Partida Rol por web

• ¿Qué es Triquel?

Con los Templarios, allá por el  1119, una nueva variante de esta Orden del Temple surgió. Tenía como objetivo la reivindicación del papel de la mujer, simbolizando pues, la representación de la parte femenina del universo y de las tres fuerzas de la naturaleza tierra, agua y aire. Además, representa a la divinidad mujer en sus tres facetas unísonas de doncella, madre y anciana.

Llevan expandiéndose por el ancho del planeta desde entonces, buscando las reliquias que asolan este mundo, ya sean mitológicas o verídicas, esta organización no parará hasta encontrar la eternidad.

• Simbolismo:

Sus tres lados representan la igualdad, la infinitud y la indivisibilidad.

El círculo  perfecto significa eternidad. Es decir, simboliza el flujo eterno, el circuito universal que todo ser vivo cumple y su camino por los tres reinos. Representa la vida, la muerte y el renacimiento, la trinidad.La triqueta es además representa la eternidad, igualdad e indivisibilidad de todo lo que afecta en el universo, una concepción primitiva de la teoría del caos y la causalidad.

• ¿Magia?

Según la tradición celta y el druidismo la triqueta tiene poderes curativos y de bendición, así como de fertilidad y vida; capaz de curar cualquier dolencia si se la sostiene sobre el enfermo o la parte afectada, ayudada de agua de cascada y un ritual de sanación o de articulación enfocada de energía.

Pero ,al igual que su significado, la triqueta también puede traer muerte si el usuario druida la convoca.

• ¿Esta organización emplea los rituales? Sí.
• Curiosidad:   fue considerado un símbolo pagano y “satánico” por la inquisición y las cruzadas, que también afectaron a este pueblo, quemando a todo aquel que lo porte o se haga llamar druida. Por lo que no es extrañable que, siglos y años más tarde, estos afiliados busquen una 'revolución'.

• ¿Qué buscan, por qué se interesan por el Fruto del Edén?

Buscan todo tipo de reliquias religiosas/mitológicas de ámbito religioso que les lleven a la Fuente de la Eternidad. El fruto del Edén esconde una de las verdades absolutas más atrayentes : la cura para la mortalidad.

Tras las diferentes civilizaciones: Atlántida, Egipto, Maya y Asiática se esconden las diferentes piezas del fruto del Edén. Actualmente, la sede de esta organización reside en el Amazonas, lugar donde guardan y protegen la pieza del Edén de la civilización Maya.

MIEMBROS:

Debido a los caminos diferentes tomados por los líderes, Triquel se encuentra dividida entre:

AERYN:

	Aeryn Ainsworth Jefa principal de la organización. Se encarga de reclutar a las personas, para que trabajen con ella. Desea encontrar los Frutos del Edén para resucitar a su madre.
	Koko Zalika: Niña prodigio suplente de Aeryn.
	Desconocida 1
	Desconocida 2
	Desconocido 3
	Byel Beyocs Pareja de Aeryn asesinado por Esperanza, para acceder a la sala que lleva al fruto del Edén. Topo y partícipe ,por tanto, de la misión, siendo reclutado por Istar. Fue él quién mató a la egiptóloga.
	Istar Serrano Lora Ayudante de Akanni y tachada ,por la asociación, como 'rebelde'. Egiptóloga y principal organizadora del viaje a Egipto. ASESINADA por Esperanza
	Desconocida 4
	Akanni N'Zondi: Geólogo y espeleólogo, miembro de la organización Triquel. Se opone a seguir sirviendo a esta secta y lleva a cabo una expedición para encontrar, antes que los otros, el Fruto del Edén. ASESINADO por Esperanza.
	Martina Cotillard Ceramóloga y experta en tecnologías, miembro más veterano de Triquel. Amiga íntima de Randy Johnshon. ASESINADA por Esperanza.

