un pescador, al representante de la empresa y a los siguientes candidatos a fareros. Son un par de hombres llenos de problemas que piensan dejar atrás durante el año que les queda por delante. Ellos no lo saben, pero van a morir. Te gustaría avisarles, pero tu lengua se hincha y eres incapaz de hablar.

Ellos se bajan y te miran asombrados cuando te subes a la barca en un estado lamentable. No tardan mucho en descargar su ligero equipaje. Cuando el mismo hombre de la empresa, que os acompañó a vosotros, le dedica las últimas explicaciones a los siguientes fareros, sube a la barca e iniciáis el retorno a la población costera.

En silencio, mirando al agua y a la orilla para ver si algo hostil se aproxima, te envuelves bajo una manta gruesa y vieja que hay en la barca.

Oyes como el vehículo arranca y lleva a las próximas victimas al ser de hambre eterna.

Cuando te das cuenta el marinero te está ayudando a bajar en la orilla cercana al pueblo. Una mujer se acerca a ti y te pone otra manta encima, más nueva, y te pone las manos sobre los hombros.

- Vamos -te dice en un inglés muy marcado por su idioma natal -esto ya ha terminado. Hoy pasarás la noche en mi casa y mañana te irás de nuevo a tu casa. Te llevarás mucho dinero y debes guardar el secreto.

Te frota los brazos para que entres en calor más rápido.

- Si cuentas lo ocurrido, nadie te creerá. Nosotros encubriremos la muerte de tu compañero. Ahora descansa.

Cuentan los ancianos del lugar que una mujer sobrevivió al faro. Quizás fue la única en mucho tiempo y el dinero selló sus labios para siempre.