Partida Rol por web

-Pues muy bien muchachote, cuando encuentres "esa" isla que dices y sus enormes riquezas, te las pillas todas y me vienes a ver de nuevo. No acostumbro a rebajar mis precios ya que, con todo eso de la crisis, la cosa está muy pero que muy complicada. Y por caerme simpático con esa historia del tesoro, grandes peligros y demás...te ofrezco un carcaj de 20 flechas por 1 moneda de oro.
 

Aquel vendedor era duro de verdad y pronto vieron que no encontrarían rebaja alguna en la venta de sus productos, fueran armas o armaduras. En cuanto a los botellines...

-Como que os interesan mis pequeñas creaciones de alquimia, os explicaré sus efectos y, lo más importante, el precio! jejeje...

Tenemos el de color verde, que ya os he comentado: "Banner Sperm" (+1 temporal en ataques cuerpo a cuerpo o pruebas de habilidad de FUERZA) por 25 mo. También conocéis el "Ojo de pichón" (+1 ataque a distancia temporal). Por aquí tengo el peligroso "Cuesco mañanero", un veneno a tener muy en cuenta que podría interesar a la señorita (-1 PV hasta su curación, aplicable a armas durante un determinado número de turnos). Y, por supuesto, mis pequeñas "Cebolletas", unas efectivas bombas que provocan daño por fuego... Todas ellas por 25 moneditas de oro.

Caminando unos metros hacia otro de los estantes, Prais continuó.

-En este lado podemos encontrar las pociones sanadoras (+5 PV) y los anti-venenos...también al módico precio de 25 mo. Y ahora, si me venís de uno en uno, podréis hacer la compra deseada que yo os "guardaré" vuestro dinero muy  amablemente.

Y con algo de impaciencia a causa de la cháchara que se llevaban Volstagg, Terney, Krugg y Kadisse, el anciano mostró algo parecido a un estado "cansino".

-Pero hacedme la compra con rapidez, que espero la llegada de unos aguerridos y decididos guerreros que vienen de parte de su majestad Armando Jaleo... Venga, "cay prisa"!

¿Otros? Bendita casualidad, resulta que nosotros también nos hemos enfrascado en tamaña épica aventura por orden y mandato de Armando Jaleo. Pero no nos ha comentado nada de otra partida de aventureros paralela a la nuestra. ¿Acaso lo ha hecho con el fin de que compitamos para ver quien alcanza el objetivo antes? Pues de ser así han de saber nuestros contrincantes que nada tienen que hacer contra nosotros, pues Volstagg el temible se encuentra en este grupo.

Tenga buen hombre, 5 monedas por el puchero y las hierbas, estoy convencido de que nos darán gran servicio le comento al tendero mientras pago religiosamente el precio acordado.

Las 5 monedas entregadas por el enano Volstagg, quedaron congeladas en el mostrador de la tienda. El silencio se adueñó de aquel humilde local y los segundos se tornaron horas. Fisher Prais estaba inmóbil, con los ojos como platos y con un ligero temblor en su labio inferior.

-Vosotros?...Ar...ar...armando Jaleo os ha escogido... a vosotros??

La voz del vendedor temblaba igual que la entrepierna de una jovenzuela, al escuchar la voz del impactante bardo Daví Bih-bal. No acababa de creer que el monarca de Reinos Recordados, hubiera seleccionado a aquellos cuatro individuos para tan importante tarea.

-El rey está loc...estooo... Haber si lo he entendido bien: vosotros sois los encargados de recuperar la famosa espada mágica Escubidur? Vosotros sois los que se enfrentaran a las fuerzas de Malus Kagontó? La madre que lo parió...

Prais parecía que perdía fuerzas a cada palabra que pronunciaba. Más bien, parecía estar a punto de desmayarse en cualquier momento.

-Mejor que me siente, que me está dando un jamacuco del copón!

Tras unos minutos de descanso, y utilizando el efecto de unos botellines que Prais tenía escondidos bajo el mostrador, que parecía revitalizar a base de "lingotazos" que le daba el anciano, recuperó un poco la compostura y se dirigió al grupo.

-Que Pelos nos acoja en su gloria... Bien, si vosotros sois los elegidos, puede que os informe sobre lo que sé de la espada mágica... Para comenzar, debéis saber que nadie conoce el paradero de Escubidur. Fue ensartada en la roca sagrada de Gibra-altar y su localización es desconocida. Solo una criatura sabe donde se encuentra la espada...