• PADRE DE AERYN:

	Victoria Hasan: Conocida por diminutivos como Agente 005, Victoria es una de las mejores espías que trabajan para Triquel. Es capaz de conseguir todo lo que se proponga. Su objetivo es acabar con ''la cara oscura'' de la organización.
	Abril Ballet Caral

	M.Ainsworth Jefe principal de la organización. Hombre cínico y ambicioso.
	Desconocida 1
	Esperanza González Peral Mano derecha del padre de Aeryn. Suplantó su identidad.
	Desconocido 2
	Desconocido 3
	Desconocida 4
	Desconocido 5
	Desconocido 6

La grabadora emite unos ruidos antes de reproducir el mensaje.

-Seguro que me estáis escuchando... Al fin he podido grabar esto antes de que os diéseis cuenta. -estrepitosos sonidos de golpes empiezan a escucharse. Parecen que quieren derribar una puerta.-. No tengo mucho tiempo, son las 00:00 de este diez de marzo. Faltan dos días para que vengáis a España con el objetivo de reuniros conmigo...

-¡DERRIBAD LA PUERTA! -consigues oír-.

-No tengo... ¡Están aquí! ¡Mierda! -El hombre trapichea con varios objetos antes de volver a la grabación-. Les he puesto varios muebles con la intención de ganar tiempo y así, salir por la puerta que conduce a un pasadizo secreto. Si estáis escuchando esto... es debido a que... habéis podido contactar conmigo o, en su defecto, habéis acudido gracias al señor Edu. Sois un grupo de cinco personas. Yo he sido el mismísimo encargado de ficharos y ,esta información, se la he podido ofrecer a Edu. El problema es que...

-¡¡LA HA ATASCADO!!

-El problema es que tras el fruto del Edén no estamos nosotros solos. Hay una organización que...

En ese momento el hombre corre por la sala, tirando objetos  a su paso. Todo esto lo podéis oír debido a que se lleva la grabadora consigo mismo. Ahora, susurra y su voz es eco puro.

-Estoy en el pasadizo, he conseguido ganar tiempo... No creo que siga aquí con vida, pero , al menos, os haré llegar esta grabadora. No preguntéis cómo ni con quién, pero estará en la guantilla de una caravana. Como iba diciendo, hay una organización que está tras nuestros pasos. Se hace llamar Triquel. ¿Se le puede llamar secta? No lo sé. Puede que sí, puede que no.  Pero lo que sí sabemos es que es una misteriosa y antigua organización secreta cuyos objetivos son  obtener reliquias de índole religioso presentes en mitos y leyendas, de origen indoeuropeo que alude a la triple dimensión de la divinidad femenina; simbolizando ,además, la vida, la muerte y el renacimiento.

Esta organización ha conseguido información de uno de ustedes cinco. Debéis andar con cuidado, pues harán todo lo necesario para conseguir aquella reliquia que NO debe acabar en SUS manos... Los fragmentos del Edén son cuatro y ellos ya tienen uno. Debéis impedir que consigan más...

-¡SEÑOR, HAY HUELLAS!

-Debo irme  o me matarán. . . Buena suerte chicos... Confiamos en ustedes.

La grabadora no emite nada más. Ha acabado de relatar. ¿Quién es el misterioso hombre?

Corrían entre la flora, a veces se tropezaban con las ramas o al intentar esquivar a algún reptil peligroso del suelo. Tenían un objetivo: luchar a muerte por recuperar aquello que se les había robado. 

Por otro lado, en el campamento, se hallaba una joven, sollozaba por temor. Jamás antes había cogido un arma. Ella había sido la cara bonita de la organización. Una marioneta al fin y al cabo. Se estaba equipando, cuando una bomba explotó justo al lado, provocando el derrumbe parcialmente de las estructuras de aquel campamento.

Los oídos le pitaban. Se encontraba aturdida, veía la estancia, o ,al menos, lo que quedaba de ella distorsionada; acto seguido, se desmayó.

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-¿Q-Qué es eso... papá?  -preguntó una dulce voz, dando cabida a una niña de ojos azules y cabellos rubios, casi blancos-.

