Habéis justo delante de la puerta norte de Riften, y un guardia os para.
- Buenos días muchachos, para poder entrar en Riften hay que pagar una tasa de visitante. 30 septims por cabeza. - Dijo mientras cruzaban dos guardias sus lanzas en la puerta.
Con un bufido despectivo el elfo ignoró a los guardias pero su respuesta fue lo suficientemente alta para que la oyeran
-¿Para entrar en esta... mal llamada villa nos piden esa fortuna?-incrédulo, pues por lo que veía cualquiera de las ciudades más humildes del Dominio eran diez veces más bellas que Riften. A decir verdad pocas cosas en Skyrim había que pudieran compararse con su hogar natal...¡cuánto lo echaba de menos!
-Si nos va a salir por ese precio la entrada no quiero saber cuánto cobrarán por una cerveza medio potable, JA- sabía que aquello a algunos miembros del grupo les haría reaccionar y, tal vez, presionaran adecuadamente a los guardias para que rebajaran ese claro intento de extorsión
Ladeo la cabeza mirando a los guardias. Luego sonrio.
-Una broma muy divertida nordico. ¿A quien se le ocurriria cobrar esa fortuna a unos enviados por el colegio de magia?- Niego con la cabeza divertido.- Sin lugar a dudas esta parte de Skyrim es mas divertida de lo que recordaba. Estoy seguro de que no querrás hacerle pagar peaje a un archimago tan famoso como él. -digo señalando a Alius.
Esperaba que el resto pillara la mentira y la siguieran. Desde luego mi "primo" de los altos elfos haría bien su papel.
Intente no llamar mucho la atención mientras los demas montaban un espectaculo. Me cubri la cabeza con el gorro de la capa y me cruce de brazos esperando a que pasase lo que fuera que debiese pasar.
Despues de un rato así tome mi arco y lo tense para afinarlo, después de una batalla las cuerdas pueden dañarse y es mejor tenerlo preparado.
Las palabras del guardia me causaron cierta satisfacción, una sonrisa se dibujo en mi cara dejando ver todas las filas de dientes que tenia.
Bueno... yo ya tengo ese peaje pagado desde hace mucho...
Supongo que como soy Ladron y acudo asiduamente a Riften ese peaje lo tengo mas que pagado ¿No? >.<
No, porque al ser una sociedad algo secreta no quieren hacer distinciones de sus participantes y los demás.
¿30 septims? es un robo. No habíamos entrado en la ciudad y ya nos estaban robando, salí de la carreta y me quede mirando a los guardias mientras hablaban mis compañeros, ese precio era abusivo y estaba claro que no podría pagar tal cantidad.
Em ya, pero la entrada al gremio esta dentro de la ciudad. Es decir, que si acudo habitualmente tengo que cruzar esas puertas muchas veces ¿no?
No puedo decirte más porque puede ser información para vosotros, pronto lo sabréis.
Yo estoy tratando de engañar al guardia para que nos deje pasar gratis.
Y yo esperando a ver que ocurre xD
y yo también espero reacciones.
Pues a ver por dónde sale el guardia, intervenir más antes de ver su reacción me parece contraproducente
- Oh el archimago. En ese caso pasad pasad. Disculpad señor por no haberle reconocido. - Y os dejan pasar.
Asiento y me echo la capucha por encima haciendo un hueco para que pase el alto elfo.
-Despues de usted, archimago- Digo con una media sonrisa.
Parece ser que la treta había funcionado, por lo que me volví a sentar en la carreta para proseguir el camino hacia el interior de la ciudad.
Dispuesto a representar el papel que le habían endosado sus compañeros hasta el final el elfo miró altivamente a los guardias al pasar
-Tengo demasiada prisa para perder el tiempo con gente como vosotros-masculló entre dientes cumpliendo a la perfección el rol de mago gruñón, poderoso y ocupado-Tal vez mencione a la Jarl la necesidad de revisar quién hace las guardias, creo que las cloacas de la ciudad necesitan un vistazo a fondo...-y amenazando con la seguridad que da el poder.
Vamos, como si lo hubiera estado haciendo toda la vida.
Una vez dentro ya en voz más baja comentó a sus compañeros -La próxima vez avisadme antes de hacer alguna declaración por el estilo, porque como tenga que seguir así todo el día en Riften alguien se acabará dando cuenta y tendremos más de un problema-echó un vistazo alrededor asegurándose que no hubiera oídos indiscretos mientras lo decía-Bueno, y ahora allá donde el deber nos llame...-