Lingotazo que va.

-Solo la elfa Felpa conoce el paradero de esa piedra. Si queréis encontrar a Felpa, debéis dirigiros al bosque de Porrompompero. Pero aquí no acaba todo, no... No os será fácil separar a Escubidir de la piedra de Gibra-altar. Solo un enano herrero, conocedor de los secretos de la piedra y encargado de ensartar la espada en la roca sagrada, sabe como conseguir liberar la poderosa arma de su cautiverio arcano. Ese enano responde al nombre de Torrebruno, y lo podéis encontrar en la cima de la montaña Tósevé. Así pues, debéis elegir vuestro destino: o buscar a la elfa Felpa, y saber el paradero de la espada, o buscar al maestro enano y descubrir como separara la espada de la piedra.

Tras unos segundos de tensión, Prais se levantó y dijo con renovadas energias.

-Esto no será una coña, verdad? Haber si será cosa de la "cámara oculta" esa... De verdad, de verdad sois los "elegidos"? Jodeeeeeeeerrrrrr con el Armando...

Vaya con el mercader. Era bastante más listo de lo que parecía, puesto que mi táctica "mencionar la isla que albergaba el más grande de los tesoros" no funcionó. Miento. Tuvo un efecto que afectó al precio de las flechas: 20 flechas por el precio de una moneda de oro.

-¡ Adjudicado!- le dije con energía. Era una ganga que no podía dejar pasar. Mientras cogía el carcaj de 20 flechas, le entregué la moneda de oro. ya tenía las herramientas para atacar a distancia. Que temblasen sus enemigos, llegaba el campero de las flechas.

Finalizada la transacción comercial, me dediqué a ver otros artículos. Estuve a punto de quitarme los ojos, cual Edipo, al descubrir los escandalosos precios.

"¿Y la tienda sigue abierta con ESOS precios? Por el mar salado…"

Una nueva conversación iniciada por el enano cocinero y el comerciante atrajo mi atención. Cuando vi la cara de sorpresa del tendedero y escuché el nombre de "Armando" recordé aquello que se me había olvidado.

- Ah, es verdad. Detrás de una gran espada debíamos ir… casi lo olvido.

El mercader manifestaba su magnífica alegría y sorpresa con preguntas que esperaban a ser respondidas.

- Sí, por supuesto. Nosotros cuatro venceremos a ese Malus Cagandú. Sinceramente, no creo que sea para tanto, después de enfrentarme al terrible Sir Paco Cake, cualquier enfrentamiento parecería una pelea de niños.

Después de presenciar cómo el anciano se recuperaba de la emoción de conocer a los próximos héroes de la historia, contó un relato acerca de Escubidú, la elfo Pepa, el enano Torrebruto y algo acerca de elegir un camino.

-¿Y por qué no hacemos ambas cosas a la vez? Podríamos dividirnos en dos grupos y cada uno se dirige a un lugar. Después nos reuniríamos en algún punto y solucionado!

Terney terminó su proposición con una amplia sonrisa.

-¡Vaya con el piratilla del tres al cuarto! ¡Si de vez en cuando hasta tiene una idea!

Digo esto completamente anonadado. ¡Skipie ha pensado! ¡Tres hurras por su neurona! ¡Ha debido desgastarse y todo del esfuerzo!

-Pues no me parece mala opción. Unos a buscar a la elfa Felpudo, y otros a por el enano Bruto ese. Muy bien, ¿cómo nos dividimos? Podríamos reunirnos aquí de nuevo tras hablar con estos dos sujetos, ¿no os parece?

Me cruzo de brazos, haciendo un gesto con la cabeza para desviar un mechón de mi flequillo hacia atrás. Separarse para localizar dónde está el arma y aprender a meterla... Digoooo, a sacarla.

¿En qué estarás pensando, Krugg?

-Muy bien, tipejos. ¿Cómo queréis hacer?

¿Qué compañía tener? ¿Un apuesto enano engreído? ¿Un pirata tonto? ¿Una ladronzuela chiflada? ¡Ains! ¡Qué grupo, por todos los dioses del panteón!