El hombre se giró para expulsar el humo de su cigarrillo por la boca. A su alrededor todo era oscuro, la poca luz que penetraba del sol, sólo añadía más oscuridad a la escasa visibilidad. 

-Hola, mi pequeña albina... -comentó con una voz gutural casi aterradora, aunque a su pequeña no le parecía nada de eso-.

Delante de él, había una pantalla que se levitaba donde mostraba unos extraños círculos. 

-Algún día, mi pequeña, serás tú la encargada de recuperar estas maravillosas reliquias.

-¿Y qué son, papá? -se sentó en su regazo, mientras las observaba, dejándose acariciar el pelo por aquella mano áspera-.

-El fruto del Edén. Con él papá podrá ser inmortal.

-¿Y eso es bueno?

-Buenísimo. Estaré siempre a tu lado. Juntos, seremos invencibles y así, no te abandonaré como mamá. Ya sabes que ella...

-Se fue al cielo y desde allí, me vigila. -sonrió apoyando su barbilla entre sus manos. Sus pupilas captaban cada línea o contorno de aquellos extraños círculos-.

-Tú serás quien me ayude, aunque te cueste la vida, yo te apoyaré y te entrenaré para que así sea...

La bajó de su regazo con delicadeza, dándole un beso en la coronilla. Observó como la pequeña figura de su única hija se alejaba al salir de aquella oscura habitación.

-Aeryn -le llamó antes de salir-.

-¿Sí, papá?

-Es un secreto, ¿de acuerdo?

-¡Claro!

Y desapareció como desaparecían las motas de polvo al ser limpiadas. 

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Cuando recuperó la conciencia, se encontraba maniatada a las ramas de un árbol. Su cuerpo caía sobre el aire, quedándose suspenso en él. No podía tocar el suelo. Todo su campamento se encontraba completamente abandonado, como si no hubiera sido poblado. Observó las ruinas de la estancia en la que se encontraba. No había nadie allí que pudiera ayudarle a bajarse de allí. Sin embargo, el ruido del crujir de una rama seca le alertó. Ante ella una figura de un hombre apareció.

-¡HUM, HUM!

-Te dije que no me defraudases... ¡Sabes cuánto me ha costado matar a esos indígenas! -Le golpeó en la boca del estómago, viendo como la joven se retorcía del dolor-. ¡Tu vida vale menos!

Acto seguido le quitó sin suavidad el espadatrapo que tenía en la boca.

-No esperaba que vinieran... No...

-¡Inútil! -le volvió a golpear, esta vez más fuerte que la anterior, provocando que esta tosiera al mismo tiempo que gritaba-.

-¡Papá...! P-Para ... p-por...

-¿Sabes? Menos mal que lo que recuperado -de su bolsillo se sacó la pieza que habían perdido-. La tendré a buen recaudo. Tendrás que trabajar para que esto... -le dio una patada a una cabeza sin cuerpo - para que esto vuelva a ser lo que era. 

El hombre caminó entre los escombros hacia un lugar apartado, dejando a su hija desamparada, colgada de aquella rama, con varias heridas. Su caminata fue larga, quería llegar a aquel lugar con un encanto especial. 

Al llegar, se las ingenió para guardad ,con sumo cuidado y sin que nadie le vigilase, la reliquia circular. Luego, volvió entre sus pasos, liberó a la joven Aeryn y le entregó una falsa, sin que ella lo supiera, para que la guardase en una vitrina con extrema seguridad. 

-Espero que no te la roben esta vez o... -le acarició el pelo dulcemente. Se reclinó sobre ella, pegando su boca al oído de su hija- o seré yo mismo el que acabe con tu vida, al igual que hice con la de tu madre. No tolero a los inútiles y, mucho menos, a los rebeldes.

La grabación se inició con una voz distorsionada, femenina, caminando por una estancia que os resultaba familiar. El sonido de los tacones al caminar por la estancia era el único que se podía escuchar. Se sincronizaba con los gritos de un hombre.

