Partida Rol por web

No bien Dante y Gissiel se alejan tu celular suena, era el príncipe de los vampiros quién te estaba llamando.¿contestas o no?

Su teléfono suena cuando se disponia a hablar con Illiana. -Discúlpame un minuto Illiana, es un asunto por la tarea que me encomendó Dante y tengo que contestar. Se pone el móvil a la oreja. -Soy Arkin, me necesitas para algo? Aunque su tono de voz era tranquilo, su rostro reflejaba cierta repulsión

- Arkin, la orden está atacando de nuevo, han secuestrado a dos chicas en la zona del Bronx, irán dos vampiros a investigar, pero tú eres mejor rastreando a esas alimañas, deseo que vayas, luego me encargo de explicárselo a tu padre - suena tranquilo, era algo de rutina de momento.

Como desees, Alexander, iré hacia allí ahora mismo. Colgó el telefono diciendo por lo bajo. _{-Maldito chupasangres..} Suspiró con fuerza, detestaba a aquel tipo, pero era su obligación. -Mis disculpas Illiana, pero tengo que irme a buscar a dos vampiros que han sido secuestrados, si quieres puedes venir conmigo, y hablaremos por el camino, pero puede ser peligroso. No quería meterle en problemas, dado el pacifismo de los Fianna, dudaba que se pudiera defender y eso le preocupaba bastante. Le miró esperando su respuesta mientras buscaba las llaves del coche por sus bolsillos.

Las palabras de Gissiel retumbaban en su cabeza. Ella debía acompañarlo y permanecer con él aunque aún no entendía el por qué. Cuando Arkin cuelga el teléfono, lo mira con atención pues no estaba muy habituada a ellos. Prefería el contacto directo. Su deber era acompañarlo así que le dijo de inmediato - Te acompaño. Es parte de mi misión hacerlo - le sonríe y espera que indique el camino.

- Sé mi guía, futuro esposo - le sonríe y el brillo del sol hace que su roja cabellera sea más brillante y que sus ojos resalten por el alto contraste que tiene con su  piel. Su figura era llamativa sin querer serlo, como casi todos los Fianna que compartían esa cualidad.

Los futuros esposos se contemplaron un instante, eran completos desconocidos a pesar de que los ancianos dijeran que eran almas gemelas, que estaban destinados desde siempre ha estar juntos, y quizás ese hubiera sido el resultado, pero no de esa manera, no por imposición. Ella era hermosa, su cabello, sus ojos intensos que contemplaban al licano, cualquiera podría desearla como esposa, cualquiera podría estar orgulloso de tener a una licana así a su lado, en su cama, como madre de sus hijos... 

Él, era fuerte, todo un hombre, de carácter fuerte, serio y gentil, de aquellos que darían la vida por proteger lo que aman o en lo que creen, daba seguridad su presencia, se contemplaron nuevamente, quizás sintiendo nerviosismo, o molestia, o temor a lo desconocido. 

Asi ambos licanos bajaron de la colina hacia la tribu de los licanos, ahí, Arkin tomó su moto, y subiría tras de él Illana, era un viaje algo largo desde donde estaban hasta la zona del Bronx y seguramente incómodo, pero era mejor el silencio que otra cosa. Antes de irse, Illana tomó sus armas, y Arkin también, cuando era la Orden la metida las cosas siempre eran peligrosa, siempre....

Gissiel se ha alejado, no hablo mucho con Dante, sólo un gesto de despedida, y ambos se quedaron solos, Dante avanzo hacia ti, y tomó tus  manos, y te jaló para abrazarte con fuerza, besando tus cabellos - espero que Arkin me perdone por lo que pasó... Peyton, pero... necesito que guardes un secreto- suspiró y te alejó para verte a los ojos - eran a ti a la que deseaban casar, pero pedí que no... que no lo hicieran... eres demasiado importante para mí - levantó tu mentón y te quedó viendo a los ojos, había algo que le preocupaba, algo que escondía.

