---Vaya, con que riften... nunca pensé que volveria tan pronto a mi hogar..- comento mientras miro a los demas.
¿No sabía que eras de Riften? le dije al Khajiit que nos había acompañado desde el principio en el viaje.
Pongámonos en marcha, mientras podrás contarnos más cosas sobre la ciudad yo apenas pisé sus calles.
Desde luego que mis compañeros eran una banda peculiar. Tan pronto estaban feliz y contentos en una taberna como al borde de la ira... mención especial para el canijo encapuchado y sus aparentes crisis mentales que sólo el veía.
-Al menos no me aburriré-pensé mientras seguía a nuestro guía.-Riften... puede ser interesante, además siempre que hay profecías de por medio implica magia, poderosa magia- aquello sonaba francamente bien.
-Perfecto compañeros-dije jovialmente-Siempre he querido viajar algo más al sur y conocer Riften, especialmente por lo que dicen de ella, ¿quién no querría sentir la emoción de estar en un lugar así?-seguramente aquello diera pie a una conversación interesante; y haría falta, el camino iba a ser muy largo.
Miro a Red.
--Nací en Ventalia, aunque practicamente me crié en Riften donde crecí y aprendí mi oficio- digo encojiendome de hombros como si no fuese importante.
Entonces ya sabemos en que trabajas. Pensé mirando a Snivean. Sonreí.
-Bueno ¿Nos ponemos en camino? Será mejor o la noche nos pillara lejos de cualquier posada.
Una vez todos estáis montados en la carretas y salís de Hibernalia, os empieza a llover. Por suerte hay una tela que hace de cubierta, pero el conductor, osease Turr´okk, se moja.
Cierro y abro otra escena.