¡Por supuesto que derrotaremos al malvado villano y salvaremos los Reinos Recordados! exclamo airado al escuchar las torpes palabras del tendero ¿acaso no habéis oído lo que os he dicho? ¡El poderoso y temido Volstagg se encuentra entre el grupo! ¡Solo con eso nos basta y nos sobra para acabar con todos los Malus Cagontó y villanos de opereta que se nos crucen y recuperar la espada, pues no hay poder ni fuerza que me igualen en combate!

Yo personalmente prefiero ir en busca del herrero. Los orejas picudas no saben apreciar la buena comida y siempre dicen que no cocino más que bazofias incomibles.

-Adios! ni que estuviesemos en clase de historia de los reinos recordados parte III: EL COÑAZO! Pero bueno, si, ser ser, somos nosotros, Pincher Frais.

Escucho con detenimiento las ideas de mis compañeros, con el detenimiento del que esta en el estanque dando de comer a los patos:

-Pues yo me voy a por la Felpuda esa, y Krugg se viene conmigo, ¿a que si grandullón? necesito un muchachote grande que haga de carn...DIGOOOO de flamante y noble compañero de aventuras. Y por cierto, Fincher Lays, dame un veneno desos chungos, que molan un pasote!

Parecía que aquel grupo comenzaba a funcionar como tal... De momento, se ponían de acuerdo en la metodologia a utilizar para llevar a cabo la misión doble. La propuesta era la de separarse en parejas para agilizar la búsqueda de Escubidur. Por un lado, Kadisse y el gigantón Krugg se dirigirían hacia el bosque de Porrompompero, en busca de la elfa Felpa y la localización del mágico altar. Por el otro, Volstagg y Terney se encargarían del maestro herrero Torrebruno, buscando en algún lugar de las montañas de Tósevé.

-Estáis seguros de dividir el grupo? Los peligros en estas tierras son muchos y peligrosos, como los pelos del bigote de la Fantoja.- Prais miraba el rostro de cada uno con mirada temerosa- Vosotros mismos, pero Porrompompero es famoso por estar plagado de criaturas sedientas de sangre...además de deseo "sersuaaaarrrlll", que también me lo han contado! Y Tósevé... Aquello es una tumba abierta para el que pase por allí.

Era un riesgo evidente que debían tener en cuenta: por un lado serían más rápidos, pero también el riesgo era mucho mayor.

Me sentí importante en aquellos momentos. Mis nuevos compañeros de fatiga y de viaje habían aceptado con buenos ojos mi idea de separarse. No obstante, no terminé de entender la reacción del tendedero, no parecía muy convencido con ea decisión. Estoy convencido de que intentó persuadirnos para que no lo hiciésemos… ni que fuese el narrador de una épica historia con toques humorísticos.

- Entonces decidido. Vosotros dos iréis a Porropompas a buscar a Pepa la elfa. Yo me deleitaré con la gastronomía de Volstag en el camino hacia la tumba abierta de Sevétó. Entiendo bastantes de tumbas abiertas. Conocí a una exploradora llamada Kara Soft a la que le gustaba visitar tumbas antiguas y encontrar tesoros ocultos. Ella me dio un curso intensivo sobre este tipo de tumbas: si permanecen abiertas, el paso más fácil es cerrarlas.

Hice una pausa para rascarme la barbilla.

- Ya tengo ganas de conocer a ese tal Torrebruto.

Vosotros mismos, pero Porrompompero es famoso por estar plagado de criaturas sedientas de sangre...además de deseo "sersuaaaarrrlll", que también me lo han contado!

-¡No digas más, FishiPris!- exclamo, jubiloso- ¡Me apunto! ¡Me apunto dos veces! ¿Dónde hay que ir a por el deseo sersuaaaarrrlll ese? ¿Hay que pagar o lo dan gratis? ¡Me apunto! ¡Quiero plaza! ¡Fiiiirmo! 

Céntrate, Krugg, que tienes delante a un tendero.

--Eh, oh, sí, mmm, sí. Quiero una armadura mejor que la que llevo. Supongo que para hombretones destinados a una misión tan importante, segurísimo que encuentras algo decente que darme. Y por decente, hablo de calidad, no de la longitud de la faldilla de la armadura.

Algo ha dicho Kadisse de que la acompañe, aunque no he entendido muy bien lo que ha dicho. Estaba muy ocupado entendiendo eso del deseo sersuaaaarrrlll que ha dicho Pincher Fríes.

