¡El era un tipo despreciable!.
¿¡Como pudiste trabajar para alguien como él!?
¡Ey!. ¡No me mires así!.
¡No es como si yo aprobara su línea de trabajo!.
Yo solo hice lo que tenía que hacerse.
Bueno, ya sabes... se tienen que pagar las facturas... y Mister Raijin hizo un buen trabajo a la hora de pagarme.
¿Trabajaste para la mafia solo por dinero?.
Si lo dices de ese modo, suena como si yo fuera una persona horrible...
Pero sí, ese es el único motivo...
(Lo sabía... Ella no está diciendo toda la verdad)
Por cierto, el detective de ahí arriba dice que quiere un café. ¿Por que no se lo subís vosotros?.
Hacerme ver como la mala me ha entrado un poco la bajona...
Y así fue como aquellos dos abogados defensores, o mas bien un abogado defensor y su secretaria y ayudante; abandonaron la Recepción del Último Piso de la Torre Raijin en busca de algo más de información que pudieran usar para demostrar la inocencia de su cliente, una tarea ardua complicada... y a repartir un café.