La sorpresa no hizo mella en mi espíritu. Ya no. No tras haber sido testido de los sucedido en los últimos días. Además era la parte bélica la que ahora gobernaba mi mente, por lo que únicamente me importaba localizar los puntos débiles del enemigo a la mayor brevedad posible...¿tendría alguno?
Aquel movimiento evasivo me hacía temer que no fuera así, pero precisamente aquel mismo movimiento indicaba que aquel ser no parecía dispuesto a enfrentarse a cuatro contrincantes de forma simultánea, lo cual nos daba a nosotros la ventaja.
Hubiese sido una locura lanzarse a la carrera para intentar reducir la distancia rápidamente, pues él tendría toda la ventaja contra un rival enfurecido e irracional. No, debían cercarle o hacerle huir.
Esto último no me gustaba en absoluto, pero ahora lo primordial era averiguar la gravedad de la herida inflingida a Deron, el cual podía estar en grave peligro si la contienda se alargaba en demasía.
Colocándome unos metros por delante del explorador comencé a avanzar lentamente hacia aquella criatura que había demostrado ser bastante diferente a nosotros, pese a su apariencia exterior.
Cubrid a Deron. - indiqué sin apartar la vista del enemigo - No dejéis que esa cosa se le acerque.
No tenía intención de enfrentarme a él en singular combate, pero sí quería ver su reacción al ver que un nuevo rival se le acercaba.