Se trata de un lienzo... un pergamino en blanco. Quizás una de las hojas de ese libro en el que ha redactado todas las formas posibles de ahuyentar a la muerte ¿Que peor enemigo que eso para un fabulador? sonrió como felicitandose a si misma por su clarividente ocurrencia en la seguridad de haber resuelto el enigma.
El alienado Gazel capta por el rabillo del ojo la tentativa obstinada de Zadakiel y Darehl por proseguir, y retazos de palabras: amor, un lienzo en blanco… mientras el jugo de estramonio, amargo como la hiel, se derrama por el interior de su esófago y se sedimenta en su estómago con la calidad del plomo fundido.
De repente, siente el principio de un torbellino, una Caribdis que, a velocidad creciente, inexorable, comienza a batir las paredes internas de su cráneo, desmenuzándole las mientes, descarnándole las superficies con mordiscos inatinados por ávidos. Las piernas le fallan, su cuerpo se recubre de una película instantánea de sudor gélido. Debe apoyarse en una pared, pero no puede apartar la vista de la señal en la pared, ahora plena de significado: ¡el sello es en realidad el iris del ojo de algún ser gigantesco, mientras que el círculo de palabras central confina la mudable pupila! ¡Es como si alguien hubiese apoyado el ojo al final de un calidoscopio y descubriese a los buscadores en su interior!
Y no sólo eso: una vez comprendido esto, es posible concebir el final de aquel corredor como la descomposición de un rostro tosco y gigantesco cuyos rasgos hubiesen semi-fosilizado sobre las superficies: un único ojo frente a ellos, un principio de razón desde el hueco en el techo… y un silbido, un rumor proveniente de una rendija en el suelo. Parece ser que hay una trampilla a sus pies, oculta por el polvo de décadas.
Entonces, al ponerse en movimiento Zadakiel y Darehl, captan como el psiconauta, recién ingerido el jugo de su calabaza, comienza a temblar y a señalar a su alrededor como un poseso, pasmándose de algún tipo de descubrimiento por cada tramo, en un estado alucinado y repentino.
LA SEÑAL EN LA PARED:
Parece un circulo con runas y una mano dentro. Alguien sabe leer eso.?
Para interpretar la imagen habria que tirar por intelecto?
El anciano parece ausente, y debe apoyarse en la pared pues le fallan las fuerzas. Concentrado en la señal, balbuceando, como si hablara para sí mismo, no se le capta nada inteligible, sólo palabras aisladas como sello, ojo y gigante. Maalik se agacha y aparta con la mano lentamente el polvo acumulado con el tiempo. Poco a poco se puede entrever lo que parece ser una trampilla.
Las manos del viejo descubren, en efecto, una trampilla que parece no haber sido utilizada en mucho tiempo, olvidada con el paso de los años. Un ligero murmullo, semejante a un silbido, sale ahora más claramente del interior de la rendija. Puede que no sea nada, pero estando en el muro en el que está podría ser que la trampilla no se colocara allí por casualidad...
El alienado Maalik intenta por varias veces tirar inútilmente de la reja, si bien, aunque se encuentra debilitado, quizás fuera demasiado pesada o estuviera atorada en exceso para él incluso teniendo pleno uso de su fuerza. Tras el infructuoso forcejeo ha de recostarse en la pared, buscando recuperarse de su extenuación y del trance.
¿Qué hago posteando a estas horas?
P.s:No hago ninguna tirada porque sé (o al menos lo roleo así) que el tirillas de Maalik está un poco hecho fosfatina.
Se acercó a la trampilla y la abrió tras un forcejeo, miró dentro y sujeto la espada.
De pronto, con la aparición del más leve resquicio, el vaho de lo numinoso emerge de los subterráneos como si una tráquea esclerotizada estuviese en trance de aclararse, y barre el pasillo donde se hacinan los aventureros, haciendo tremolar sus vestiduras.
Y es la voz remota de una vetusta criatura, surgida al hilo de la escritura, la que puede oírse por fin, principiando de este modo:
-Y así fue como la fábula encontró a sus protagonistas (…)