Partida Rol por web

No...aquello no podía estar pasando! Como era posible que aquellos 4 "bravidos" guerreros fueran incapaces de asestar ni un solo golpe a aquellos mequetrefes. Si dieron más guerra aquel grupo de animadoras de Blood Bowl con sus pompones, sus faldillitas hiper-cortitas y sus sinuosas delanteras que desafiaban a la gravedad a cada salta que realizaban! (paro porqué el narrador se está poniendo tontorrón!!)

El esbirro observó como Terney se abalanzaba sobre él, imitando el ataque alocado de algún musculoso héroe de antaño. Pero en algún momento de su desplazamiento, y por razones que aún se desconocen, el piratilla se desvió hacia uno de los costados del ayudante de Julk.

-Es que ya no puedes sostener esa maza de nenita o es que la taberna hace bajada? Deja, deja que te ayude...- y con un espadazo con su afilada arma, dibujó una nueva herida en el cuerpo del pirata. Y la cosa se complicaba para Terney...

Entre tanto, el otro grupo que estaba también enzarzado en combate, no tenía mejor suerte. Mientras el segundo de los esbirros filosofaba sobre las palabras de Krugg, el líder fijó su mirada de nuevo en Kadisse.

-Pero mira que tenemos aquí?... Una perraca con ganas de practicar "las 50 sombras del rey"! Te daré un consejo muchachita: deja a estos perdedores y vente conmigo, que te enseñaré por donde cae Cuenca!

Y sin prestar atención a los peligros que tenía alrededor (ya que hasta el momento, "peligro, peligro", no había mostrado demasiado) Julk se puso a posar mostrando sus perfectos y trabajados músculos.

Lo miro con todo el asco que pueda reunir en ese momento, colocando la daga lo más amenazante posible:

-No me gusta recibir algo a cambio de nada, asique antes me gustaría enseñarte a tí como despelotamos a los cochinos en las fiestas de mi pueblo! aunque tu no vales ni para hacer chorizos, con tanta agua en los bíceps no saco ni para una triste chuleta

Me lanzo cual gata parda hacia el, intentando rebanar lo que coja y pille, que se lleve un buen recuerdo vamos.

Las voces de ánimo hacia Kadisse, Terney, Volstagg y Krugg iban decreciendo poco a poco. Visto lo visto, aquel grupo de héroes que debían acabar con Julk y su par de seguidores, parecía tener "ciertos problemas" para solucionar aquella visita indeseada a "La Muñeca Chochona".

Habían intentado de una y otra manera alcanzar a sus enemigos sin fortuna alguna. Y aquello era preocupante si, en un posible futuro, tenían pensado llevar a cabo su peligrosa misión por Reinos Recordados.

-Mamá, por qué no le pegan un sopapo a ese señor de amarillo y se dejan de tonterías?- preguntó un inocente chaval a su madre. Y esa, exactamente, era la pregunta que se estaban haciendo todos: a qué esperaban para arrearle de verdad?

-Mira, hijo mío, hay gente que le cuesta hacer ciertas cosas. Parece que sí...pero no.- dijo la madre acariciando el pelo de su querido hijo.

-Como papá?

-Exacto, como el inútil de tu padre!

Aquello debía cambiar de inmediato, de lo contrario, Julk volvería a quedar como el "chulo-tabernas" en el que se había convertido a base de amedrentar a todo el personal del local. Y eso es lo que sucedió...

Aquella mujer tenía toda la razón, el combate no se estaba decantando para el lado de los héroes y los niños podrían pensar que el mal podía triunfar impunemente y sin recibir castigo. Y eso no podía ser, no podía dejar que así sucediera. Pero en su eterna sabiduría de madre había encontrado la solución al problema: un buen hostión a mano abierta, de los de toda la vida.

Dicho lo cual guarde mi cucharón de combate y me acerque remangándome la camisa hacia Julk Jogan. Cuando ya me encontré plantado delante de el, heché el brazo hacia atrás en toda su extensión. Caballero, ya va siendo hora de que comience a comportarse con la señorita le digo al "chulo-taberna" mientras le suelto una guantá a mano abierta, como las que hicieron famoso al celebre actor enano Dub Scenper.

-¡Ya estoy haaaaaaaarrrrrrrtoooooooooo!!!!!!!!