La imagen no se veía del todo bien, por lo que tuvisteis que esperar a que la mujer colocara en un mueble el móvil para que vierais lo que sucedía al completo. Ella estaba vestida con una túnica con la que sólo podíais observar sus labios rojos y algún mechón  rubio que se le sobresalía.

Pero... lo más sorprendente, era la figura que yacía en el suelo, ensangrentada. Era conocido por ustedes, al igual que el hogar. Lo visitasteis hace un par de días cuando os reclutaron Akanni e Istar; por lo que, sabiendo que Istar se hallaba con ustedes... Sí, era Akanni. Su sangre se hallaba salpicada en la pared, en el suelo e, incluso, en las manos que apuntaban a la pared con el arma.

-Si contribuis a ello, acabaréis como él... ¿Suculento y excitante para mí ya que acabaré con vuestras cabezas expuestas en una pica? Pues... sinceramente... sí -rió-.

Disparó y la bala fue parar a unas imágenes de ustedes colgadas en la pared, manchadas de sangre.

-No me subestiméis. Triquel os vigila más cerca de lo que creéis.

Se giró de lado , mirando a la cámara, quitándose la capucha. Fue en ese momento cuando apreciasteis su rostro.

-Triquel os perseguirá si seguís dispuesto a recuperar esa pieza...

La silueta de su padre era presenciada por la niña de diez años que correteaba con su perro por el lugar. Contenía una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, las manos en los bolsillos. Después de tanto tiempo, al fin, se iba a reunir con su bien más apreciado.

-¡Istar! -exclamó al llegar a su altura-.

-¡Papá, papá, has vuelto!

Istar corría para estrecharlo entre sus brazos. Hacía tiempo que no sabía nada de él, que no lo sentía junto a ella, sin embargo, era consciente que la había dejado unos meses para investigar sobre el proyecto de Dyehuti en Egipto.

-¿Qué me has traído esta vez?

José la sostuvo unos segundos entre sus brazos, dejándose querer por aquella criatura, tras ese emotivo reencuentro, la dejó en el suelo, le acarició el rostro y, de su bolsillo, se sacó una pequeña figura de Cleopatra.

-¡Mi faraona favorita! ¡Voy a derrotar a los romanos con ella! ¡Jo jo jo!

-Pero ten mucho cuidado con ella, ¿eh? No la vayas a echar a las serpientes venenosas.

-¡Jamás, papá, jamás! Voy a casarla con Marco Antonio.

-¿Y con César?

-No, ese no me gusta.

Istar corrió dirección a su casa, aunque , antes de llegar, se dio media vuelta y volvió con su padre.

-Papá... ¿Algún día seré tan buena como tú? ¿ Visitaré tumbas, llevaré a cabo mis propias expediciones y descubriré los misterios de la Gran esfinge de Guiza?

El egiptólogo sonrió ante las preguntas inocentes de su hija. En el fondo, le recordaba a él cuando era como ella: un crío lleno de ilusiones y sueños. Le acarició la frente antes de contestarle con una dulce voz:

-¿Sabes Istar? Serás todo lo que te propongas, sólo tienes que soñarlo y luchar por esos sueños. Yo confío en que serás una de las grandes egiptólogas y, seguro, que con tus esfuerzos, entrarás en esa gran esfinge. Sólo tienes que desearlo, hija mía y los sueños... se harán realidad.

-Cariño, mírame, aquí, mira a la cámara. -comentaba una voz masculina grave, con acento francés-.

-¡Pero si estoy cansada y ... tengo sucia la ropa y...!

-Eres la mejor ceramóloga y experta en tecnología que jamás haya visto... Sonríe, será un buen recuerdo para nuestra hija.

Y la cámara sacó la foto instantánea.

Sin embargo, la sonrisa de Martina se apagó al reproducir, en su mente, las últimas palabras de su esposo.

-¿Aún no te acuerdas, verdad? -le preguntó con la voz quebrada, rota-.

