Partida Rol por web

El blibliotecario soltó un gruñido frustrado y se tapó la cabeza con el saco de dormir, creando una suerte de crisalida gruñona y enfadada. Al final, tras la insistencia y sacudidas suaves de la doctora, una mano salió de debajo del gurruño de manta y señaló una de las mesas que, increiblemente, había sobrevivido intacta y sin volcar al ataque. Sobre ella se veían pulcramente ordenados, salvo uno que había caído por el borde de la mesa y reposaba abierto en el suelo.

Cuando la doctora miró en dirección de los libros, Baterman "gusaneó" alejandose de ella, le dió la espalda sin sacar la cabeza del saco y siguió roncando.

Las guardias nocturnas se suceden sin altercados. Threkor Ohrin aprovecha la noche para repasar algunos apuntes de otras investigaciones. El asombroso entorno en el que se encuentra le sirve de inspiración y deja volar su imaginación. De esta manera, su guardia pasa volando. Cuando le llega el turno de la Dra. Srinivasan, lo hace con cuidado de no despertar al resto de compañeros.

Sharada Srinivasan pasa su doble guardia repasando anotaciones personales, observando las estrellas y luchando contra el sueño, aunque de vez en cuando, mira de reojo al libro de botánica*.

La última hora, el matemático se desveló (era normal, no había hecho guardia), y ofreció a la doctora que descansase al menos una hora, ya que él iba a ordenar algunas cosas y permanecería despierto.

Finalmente, por el lado oriental, aparece el sol, que alarga las sombras varios metros hacia el oeste. La imagen es impresionante, y los árboles y las ruinas se asemejan gigantes de otro tiempo impávidos ante el paso del tiempo, inmóviles, latentes.