Durante toda la conversación con Arkin, ella se había mantenido ausente, incluso cuando su “protector” le dijo que entrenaría con ambos, no dijo nada, solo asintió con la cabeza un par de veces. Sus manos se aferraron a la ropa de Dante, él sabía que la joven Peyton tenía adoración por él. Era cierto que con Arkin se llevaba bien y lo “quería” de alguna extraña forma, pero nada que ver con lo que sentía por Dante. Estaba un poco ausente, pero al escuchar lo del casamiento, abrió los ojos completamente sorprendida ¿Casarse, Arkin? Eso era una locura, pero en cierto modo entendía que eran las normas y si los ancianos lo ordenaban debía aceptarlo. Lejos de decir nada, solo le dedicó una sonrisa tranquilizadora, él sabía que si la necesitaba podía contar con ella y su prometida era realmente hermosa. O al menos eso pensó cuando la vio, sí, era realmente bonita, pero no le gustó del todo que la mirase así. Peyton sabía que solía llamar la atención por sus cabellos plateados, pero no le gustaba que la mirasen de esa forma, era extraño incluso después de tantos años.

-Hm…-Eso fue lo único que dijo cuando Dante le dijo que se retirarían para dejar que ellos se fuesen conociendo. La mano de la joven licano se agarró nuevamente a la camisa de su “padre” y lo siguió tranquilamente, en silencio, aunque de vez en cuando lo miraba, había algo que no le cuadraba, se le veía preocupado por algo. Cuando estuvieron lejos, Dante optó por parar para hablar y ella no se opuso, se quedó clavada frente a él, con la mirada bajada pues creía que él le regañaría ahora que estaban a solas, sería lo más lógico por su mal comportamiento, pero no fue así. El corazón de la loba se frenó de golpe, para después palpitar con fuerza.-Dante…-En realidad era complicado decir nada. Lentamente subió la mirada hacia él, mandada por la mano que su protector había colocado en el mentón de la joven.- Sabes que un casamiento… Hubiera sido un error, no soy la más indicada para esas cosas… Te lo agradezco.-Sus palabras salieron casi susurrantes, mientras su mirada permanecía clavada en la de él. Un poco dudosa subió su mano hacia la mejilla de él, dedicándole una caricia.

-Hay algo más, lo sé… Estás preocupado, incluso angustiado por algo ¿Qué pasa, Dante?-Pregunto Peyton, mientras se mantenía casi pegada a él, acariciándole la mejilla en un intento de calmarle. Hacía tiempo que estaba preocupada por él, pero no sabía cómo ayudarle. Aparte, se sentía mal por no haber estado más tiempo con su padre, pero Arizona se lo había impedido, pues pese a ser una “cría” era de lo más rebelde y ella había prometido hacerse cargo de la benjamina de la manada.

Se apararon del grupo, Peyton seguía pegada a él, y Dante sujetaba sus hombros por sus hombros, pegándola más a su cuerpo fornido. Se alejaron lo suficiente de la pareja, pero aún sientes como Dante parece ocultar algo, o mejor dicho que algo le molestaba profundamente, pero de pronto se detuvo, y se quedó mirando, su mano fue a tu mano, apoyándose sobre el dorso de esta, acaricias su mejilla, su barba de un día, y ves sus ojos claros sobre los tuyos, parece perderse en tus pupilas, y sin previa declaración, sin nada, con su mano libre, te toma de la cintura, y besa tus labios, no se toma tiempo alguno, simplemente te besa, y suelta tu mano para cogerte de la nunca y extender más y más aquel beso robado... hasta que fue acabando, menguando lentamente  sintiendo el sabor de sus labios sobre los tuyos...

.- por esto... es que no podía dejar que te casaran con un desconocido - susurra, se ha inclinado un poco más para besarte el oído luego de susurrar aquellas palabras, estrechándote, no iba a soltarte, por lo menos durante esos instantes, se aferraba a ti, pero de pronto se separó, la distancia que tomó parecía más una defensa que otra cosa.

- iremos a la ciudad, algo sucede en el Bronx, y quiero investigar - dice y comienza a caminar hacia el asentamiento licano - ve por tus armas, partiremos ahora...

master, creo que te equivocaste de destinatario :P