Pero su esposo no supo responderle, le sonrió y decidió que debía seguir con la excavación. Él era el encargado de notificarle al doctor Johnson todos los avances, además de ser un historiador del arte.

-¡JOAN! -exclamó ella, aún con el rostro desencajado-

-No, no me quiero acordar. -sentenció él, dándose la vuelta con los ojos rojos-. No quiero recordar a mi hija, a mi única hija, sin cabello, en la camilla de un hospital francés, en Paris, sosteniéndome débil mi mano, mientras me dice que no quiere morir porque una maldita enfermedad, el cáncer, me la quiere arrebatar. No, no quiero recordarla así.

Y aquello, como si le hubiera clavado una astilla en el corazón, le sangró. Se tambaleó un poco y agachó la cabeza. Se llevó las manos a su rostro y se reincorporó al trabajo. Caminó delante de él, debía enviarle al señor Johnson de su hallazgo.

-Cariño, yo...-agarró el brazo de su esposa, girándola hacia él-. No quería ...

- No pasa nada, Joan. Yo...

Y sollozó en el pecho de su esposo, dejando que aquella carga , aquella dura piedra, saliese de su pecho.

-Yo no quiero morir de esta extraña enfermedad... Joan... no me quiero ir...

-No temas, mon amour, encontraremos la cura, cueste lo que cueste. Tengo contactos, el señor Ainsworth me lo ha prometido -le acariciaba el cabello. Le dolía ver a su esposa llorar-. Lucharemos cueste lo que cueste y venceremos a esta jodida enfermedad.

Las pequeñas se encontraban en la habitación del despacho de su padre conversando sobre sus cosas, los asuntos de dos crías de cuatro años, divertidamente. Sin embargo, ante la llamada de atención, ambas se abrazaron , sin que sus sonrisas se esfumaran de sus rostros.

-No me puedo enfadar con vosotras... Sois el regalo más grande.

Akanni les propinó un beso en la frente a cada una de ellas y luego les abrazó. Acto seguido se reincorporó y se estirazó. Sin lugar a dudas, las iba a echar demasiado de menos. Fue en ese preciso momento, cuando su mujer llamó  tras dejarse caer en el marco de la puerta. Se desposó de su velo y lo dejó encima de la mesa, mostrando su cabellera negra como el carbón. Con las lágrimas en los ojos contempló con dulzura la escena.

-Amna, mi amor, volveré pronto -le susurró él al sentir los sollozos de su mujer-.

Y como si de un efecto dominó se tratase, las pequeñas gemelas acompañaron  a su madre en un sollozo. Por lo que, la segunda, quien se encontraba menos afectada, mostró compasión con su hermana y la intentó ayudar.

-Oh, niñas, volveré pronto...

- Y si... ¿Y si no vuelves Akanni? - le preguntó su mujer, cogiendo en brazos a la pequeña más afectada, mientras veía como su esposo cogía a la otra-.

-Si no vuelvo, seréis unas mujercitas muy valientes y os comeréis el mundo las tres juntas. Además ... ¿Quién os asegura que nunca volveré? Os hice una promesa ... ¿no? Os prometí que os llevaría a ver la obra del Rey León a España y así lo haré.

El hombre africano soltó a la pequeña en el suelo y se despidió de las tres mujeres de su vida. Tenía que partir en breves. 

Con una pesadez en el pecho que le oprimía y una despedida un tanto amarga, Akanni partió rumbo a Guatemala, con el presentimiento de que no volvería a ver ,jamás, a familia.

La puerta dejó ver una sala aún más amplia que las anteriores.

Allí, al fondo, tras pasar otra puerta, una habitación completamente vacía con un altar en el centro. Aeryn caminó con la mano en su vientre, debía de curarse la herida en cuanto antes.

Llamando a todas las unidades, lo he encontrado, desplegad una unidad hacia aquí, rescatadme.