Mi sutil alarido se percibe claramente a lo largo y ancho de la taberna, todo ello mientras hacha en mano cabalgo hacia ese barbotas fondón de Julk.

-Voy a depilarte ese bigote de chuloplaya que tienes y a cortarte la melena... ¡A la altura de la nuez!

Dicho esto volteo mi hacha sobre mi cabeza, un giro magistral que he visto hacer a mi madre cientos de veces cuando persigue a un tendero que le ha dado mal el cambio. Y esta vez, señores, sí que lo alcanzo. Y lo alcanzo bien.

Luego miro ufanamente a los presentes en la taberna, alzando el hacha con orgullo.

-¿Alguien había dicho algo de que le diéramos un sopapo? ¡Toma sopapo! ¡Toma y retoma, nenaza con lorzas!
 

Ese era el momento que todos esperaban: que alguien pusiera al malnacido de Jogan en ralla! Y Krugg había sido el escogido para arrearle el primer ataque doloroso de aquella contienda.

El hacha del enano gigantón surcó el aire cual cuchillo jamonero en una boda gitana, tiñéndose de rojo escarlata al entrar en contacto con el pecho musculoso de aquel mequetrefe mafioso.

Acto seguido, y llevadas por un instinto hormonal ya olvidado en ellas, un grupo de jubiladas desdentadas improvisaron una pequeña coreografía, a modo de animadoras, para celebrar el éxito del que a partir de aquel sería su héroe: Krugg el enano raro.

-Dame un K! dame una D! dame una U! dame una G! dame otda G! KDUGG, KDUGG, KDUGG!!!

Pero con aquella herida no acababa el combate, ni mucho menos. Cierto era que el líder del trío estaba bastante perjudicado, pero aún le quedaban fuerzas para continuar y un par de seguidores que le eran fieles. Y era el caso del esbirro que se dispuso a atacar a Krugg y acabar con la cancioncilla de las abuelas.

El esbirro agarró su espada, realizando una línea horizontal que alcanzó al enorme enano. Krugg notó como su cuerpo se estremecía frente a un dolor extremo...su visión se nublaba...sentía un sudor frío...escuchaba canciones celestiales que decían algo como "explota, explota, explo...explota todo mi corasón!". Inconsciente, cayó al suelo.

Aquello avivó aún más al grupo de viejunas animadoras que, viendo como su ídolo caía casi sin vida, se abalanzaron contra el esbirro sacudiéndolo con los bolsos y arreándole mil y una collejas. Aquella imagen quedaría marcada en las mentes de los presentes. Más tarde, bardos de toda la comarca, explicaron lo sucedido en aquel lugar: como unas viejas mú reviejas, despellejaron a un hombre y lo colgaron de las pelotillas de lo alto de un campanario...todo por un enano mal hecho.

Me levanté del cómodo suelo a duras penas. Vale, lo reconozco. Me habían dado una tunda de campeonato con cortes demasiados profundos como para que alguien sobreviviese a tal atropello.

Así fue como me quedé en el suelo, malherido, aguardando el momento de morir. Cerré los ojos y aguardé a la tan famosa luz que decían que aparecería en tu momento de muerte.

-Un momento…- empezé a decirme a mi mismo en sueños.- ¿Cómo voy a morir si todavía tengo 3 puntos de golpe?

Fue una especie de revelación pues durante los siguientes segundos recordé un antigua profecía que rezaba que aquellos que se encontrasen al borde de la muerte, encontraría la técnica suprema de la salvación: los Limit breaks.

Abrí de sopetón mis cansados ojos. Ya no había heridas en mi cuerpo que me molestaran, sin apenas darme cuenta me encontraba de pie, cargando una energía que desconocía hasta ese momento. ¡Era la repera!

- Muy bien, jefe de nivel hipervitaminado, ha llegado tu perdición.- Al mismo tiempo que pronunciaba mis palabras, la energía acrecentaba, incluso sentí cómo un vórtice de energía con un color de amarillo y naranja me envolvía.- Técnica especial: AMPLIFICAR

De pronto, el escenario cambió. Mis ojos empezaron a ver la sala de la taberna de un color azulado mientras un vórtice anaranjado y lleno de símbolos parecidos a los números, se paseaba por toda la habitación, evaluando la mejor herramienta para golpear al bocachancla ese.

