Partida Rol por web

Aquella noche cuando echaron a correr hacia la sala de Máquinas, Bebe y Vicent se miraron a los ojos. Aquella mujer que podía ser de todo menos una musa de pintura y aquel hombre que no aguantaría ni media hostia con un leño, ahora estaban destinados a estar juntos. 
A ser los ENAMORADOS. 

Asomada desde la puerta de su camarote Benigna vio cómo Vincent ocupaba el contiguo. Se había fijado en él en la cubierta pero ahora era diferente. Su camiseta blanca contrastaba con la sangre que manchaba algunas paredes. Donde antes había un torpe artista muerto de hambre ahora veía una figura a la que agarrarse. Su postura erguida y fuerte le hacían capaz de cargar con siete caballetes a aquel que antes apenas podía sujetar sus pinturas.

Se llevó la mano temblorosa a su abultado pecho como aferrándose a algo. Con la otra se tapó la boca y entró a su camarote cerrando la puerta violentamente con la esperanza de que no le hubiera visto.

Vincent notó la.lirada y se acercó a la puerta sin que nadie del barco notase nada.

Toc toc toc

La puerta se abrió y confirmó en una mirada lo los dos sabían. Irracionalmente, la situación más peligrosa vivuda hasta la fecha por los dos había dado paso al amor.

Vincent entró, hablaron, bebieron, se besaron y...

Después de todo sabian que ninguno de los dos estaban solos. Ambos se apoyarían durante la travesía.

A duras penas aguantaba la permanente de Bebe tras el encuentro apasionado, casi animal, con Vincent.

- Pintor, me has hecho sentir cosas que hace mucho que no sentía - dijo semidesnuda mientras su vestido de luto colgaba a los pies de la cama - Estoy muy feliz de haberte encontrado. Estar contigo va a hacer mucho más llevadera esta situación.

Tras incorporarse y atusarse el pelo se vistió de nuevo. Al verse compuesta de nuevo se dio cuenta de lo que acababa de hacer y su rictus cambió a uno más serio. Le miró. Seguía aplicando el filtro del amor a su mirada, seguía viéndole seductor, fuerte y atractivo. Irresistible. Aún así aguantó el gesto serio.

- Ahora, no te hagas una idea equivocada de mí. No soy una cualquiera. Que haya yacido contigo a la primera de cambio sólo lo explica algun arte oscura que se ha apoderado de mis entrañas. Ese individuo extraño y sus marionetas... ¿Le has visto? ¿Te ha dado algo a tí?

- Muchacho - Bebe le dió un codazo discreto al pintor ya en cubierta. Pareciera que sus artes amatorias le hubieran dejado catatónico. - Espabila. Ni que hubiera sido tu primera vez.

Si Emile levantara la cabeza... Ni medio año de luto y ya tengo más ganas de guerra.

Tras disculparse, Vincent emitió su voto

- Psss - Benigna se intentó zafar del sacerdote. No tenía ganas de rezar en ese momento, además ya venía santiguada del camarote. Intenó volver a llamar disimuladamente la atención del pintor - Vicente. Marsellés. A mi me dan la misma confianza el uno como la otra ahora mismo, pero que quieran que votemos por barullo no me gusta demasiado. Creo que nos pueden marear. Deberían ser públicas. El linchamiento en este momento la verdad es que no es demasiado arriesgado. No creo que esas bestias se vayan a alinear tan pronto.  Pero nos privaría de ver alguna reacción al sumar votos. ¿No crees?.

Según hablaba se había ido acercando a él. Olía a aceites y aguarrás. Y a sudor. Y le encantaba.

- Dios santo qué bien hueles bribón. Oye, antes de que yacieramos... ¿a tí te visitó el señor de las marionetas?

Asintió con la cabeza indicando que las votaciones deberían ser públicas.

- Nada, ni un triste muñeco -dice el pintor.¿Y a ti?

- Qué difícil. Creo que estoy hablando demasiado Vincent. ¿Debería callarme?. Estoy intranquila, creo que por hablar te pones en un disparadero pero también creo que tu postura es peligrosa. Parece que la gente hoy no va a votar a los que no han hablado y puede que eso ponga en el disparadero a quien habla, pero menos. O a quien más lo hace.

Qué complicado...

- Y sí, yo sí que tengo una marioneta. Y no es sencilla...

- Bueno yo por ahora tengo claro que votaré a Seyette o a Konig -finalizó diciendo Vincent.

Tras escucharla, lo que pensó el pintor fue que le daba igual lo que fuera ella, la amaba.

- El alemán me parece más sospechoso que ella. No votó pero apareció al poco de confirmarse el capitán. Raro... - le besó - Espero que tu voto por quien ya estaba condenado no nos acabe sabiendo a mar.

Creo que si sigo con dos votos cambiaré el mio en el ultimo momento al más votado por si la capitana me vota.

- No va a hacer falta. Va a caer el capitán y espero no haber iniciado una caza de brujas. Mañana, si despertamos, tenemos que coordinarnos un poco amor. Hay que evitar que tengas el foco. Dino Paoli, el italiano, me cae bien, pero su último voto ha sido muy cobarde. Es una opción.

- Dios, ¿nos la ha jugado Smith?

- Al menos lo que me tranquiliza es que este pifostio te va a quitar el foco mañana...

No se, han hecho algo muy raro los dos. Justo al final, igual que la capitana abandonando el barco a ultima hora.

- Lo de la capitana es un tema que habrá que hablar mañana. Pero tranquilo, que si sobrevivimos, este tipo de cosas nos pueden venir muy bien si acabamos por no ser una pareja cualquiera.

- Vincent, despierta. Yo no puedo dormir... ¿Crees que nos ha engañado? ¿Ha sido tan sucio como el alemán mintiéndonos? Estoy intentando pensar en qué marioneta podía estar basándose.

Si, en escenas privadas podéis hablar también fuera de personaje y relajaros y desahogaros más, que ese es el propósito. 

Tras rezar a San Cucufato, Bebe siguió pensando mientras esperaba la respuesta de su compañero.