Cada paso que daba hacia el altar, sentía unas vibraciones en el pecho. Las mismas que ya había experimentado al conseguir el fruto de la Amazonas. Todos estos años de sacrificio tenían su fruto y ahí estaba, ahora, entre sus manos.

Sabía perfectamente que en cuanto lo sostuviera entre sus manos, algo sucedería, sin embargo, no le importó. Lo atrapó.

El suelo empezó a temblar, al igual que las paredes. Un hueco de luz surgió de la nada en aquel techo. Su helicóptero estaba listo. Los soldados bajaron para ayudarle.

-Rápido jefa, esto se va a caer...

Aeryn se guardó la reliquia en el bolsillo del pantalón y asintió. Al subir al helicóptero, los soldados le atendieron.

-Algunas de nuestras unidades se encuentran en el campo de batalla, ¿qué quiere hacer?

-¿Dónde se encuentra el otro fruto del Edén?

-En el mar del diablo, mi señora.

Aeryn miró al soldado que terminaba de darle las últimas punzadas a la herida. El último fruto se encontraba a miles de kilómetros de Egipto. Suspiró, no estaba para bromas.

-¿Contra quiénes luchamos?

-Contra Triquel...

-Contra mi padre. -le contradijo mirando al campo de batalla-. No te olvides que... luchamos contra mi padre. Es la 'otra cara' de Triquel. Aquella que me persigue porque sabe cuál es mi objetivo: revivir a mi madre, la última homus sapiens divinus. 

Cuenta la leyenda que ,hace miles de años, existió una raza anterior a la humanidad conocida como los Isu. Caracterizadas por una cultura de avanzada inteligencia y desarrollo, los precursores crearon a los humanos con el fin de tener una mano de obra barata. Los humanos eran semejantes en imagen a sus creadores aunque de menor estatura y con solo cinco sentidos mientras que los Isu poseían un sexto, el del conocimiento. 

Dependiendo de sus ubicaciones geográficas, estos podían tener diferentes tonos de pie. Los habitantes de la Atlántida eran de tono azulescos, al igual que aquellos que habitaban en el mar del diablo. Sin embargo, poblaron todo el ancho y el largo del planeta Tierra. Los Isus, llamados tambien homo divinus sapiens, crearon cuatro fruto del Edén. Estos permitían revivir a uno de ellos al juntarlos todos, por si la especie llegaría a extinguirse, pudiendo así volver a reproducirse. 

A pesar de todo, los humanos llegaron a invadir todos los puntos geográficos con su desarrollo durante siglos.

Uno a uno, la especie humana fue aniquilando aquel germen, o así, lo consideraba ella. Desde los tiempos más remotos, pasando por las cruzadas e incluso la segunda guerra mundial.

El sábado 26 de abril de 1986 se produjo el accidente de Chernobyl en la central de nuclear Vladímir Ilich Lenin. Murieron un total de 200.000 personas. Aquellas eran todas descendientes de los Isus, directos  o indirectos -mixtos entre divinus y sapiens sapiens-.

 La única sobreviviente de todos aquellos acontecimientos, Aslaug Landvik, una mujer de unos treinta y cinco años aproximadamente, se vio obligada a repartir los frutos del Edén por el mundo. Puesto que un Isus 100% divinus no podía resucitar a uno de su etnia; debía ser un descendiente indirecto, al que los edenes lo haya elegido. Extinguiéndose así toda la dinastía de los Isus a excepción de una pequeña familia acomodada en Londres, cuya Isus era nada más y nada menos que Aslaug , quien había dado a luz en 1991 ,tras pocos años de relación, a una hermosa niña.

Era una calcamonía de ella. Sin embargo, pese a ser una mixta, aquella niña al ir creciendo apenas mantendría los rasgos de su madre. Asalaug, Isus procedente de la región Noruega, adoptaría el nombre de su marido: Ainsworth.

Él era un notable hombre adinerado que se dedicaba a extraños negocios oscuros como cazatesoros en una secta, como jefe principal y organizador, denominada: Triquel. Conocía la historia de los frutos del Edén, fanscinándole hasta  tal punto de obsesionarse con conseguirlos; ya que había escuchado que podían otorgar la inmortalidad.

