-Pues a mi me gustan los sobresaltos -Dije mostrando una enorme sonrisa- Nos mantienen entretenidos.
Me tome la jarra entera y levante la mano.
-Por favor camarera, ponme otra jarra. Y a mi amigo el Nórdico también, que seguro que le apetece. Y dime cuanto te debo. Intente ser lo mas cordial posible, la pobre chica parecía algo alterada... Estos Altmer siempre igual...
Cojo mi copa con un gesto de agradecimiento y bebo en silencio mirando a mis compañeros.
Un sorbo despues decido hacer la pregunta que me viene rondado desde hace un rato.
-Una vez el carro este reparado ¿Adonde iremos y con que fin?- Digo mirandoles desde detras de la jarra. Quiza lo habian comentado antes, pero como no suelo prestarles mucha atencion, es probable que se me hubiera pasado.
- Si que beben estos... suerte que me pagan, sino... - Pensé mientras les traía las jarras y cogía los septims. - Gracias.
Restate 54 septims.
A Riften, amigo mio, Riften es lugar al que nos dirigíamos antes del incidente con la carreta, creo que no has prestado suficiente atención a los acontecimientos, Ja,Ja,Ja. Le conteste a Urial con una alegre sonrisa.
Sin más me levanto y me dirijo a descansar a alguna habitación pagada por mis amigos, (sin duda me lo había ganado).
Venga que no decaiga esto.
-A la hermosa y anegada ciudad de Riften... cuna del gr... cuna del comercio justo ¡jaja!
Le page mis bebidas y las del Nórdico a la camarera y le puse varios septims mas encima de la mesa.
-Por favor amable señorita, denos a mi amigo y a mi una habitación... bueno, dos, una para cada uno. Y digame cuanto es.
Al ver las monedas que soltó y lo amable que fue, le di las dos llaves. - No te preocupes, ya está pagado. - Le dije con una sonrisa mientras asentía. - Las habitaciones están en el piso de arriba.
- ¿La iglesia, está casi abandonada, creo que solo queda un sacerdote que vive allí. A veces se pasas por aquí a saludar, pero dudo que lo hayáis. La iglesia es bastante grande, y la verdad, él está algo sordo. Aunque se dice que en una parte de la iglesia, se encuentra algo muy valuoso. Aunque claro, eso ya hace años. - Dijo mientras colocaba las últimas piezas de la carreta.
El sol se estaba poniendo y ya casi no teníais luz natural. - Bueno muchacho, vuestra carreta está arreglada. Yo de vosotros me esperaría a mañana para salir de aquí, nunca es bueno estar de noche por el camino - Dijo mientras se limpiaba las manos en un cubo de agua y luego cogía un trapo y se las secaba. También se lo ofreció a Turr´okk.
Me levanté de la mesa y me fui camino de las habitaciones.
-Me voy a dormir un poco, estoy cansado. ¡Nos vemos mañana compañeros! que tengan una buena noche.
Sin mas me metí en mi habitación y después de descalzarme me tire en la cama y intente dormir.
Al igual que el argoniano me levante de la mesa con el estomago lleno y me dirigí a la habitación, Espero que mañana este todo listo para partir, No os metáis en líos.
Entré en la habitación, me quite la armadura, guantes, botas y demás objetos y como el dios nórdico me trajo al mundo me acosté.
Recordad que Turr´okk aun no está con vosotros.
Me encoji de hombros y me busque una butaca cómoda. Prefería estar en la planta de abajo antes que en una habitación, además asi podria vigilar quien entraba y salía. De todas formas estaba acostumbrado a dormir en sitios mucho mas incómodos.
-Esta planta esta bien para mi.- Sonrio a la camarera.
Se hizo el día en Skyrim. La gente de la posada ya estaba algo activa, y la camarera lista para servir cosas.
Los rayos del sol entraban por la ventana de mi habitación, noté los músculos descansados y después de estirar un poco, volví a cubrir mi cuerpo con la armadura.
Baje a desayunar (un día nuevo, una comida nueva), y ví que la camarera ya estaba preparando el salón.
Buenos Días, podría servirme algo para desayunar, le felicito por lo bien que se descansa en esta posada. Me había levantado de buen humor, pronto partiríamos a Riften, y este parón nos había venido bien como entrenamiento en la mina, o mejor dicho, me había venido bien.
Cuando los otros fueron bajando pudieron ver cómo el elfo ya estaba allí sentado en uno de los bancos, tamborileando con los dedos rítmicamente en la mesa.
-¿Es realmente necesario?-preguntó según bajaban-¿No podéis pedir algo para el viaje para que podamos salir de este agujero de mala muerte cuanto antes?-
Desde luego que el episodio de la mina había acabado con gran parte de su paciencia y educación
Salí de mi habitación con un gran bostezo mientras miraba por toda la sala. Mis ojos se pusieron rápidamente en el Altmer al escuchar su frase.
-Tranquilo amigo, yo también tengo ganas de irme... Pero un buen desayuno no va a hacer mal a nadie... ¡Ja!. A ver que tenemos para comer.
Me puse al lado del Nórdico y le salude con la mano a la vez que llamaba a la camarera.
-Por favor, pongame a mi también algo de desayunar y digame cuanto le debo por mi comida y la de mi amigo aquí presente.
Me gire hacia el nórdico mientras esperaba a que la camarera nos sirviese y en voz baja le dije.
-Me estas costando mas que una mujer eh ¡jaja! Menos mal que se te dan mejor los trabajos manuales que a mi... Por que si llego a tener que picar en la mina hoy no seria capaz de andar... ¡ja!
Perdonar chicos >.< suelo postear enseguida en cuanto el master actualiza pero esta vez se me ha pasado.
Me estiro desde el sillon al ver que han bajado ya y me levando desperezandome con gestos cuidados y medidos como los de un felino.
-No veo problemas en comer por el camino. Ya hemos perdido bastante tiempo.-Digo mirando al grupo de zampacomidas. Si por ellos fueran estariamos todo el rato sentados y engullendo.
Una vez os montasteis todos en la carroza, era hora de continuar el largo viaje hacia Riften. Una ciudad algo sucia, pero a la vez bonita para algunos. Durante el trayecto teníais horas y horas de viaje. Algunos dormían, otros charlaban, comían o incluso alguno otro miraba el paisaje. Tras pasar algunos pueblos, y una iglesia se vio Riften de lejos.
Bien al capítulo 3.