-¡Por supuesto que te acompaño, majeta! Alguien tendrá que servirme para abrir cerraduras y soplarles las bolsas de oro a todo cenutrio que nos encontremos por ahí... Digooooo, alguien tendrá que servirme para conversar por el camino y disfrutar de la grata compañía. Eso, eso quería decir.

Al fin habían decidido cual seria el destino de cada una de las parejas...y teniendo en cuenta a aquel peculiar grupo, aquello era mucho! Incluso Krugg notó que le dolía un poco la cabeza, después de entender toda aquella organización.

Se encontraron nuevamente en las calles de Meme-Oh-Toha, tras comprobar por enémisa vez que el material de Fisher Prais no era mejor del que poseían en aquellos momentos. Alguno de ellos habían comprado algún botellín de los que ofrecía el mercader (Kadisse: 1 veneno, Krugg: Banner Sperm), incluso un flechas en el caso de Terney y hierbas y un puchero para el enano cocinero.

Entre tanta cháchara, había pasado media mañana y era momento de ponerse en camino...que para eso habían sido escogidos como héroes de Reinos Recordados y salvadores de toda la humanidad de mundo mundial de los siete continentes y parte del espacio exterior del más allá.

Tras desearse suerte, Kadisse y Krugg comenzaron un lento y épico caminar en dirección a una de las salidas de la ciudad. Habría sido mucho más "épico", si la pareja no se hubieran cruzado con un grupo de tuneros que comenzaron a piropear a la muchacha y a mofarse de su acompañante. Krugg fue el responsable de meter alguna que otra bandurria, en orificios no destinados a acomodar este animado instrumento. Lo de hacer comer la pandereta a aquel muchacho saltarín mientras cantaba el "Clavelitos"...llegó hasta ser gracioso, mira! Aquello solo fue una pequeña distracción en su camino hacia el bosque de Porrompompero, en busca de la elfa Felpa.

Por el otro lado, Volstagg y Terney, se encaminaron justo en dirección contraria para dirigirse a las altas montañas de Tosevé e intentar dar con el hermano de raza del cocinero, el enano Torrebruno. Podríamos decir que aquella pareja tuvo algo más de suerte y su salida de la capital fue más heroica...pero no.

Volstagg no había acomodado adecuadamente el puchero que había comprado a Prais. Lo que consiguió es que su cucharón golpeara, a cada nuevo paso, el recipiente metálico colgado de su mochila. El sonido era lo más parecido a un cencerro que anunciaba la llegada del ganado. Y no hizo mucha gracia a algún que otro "meme-ho-tohano" que dormía placidamente despues del realizar el turno de noche en la mina de arcilla. Respuesta: tanto Volstagg como Terney acabaron duchados por el contenido de un cubo que se vació "amablemente" desde lo alto de una caseta de la ciudad. Lo raro era el gusto salado, espumoso y tebio de aquella aguilla amarillenta...

La aventura comenzaba para cada una de las parejas y, puede que pronto, se reunirían de nuevo para poner sobre la mesa lo descubierto en sus viajes para recuperar la espada Escubidur.

La aventura dio comienzo con grandes expectativas de cara al futuro. Incluso tuvimos, mi compañero enano y yo, una digna despedida bajo un líquido amarillento. Sin duda, se trataban de buenos presagios para nuestra gran y esperada búsqueda.

Según había entendido yo, el gran pirata Terney, debíamos partir en busca de la montaña Torrebruno y encontrar al enano Tosevé. ¿O era al revés? Era una duda que nacía desde las entrañas de mi estómago. Pero decidí no satisfacerlas aún, puesto que lo primero era lo primero: secarse el líquido de tan amables pueblerinos.

En el fondo me pregunté si habíamos hecho bien en separarnos. No es que tuviese miedo, ni nada de eso, simplemente me gustaba la compañía y ya los echaba de menos. ¿Qué es preferibles, estar con una bella dama a tu lado o acompañar a un cocinero enano?

Suspiré.

Mis tripas volvieron a rugir, mientras las piernas me pedían con súplica que parásemos. No les hice caso, no llevábamos ni cinco minutos andando.

Debía mantenerme esperanzado de que llegaríamos pronto. MIré a mi compañero y no pude resisitirme.

- Por cierto, ¿falta mucho para llegar?