Aquel hombre se volvía más cínico y oscuro con el paso del tiempo. Llegaba a mantener contacto con la magia negra en los rituales que hacía en casa con aquellos miembros de Triquel. En el centro de aquel satánico círculo, siempre estaban su hija y su esposa.

No obstante, todo tuvo un inesperado giro de acontecimientos. Su esposa se sublevó al contemplar que aquel hombre , contrario al que había conocido tiempo atrás, se  volvía ,cada vez, más ambicioso. Sin más miramientos y frío como un hielo glacial aquel hombre la mató delante de su hija, quién era aún demasiado pequeña como para comprender aquel acto de violencia. 

Cuidaría de su hija como el más apreciado tesoro y la guiaría por los confines de aquella organización con el objetivo de ser ella quien consiga los edenes.

Fue un padre más o menos ejemplar para ella. Le enseñó el dominio de armas a la edad de 16 años y, de ahí en adelante, la llevó , incluso, a lugares extremos, a una escuela militar, por ejemplo, o a diversas partes del mundo en busca de pequeñas reliquias a modo de 'entrenamiento'. 

Su primogénita aprendía rápido: ningún error y ninguna toleración hacia quienes se sublevaban. Con el paso del tiempo, dejó que fuese ella la ''principal'' cabecilla de la organización; aunque él vigilase cada paso que ella daba.

Sin embargo, el error más grave vino cuando Aeryn perdió el fruto del Edén procedente de las Amazonas, el lugar de la base de aquella organización. Por métodos de tortura, que ya usaba con ella, el señor Ainsworth le volvió a recordad que no debía de cometer ni el más mínimo error. Él colocó la reliquia a buen recaudo, entregándole una falsa a su hija.

A pesar de todo, Aeryn decidió buscar los edenes por su cuenta. Se había percatado de cómo era su padre. Necesitaba un cuerpo capaz de luchar por y para ella. Así fue como reclutaba a las personas. Ejercía la violencia si era necesario -menos veces de las posible- y adoptaba el rol de madre para aquellos. Pero, otro efímero error vino al reclutar a una joven de dieciocho años que, primero, contactó con su padre. 

Esperanza González Peral.

Todo iba sobre ruedas, obedecía cuando había que obedecer, era una buena recluta. Aunque, tras el incidente en la Atlántida, Aeryn entró en cólera, deshumanizándose, y golpeó a aquella jovencita. Rápidamente se disculpó. Pese a ser alguien mezquina y cínica como su padre, tenía corazón.

En una de las noches, la joven Esperanza, quien se alió con su padre al contarle la situación, puso al equipo en contra de la jefa. Contó con la ayuda de Istar Serrano y Akanni, sus más leales amigos. Capturaron a Aeryn, sedándola mientras dormía, y la enviaron lejos de allí, al otro extremo del mundo.

Pese a todo pronóstico, no todo estaba 'en orden'. Debía (Esperanza) de cerrar aquella maniobra.Grabó una grabación en la que informaba a su padre acerca de los frutos del Edén, para así ser ella la que estuviera en peligro. Se grabó un vídeo asesinando a una inocente criatura parecida a ella. Aquel día, descubrió que , tanto Akanni como Istar, escaparon, sublevándose contra ella y, con aquel acto, tachados de rebeldes.

Esperanza sabía qué debía hacer. Lo había oído de su jefe superior y, en ocasiones, visto por Aeryn. Aquellos dos iban a contar la verdad al mundo, buscando a ser posible los edenes y recuperar a su verdadera jefa. 

Suplantó completamente la identidad de su jefa. Asesinando si era necesario a todos aquellos que estuvieran en su camino para complacer al hombre que le había reclutado, sanando así, su sed de venganza.

Esperanza estaba a salvo. Pues sólo el señor Ainswoth y ella, sabían la verdad de todo.