Los dos jóvenes llegan al clímax casi a la vez. Silvia siente su corazón latir fuertemente mientras Alvaro con cuidado sale de dentro de ella. Le mira y una sonrisa cómplice asoma a sus labios.
Se quedan un rato relajados, abrazados en el sofá, sintiendo la calidez de la chimenea sobre su sudorosa piel. Silvia levanta nuevamente la vista y viendo a Alvaro relajado, le da un beso en los labios...
- Creo que deberíamos ir al dormitorio... Como a alguno le de por bajar... - Le dice con un guiño de ojos y pasando con suavidad la yema de los dedos por el abdomen del muchacho.
Las caricias habían relajado a Alvaro por completo, en esos momentos estaba acariciando el pelo de Silvia y contemplando su figura desnuda. El rato que había pasado junto a ella en el sofá había resultado practicamente mágico y, se resistía a abandonar el reconfortante calor de la chimenea y sobre todo, la suave piel de la chica. Pero sabía que debían irse, si alguno de sus compañeros se presentaba en el comedor, la cosa se iba a poner embarazosa ...
-No me movería de aquí pero tienes razón ... espero que no nos hayan oído ... - Dice confiando en que de verdad no lo hubieran hecho, no sabe como se podrían tomar aquello. El chico se ríe mientras observa el dedo de Silvia moverse por su cuerpo -Vamos ... nos acurrucaremos juntos y así no pasaremos frío -
Ambos se levantan del sofá, cogen su ropa y van a uno de los dormitorios con camas de matrimonio. Alvaro abre la cama y se mete dentro, haciendole un gesto complice a Silvia para que vaya con él -A dormir, mañana toca volver a la dura realidad- Una vez dentro, el chico se aprieta contra su espalda y comienza a acariciarla suavemente.
Subís a la otra habitación de matrimonio y os acurrucáis en la cama. Tenéis mantas de sobra por si la noche es fría. Tras el esfuerzo y la tensión vivida estos últimos días os quedáis dormidos tranquilamente en cuestión de minutos...