El vórtice de número volteó la habitación, rodeando a las ancianas que abofeteaban a unos de los  esbirros y le daban el boca a boca al enano gigantón; también hicieron cálculos numéricos en cuanto a la posibilidad de golpear a Julk con sillas o jarras de grog. Descartado todo, los números me indicaron que golpear con la maza en la cabeza era, según mis posibilidades de fuerza, la mejor opción.

Con las instrucciones recibidas, grité.- Vamos a darle caña!

Con un salto digno de un felino golpeé la cabeza de ese mindundi, con la esperanza de abrirle una buena brecha en la cabeza.

¡Rayos y centellas, rebufos y capurrios, magdalenas y campurrianas, pavo y pollo! ¡JODER QUE HAMBRE!

Se ve que me había salido el día torcido, que ese frigopedo me sentó como una patada en el píloro o que simplemente mis ojos buscaban a aquella camarera de carnes prietas, pero poco a poco las ganas de trinchar a ese rubio plento de ego y soberbia tabernil iba cobrando fuerzas, asique por dios, diosito de las estrellas, ¡ayúdame a rebanarle las pelotas!

-¡No puedo dejar que mi popularidad caiga, no les he robado la bols.....digooooo los corazones a estos palet....digoooo buenas personas para que vengas tú ahora a joderme!

Entre que Krugg estaba más "pallá" que "pakí", inconsciente en el suelo, y las viejunas se hacían monederos nuevos con la piel del esbirro del melenas de Julk, parecía que la cosa comenzaba a presentar cambios para el grupo de héroes. Terney, llevado por el espíritu guerrero de la reina de los mares, arreó un santo mazazo al anfetaminado jefe de aquella pandilla, demostrando que la cosa no había acabado aún.  Pero no era suficiente...

-Mecangotóloquesemeneaelniñatoeste!-gritó enfurecido Julk -Te voy a girar la cara de un solo golpe y así podrás verte el culo cada mañana, soplagaitas!

Fue en es momento cuando Terney notó que algo impactaba en su careto, provocando un dolor terrible, acompañado a su vez por el vuelo de un par de muelas que salieron disparadas de su boca. Perdió el conocimiento mientras veía como una delicada muchacha recogía las piezas dentales para hacerse unos pendientes de diseño.

Ya eran dos los miembros del grupo los que habían caído en combate. Mal vamos...

Por su parte, el esbirro que seguía en pie, intentó alcanzar a Volstagg sin tener nada de suerte. El enano bardo era más rápido de lo que en un principio parecía y esquivó sin ningún tipo de problemas aquella espada corta que intentaba rasgar sus ropas. Kadisse intentaba acertar a Julk y vengar sus palabras malsonantes, pero por muy poco no acertó a su objetivo.

-BAAAAAAAAASSSSSSSTTTTTTAAAAAAAYAAAAAAAA!!!!!

De repente, una voz atronadora se escuchó en "La Muñeca Chochona", algo parecido al entrechocar de unas rocas, a una embestida de mamuts, a una nueva canción de Pitbull... Si alguien hubiera dicho que uno de los 7 dioses estaba enfadado, nadie dudaría en que su grito sería como aquel. Todos se quedaron congelados, petrificados y, porqué no decirlo, acojonados.

Lo más sorprendente fue observar como Julk Jogan empalidecía en segundos, dejando caer unas pequeñas gotas de sudor frío por su rostro y mostrando pequeños temblores en sus piernas. De todos los presentes, él parecía el más atemorizado por aquel grito... Incluso pareció que la parte de la entrepierna de sus mallas, comenzaban a oscurecerse a causa de no poder retener cierto líquido corporal.

Todos miraron hacia la puerta para observar como una enorme mujer, bajaba los cuatro escalones de la entrada y se dirigía con mirada iracunda hacia Julk. Se paseó a su alrededor, mirando de arriba a abajo al musculoso mafioso, mientras este era incapaz de alzar la mirada del suelo.

-Será posible...-entonaba con mirada despreciativa- Será posible que te mando a por pan y aprovechas pá irte de fiesta con tus amigotes. Mira que te lo tengo dichoooo...y la cas liao! Tira, tira pacasa que te voy a canear de lo lindo! Te quedas sin depilarte el pecho una semana, que lo sepas!

