Partida Rol por web

Te creíste capaz de superar el obstáculo sin embargo el impulso no fue suficiente. Observabas aterrorizado como caías por el foso sin que nadie pudiese hacer nada por ayudarte.

Cerraste los ojos al caer al agua putrefacta a la vez que notabas como unos colmillos poderosos comenzaban a penetrar tu cuerpo. Estabas siendo devorado por unos cocodrilos que llevaban décadas esperando nueva carne de la que alimentarse…

Istar se quedó perpleja ante la escena. Ahogó un grito y observó como Beth gritaba un ¡NO! de películas. En el fondo, Adam era pedante, pero Istar no le desaba el mal a nadie. Safiya corrió en ayuda de Beth, quien lloraba desconsoladamente.

-Nos vemos -comentó haciéndose la dura, para así-.

Acto seguido miró a las dos mujeres por última vez y se deslizó hacia la sala, pues había que caminar a  agachas ...

Los sollozos de Beth no podían ser ahogados por nada. Safiya la sostenía entre sus brazos y ella misma a duras penas lograba contener sus lágrimas. Desde el principio se había temido algo así, pero no por esperarlo se hacía más fácil de digerir.
Además, todavía no habían terminado allí. Istar tenía que explorar la sala... y volver a saltar, así que aún estaba en peligro.

Vamos a morir todos, pensó para sí Safiya, pero rezando para que no fuese así.

-Istar, ve con cuidado -le gritó antes de que se metiera a explorar la siguiente sala.

El terror la inmovilizó. No, no era terror era algo más profundo, algo más permanente. La incredulidad, el vacío. Una ausencia súbita y fatal.

Lloraba sin consuelo, aferrada a Safiya, aplastando su rostro contra el hombro de su compañera. 

-¡Adam! ¡Adam, Adam...! 

Se había casado enamorada. Hacía apenas unos días. Él era un hijo de papá, sí, pero era encantador y caballero, un hombre como pocos. ¿Prepotente? Quizá. Pero eso ¿debía pagarlo para siempre en una decisión equivocada...?

Nada consolaba a Beth. Ni siquiera el instinto de supervivencia. No vio a Itsar adentrarse en la oquedad de la pared, no pensó en que debían volver arriba, no pensó en nada. Aturdida, trastornada. No pensó en nada.

Safiya se giró hacia Beth. Parecía haberse tranquilizado un poco, así que decidió que a pesar del riesgo, Istar podía correr peligro si se quedaba sola.

-Beth, escúchame. Voy a saltar para ayudar a Istar. No puedo dejarla sola. Quédate aquí y espéranos, ¿de acuerdo?

Después me alejé del borde para coger carrerilla y me lancé, rezando por no seguir a Adam en su caída.

Sigo explotando, pero, al parecer, acompañada de Safiya :')

El salto de Safiya fue casi desastroso. Casi.
A pesar de coger carrerilla, no logró impulsarse demasiado y aunque llegó al borde, estuvo a punto de perder el equilibrio y caer hacia atrás, acompañando al pobre de Adam. Afortunadamente, Safiya supo inclinarse hacia delante con la suficiente rapidez y caer al suelo, en lugar de en el pozo.

-Uffff -respiró aliviada, mientras se ponía en pie y miraba a Beth, que había estado observando toda la escena desde el otro lado -. Estoy bien, tranquila. Quédate ahí. Volveremos enseguida.

Después se giró y se agachó para adentrarse en la siguiente sala, siguiendo los pasos de Istar.

Se dejó escurrir lentamente apoyada en la pared del pasillo, hasta quedar sentada en el suelo.

Miraba ante sí fijamente, mientras Safiya la había soltado, y se había lanzado al vacío, cayendo en tierra firme por muy poco. Le había dicho algo antes de eso, pero la verdad es que ella no la escuchaba. La oía, pero no la escuchaba. Ya poco le importaba todo.

Su mirada resbaló igual que su cuerpo hacia abajo, y flotó en la oscuridad del pozo. Adam. Él había saltado como un héroe de película, sin pensar, sin encomendarse a nada ni a nadie. Había saltado...

Tan lentamente como se había dejado caer Beth volvió a levantarse. Sus ojos se entrecerraron, y sus puños se apretaron, también sus labios. No dijo palabra, no podía decírselo a él. Pero lo hizo por él.

Cogió carrerilla, y saltó.

Con esfuerzo, lograsteis superar el salto y tener acceso a la siguiente estancia.

Abristeis los ojos de par en par al comprobar que en aquella sala (6) se encontraba una imponente estatua de una mujer con ropajes egipcios.

En el suelo había una inscripción que cualquier experto podría desencriptar sin ningún problema

Aquí yace el Sol de los Infieles

Bajo el pedestal de la estatua se encontraba un medallón circular.

Parecía estar hecho de oro macizo con lo cual aquella reliquia podía ser el mayor tesoro encontrado hasta ahora.