Y arreándole una sonora colleja, se llevó a Julk de aquel local, entre suspiros de alivio y temor por el carácter de la santa esposa de aquel pandillero. Y, cuando quisieron arreglas cuentas con el esbirro que también había participado en la contienda, se dieron cuenta que había desaparecido aprovechando la interrupción de la furiosa mujer.

Kadisse y Volstagg se miraron unos segundos. No sabían bien bien qué sentían: alivio por haber acabado con aquel combate que cada vez parecía complicarse, o rabia por no dar su merecido a aquel grupo de delincuentes con demasiado ego.

Lo que si que coincidieron era en que debían ayudar a sus nuevos compañeros de aventuras: Krugg y Terney.

Tras pedir ayuda a Rumick, trasladaron a la pareja de heridos a una de las habitaciones de la posada y les proporcionaron ungüentos a base de orines de gnoll pulgoso, vendajes hechos con compresas usadas de hembra ettin con pústulas vaginales y un jarabe apestoso que no supieron del todo de donde procedía. Volstagg y Kadisse, solo llegaron a escuchar las palabras "sobaco, escupitajo y Belén Esteban". Mejor no saber más...

A la mañana siguiente, los heridos salieron de su inconsciencia. Al abrir los ojos, Krugg murmuró algo como "Totó...estamos de nuevo en Kansas...Tia Emma, tia Emma??". Terney no dejaba de murmurar una canción sobre un chiringuito, un negro que quería alguna cosa y una barbacoa...delirios de pirata, vamos.

Se sentían débiles, pero una importante misión les esperaba. Era momento de iniciar la aventura...con algo más de suerte, esperemos!

Mientras me reía a carcajadas con la escena de la mujer de Julk mientras le señalaba descaradamente con el dedo, y posteriormente con las caras de mis compañeros al aplicarle esos eficaces ungüentos de nombres no menos eficaces (para ayudar a aliviarse el aparato digestivo) hacía balance de lo que habia sido aquel principio de lo que parecía una interesante aventura: -DINERO, OSTIAS Y CARCAJADAS, ¡ESTO ES LA CAÑA!- exclamo mientras levanto el dedo índice al cielo en posición de victoria aunque luego me doy cuenta de que en el combate no he hecho nada y me voy a una esquina a llorar

¿Cuándo se había hecho de noche? ¿Cuándo había salido de la taberna? ¿Por qué sentía como si flotara en el mar, conducido por las olas? ¿ Por qué veía literalmente las estrellas?

Muchas y extrañas preguntas asolaban mi cabeza y todas contribuían para alimentar el terrible dolor de cabeza que tenía. Mi satisfacción era plena. Acababa de encontrar EL portal a un nuevo mundo, ¡y dentro de una taberna! Ayudaría a sus honorables dueños a hacerse ricos, millonarios y exquisitos.

Mi voz sonaba distorsionada en aquel universo espeluznante acompañada de un eco grave y agudo. Vi cómo una mole gigantesca saltaba y volaba en torno a un planeta que por segundo encogía. Segundos después, la mole golpeó con un frenético golpe, creando una onda expansiva de dimensiones épicas, la cual me alcanzó.

AHHHHHHHH, quise gritar, pero mi boca permanecía cerrada.

El golpe de la onda expansiva me lanzó por el espacio y a medida que avanzaba, más y más rápido avanzaba. Ningún soporte encontré para mi carrera detener. Oh maldición, el golpe mucho me afectó, más mi escrito en "poesía" se tornó.

-Vuela, pajarito, vuela.- la figura de Hack Espárrago me habló y con dulces palabras me guió.- Pronto la cama encontrarás y una botella de ron me beberé. Con calma y suspiro, llega tu retiro. Hasta más ver, compañero.

Y sin calma y sin suspiro, en la cama me retiro.

¡Maldito cobarde, al final ha huido el muy malandrín! Al final el sentido común ha accedido a su dura mollera y ha visto que tenía imposible ganar un combate en el que se enfrenta al poderoso Volstagg. Pero esta afrenta no quedará impune, el agravio será grabado con sangre y solucionado la próxima vez que nos veamos... maldigo en voz alta con el puño derecho en alto y en pose molona.